http://www.scba.gov.ar/falloscompl/scba/1992/c43971.doc

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a
-17-
de
marzo de mil novecientos noventa y dos, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo
2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores Laborde, Negri, San Martín, Mercader, Rodríguez Villar, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar
sentencia
definitiva
en
la
causa
Ac.
43.971,
"Zubillaga, Héctor Raúl y otros contra Rodríguez Solanas,
Eduardo y otros. Acción negatoria, acción de nulidad, escrituración".
A N T E C E D E N T E S
La Cámara Primera de Apelación en lo Civil y
Comercial -Sala I- del Departamento Judicial de Mar del
Plata revocó la sentencia dictada en primera instancia.
Se interpusieron, por los actores y por el codemandado Furguiele, recursos extraordinarios de inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar las siguientes
C U E S T I O N E S
1ª
¿Es
fundado
el
recurso
inaplicabilidad de ley de fs. 436?
extraordinario
de
2ª ¿Lo es el de fs. 426?
V O T A C I O N
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Laborde dijo:
1.
Alega,
inicialmente,
el
codemandado
Fur-
guiele, que se encuentra acreditado en juicio que la actora no se presentó a hacer valer sus derechos en su concurso civil, razón por la cual -sostiene (con cita de diversas normas de los códigos procesales y de las leyes de
quiebras y de concursos)- que tales derechos han caducado. Añade que la sentenciante incurre en error al interpretar el fallo del Superior Tribunal de la Provincia
ya que al momento de iniciarse dicho proceso -en el que
Furguiele no fue parte- era tiempo útil para presentarse
al concurso.
La protesta es inatendible. La Cámara, para desestimar el respectivo agravio, hizo mérito de la sentencia de esta Corte en cuanto señalaba que "los derechos de
los actores se mantienen al margen de su no presentación
en el concurso del vendedor; a la fecha del citado fallo
ya se había concursado el demandado y había transcurrido
el plazo de verificación, lo que no obstó para que se reconocieran los derechos de los compradores frente a los
adquirentes en pública subasta" (fs. 415).
No advierto el error que se imputa al tribunal
a quo. En diversos pasajes del pronunciamiento que el
Cuerpo dictara el 13 de abril de 1977 -cuya copia corre a
fs. 404- se alude a la cuestión para finalmente concluir
(ante la alegación que los compradores por boleto debieron concurrir al concurso del propietario vendedor) que
"los
poseedores
legítimos
del
departamento
no
estaban
obligados a actuar, a demandar, ni a accionar, mientras
no fueran advertidos judicialmente de la posibilidad de
perder sus derechos" (v. fs. 409). Si se tiene en cuenta
que el concurso civil se inició el 10 de septiembre de
1971 (v. certificación de fs. 76 vta.), ha de aceptarse
que la observación de la Alzada es correcta en cuanto coteja la fecha del fallo de la Corte con el transcurso del
plazo de verificación de los créditos para así establecer
la pertinencia del reconocimiento del derecho de los compradores. Tampoco incide -a mi juicio- la circunstancia
que Furguiele no haya sido parte en la causa en la que se
dictó el decisorio de la Corte desde que la afirmación de
la Cámara se refiere a la vigencia de los derechos de los
compradores.
2. En segundo lugar y con referencia a la invocada prescripción de las acciones intentadas, arguye el
quebranto de los arts. 3949, 3956, 3989, 4023 y ccs. del
Código Civil ya que su parte -dice- no reconoció el derecho de los actores a la escrituración y ninguna norma del
Código establece que la posesión del inmueble sea causal
de interrupción.
El agravio es claramente insostenible pues enfrenta una calificada doctrina y una nutrida jurisprudencia. Esta Corte ha declarado reiteradamente que la posesión permanente del bien prometido en venta, tolerada por
el
vendedor,
constituye
un
factor
interruptivo
de
la
prescripción en los términos del art. 3989 del Código Civil (v. "Acuerdos y Sentencias" 1971-II-204; 1974-I-9;
1975 pág. 782).
3. Finalmente, recapitula las razones por las
cuales, a su juicio, no puede ser condenado a escriturar,
violándose así la ley
(v. fs. 442 vta./443). La queja es
improcedente ya que fuera de reiterar alegaciones ya examinadas, lo cierto es que el recurrente no individualiza
las normas que habría infringido el juzgador, dejando
asimismo de impugnar cabalmente los fundamentos que éste
proporciona (v. punto IV fs. 414 vta./416 vta.). Ha incumplido, pues, la carga que impone el art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial.
