Yersinia pseudotuberculosis Yersinia pseudotuberculosis es una bacteria relativamente inocente. Siempre ha contaminado las aguas y los alimentos en mal estado, pero cuando alguien la ingiere, lo más que suele padecer son unas molestias gastrointestinales de escasa relevancia. En algún momento de la historia, tal vez en tiempos del Imperio romano, Yersinia adquirió un solo gen de alguna otra bacteria igualmente inocua. El gen tampoco era peligroso en sí mismo, pero dotó a Yersinia de un poder peculiar que acabaría inscribiendo su nombre en la lista infame de los mayores asesinos de todos los tiempos: la capacidad de vivir en el minúsculo tubo digestivo de una pulga. A partir de ese momento, Yersinia pseudotuberculosis ya no tuvo que limitarse a contagiar a los incautos que se la echaban a la boca. La pulga, que suele vivir parasitando a las ratas, pero que no tienen inconveniente en saltar —nunca mejor dicho— de especie para chuparles la sangre a los humanos, se encargaba de inyectar la bacteria directamente en las venas de sus víctimas. El resultado fue una de las mayores catástrofes sanitarias de que se tiene noticia: la peste, que en solo cinco años, entre 1347 y 1351, segó la vida de veinticinco millones de personas: una cuarta parte de la población europea. Para entonces, la bacteria ya no se llamaba Yersinia pseudotuberculosis sino Yersinia pestis. Los científicos han comprobado ahora que las dos bacterias son prácticamente idénticas. Salvo por el gen que permite a la segunda sobrevivir en el tubo digestivo de la pulga. […] Un gen no es más que un segmento de ADN que contiene la información necesaria para fabricar una proteína. El gen que convirtió a la meliflua Yersinia pseudotuberculosis en el mortífero agente de la peste fabrica una proteína llamada fosfolipasa D, que destruye una defensa natural que la pulga fabrica contra las bacterias. «Así se originó la peste» en El País, 27 de abril de 2002 El tema del texto es el descubrimiento de la modificación genética de la bacteria Yersinia pseudotuberculosis, que originó la peste. Se comienza con una explicación que define la bacteria de que se trata y sus efectos en aguas, alimentos y seres humanos. A continuación, se incluye una narración de la evolución histórica de la bacteria: la transformación genética que posibilitó su capacidad de sobrevivir en las pulgas, que infectaron y provocaron la muerte de millones de personas en el siglo XIV. Finalmente, se expone el descubrimiento científico y se explica la noción de «gen» y la naturaleza del que convirtió a la bacteria en un agente infeccioso. Se trata de un texto científico de carácter divulgativo: una noticia de un periódico de difusión nacional. Su objetivo primordial es informar sobre un descubrimiento científico, en este caso relacionado con enfermedades infecciosas. Está dirigido al público en general, por lo que busca la claridad y la sencillez. Algunas de las características que permiten adscribirlo a los textos de divulgación son las siguientes: - Empleo de un lenguaje sencillo, más cercano al discurso oral, comprensible para un lector medio. - Predominio de oraciones personales: Yersinia es; Yersinia ya no tuvo que limitarse a contagiar; El gen tampoco era peligroso en sí mismo; Los científicos han comprobado. - Léxico valorativo: bacteria relativamente inocente; lista infame de los mayores asesinos; los incautos que se la llevaban a la boca; una de las mayores catástrofes sanitarias; la meliflua Yersinia; el mortífero agente de la peste. - El uso de recursos expresivos para hacer más accesible el texto a los lectores, en concreto de las personificaciones: Yersinia es una bacteria relativamente inocente; la lista infame de los mayores asesinos de todos los tiempos; la pulga no tiene inconveniente en saltar; se encargaba de inyectar; la meliflua Yersinia; la pulga fabrica. Dado el carácter objetivo-subjetivo del texto, por su finalidad divulgativa, se observa un predominio de la función referencial, si bien están también presentes la función expresiva y la poética. Los rasgos del lenguaje científico son los siguientes: - Abundancia de oraciones enunciativas. - Empleo de la tercera persona del presente de indicativo y del presente atemporal para la explicación científica de validez general: la caracterización de la bacteria (Yersinia es una bacteria; si alguien la ingiere) y del gen que la modifica (Un gen no es; fabrica una proteína, destruye una defensa natural). Dado que parte del texto de El País incluye una narración acerca de la modificación genética que provocó la peste, se utilizan también algunos verbos en pasado (Yersinia adquirió; ya no tuvo que limitarse; el resultado fue). - Presencia de adjetivos explicativos y especificativos y de construcciones —adyacentes y subordinadas adjetivas— cuyo fin es otorgar claridad a la exposición: molestias gastrointestinales de escasa relevancia; minúsculo tubo digestivo de una pulga; la pulga, que suele vivir parasitando a las ratas, pero que no tiene inconveniente; El gen fabrica una proteína llamada fosfolipasa D, que destruye una defensa natural. - Empleo de tecnicismos: bacteria, Yersinia pseudotuberculosis, Yersinia pestis, gastrointestinales, gen, proteína, fosfolipasa D, ADN. Como el texto que estamos analizando tiene carácter divulgativo, faltan sobre todo aquellos rasgos que destacan la objetividad y la precisión del lenguaje científico: presencia abundante de oraciones que evitan expresar el agente (impersonales y pasivas reflejas), empleo, con la misma intención, de subordinadas sustantivas y adverbiales construidas con formas verbales no personales; nominalizaciones, y, por último, tecnicismos, que son escasos en el texto.