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Negri, San Martín,
Mercader y Rodríguez Villar, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Laborde, votaron la primera
cuestión también por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Laborde dijo:
Los representantes de los actores denuncian que
el fallo desconoce el principio de la unidad de la jurisprudencia provincial y que ha "violado y hecho errónea
interpretación de la letra, espíritu y finalidades ínsitas en los arts. 3270 y ccdtes. 4030, 4023, 1185 bis,
2355, 1137, 1197, 1198, 1187, 1078, 3986, 3987, 2800 y
ccdtes. del Código Civil; 457, 474, 510, 511, 345 inc. 5º
y ccdtes. del Código de forma" (fs. 426).
I. Reseñando sus cuestionamientos, se agravian:
a) de no haberse dado total relevancia a la
sentencia dictada por esta Corte cuyas conclusiones sobre
el fondo de la cuestión -afirman- hacen cosa juzgada y
debieron ser decisivas para resolver el presente litigio.
b)
se
haya
desestimado
la
acción
negatoria,
pues se imputa a los actores tener "dominio" siendo que
éstos sólo tienen la posesión del inmueble pero han visto
afectados sus derechos por quien actualmente ostenta sólo
el título de propiedad pretendiéndose "reducir a sus justos términos el derecho inscripto sobre el edificio..."
(fs. 428 vta.).
c) del rechazo de la acción de nulidad parcial
de la escritura, ya que los demandados Rodríguez, Solana
y Tiribelli no pudieron adquirir derechos más amplios que
su antecesor en el dominio como se establece en el referido decisorio de este Tribunal, no encontrándose prescripta la acción ya que su curso se interrumpió por la
posesión y los diversos juicios intentados y fue suspendido por la indicada sentencia;
d) de la forma en que se acogió la acción de
escrituración pues al considerarla de cumplimiento imposible la deja subsumida en daños y perjuicios, siendo que
de haber admitido la nulidad de la escritura aquélla quedaba expedita, máxime que los nombrados nunca tuvieron
posesión, ostentando sólo la registración inmobiliaria a
su favor;
e) del rechazo de los daños y perjuicios por
haber omitido tener en cuenta los hechos fijados por el
fallo de la Corte de los que se desprende que los nombrados adquirentes en pública subasta lo hicieron a sabiendas de la real situación del inmueble, lo que implicaba
la obligación de resarcir, inclusive el daño moral;
f) de que se haya desestimado la usucapión meritando que la posesión no fue pacífica ante las acciones
de los compradores en subasta, tendientes a obtener la
desocupación del bien ya que el Superior Tribunal rechazó
sus demandas habiendo reconocido la buena fe de los poseedores.
II. Considero que la queja -que conjuga agra-
vios muchas veces incompatibles- debe ser desestimada.
La primera de las alegaciones que he reseñado
es insuficiente, ya que no se ocupa de impugnar la conclusión de la Alzada que descarta la configuración de la
cosa juzgada en razón de que "no existen identidades necesarias para ello" (fs. 414; art. 279, C.P.C.). Sin perjuicio de tal conclusión creo necesario destacar que la
sentenciante otorga particular relevancia al referido fallo como se desprende de lo que expresara al tratar el
anterior recurso y de la recapitulación de los hechos
efectuada a fs. 413 y vta. y fs. 415 vta. Por último -y
decisivamente- los recurrentes, al expresar la genérica
protesta no indican concretamente el gravamen que les
ocasiona la decisión que atacan (doc. del cit. art. 279,
C.P.C.C.).
Tampoco
muestra
idoneidad
el
cuestionamiento
relativo a la acción negatoria, ya que el mismo se edifica sobre un error cual es el de atribuir al juzgador el
rechazo por asignar a los actores el "dominio" de los inmuebles, cuando, en realidad, de la invocación de una
sentencia de la Corte Nacional y de la subsiguiente cita
doctrinaria se desprende que la desestimatoria se asienta
en que la acción no es apta para discutir el derecho de
propiedad (v. fs. 414 y vta.; art. 279, C.P.C.C.).
Los agravios relativos a las acciones de nuli-
dad parcial de escritura y de escrituración se encuentran
vinculados. Al tratar la última el a quo juzgó que "el
bien prometido por boleto de compraventa ha salido del
patrimonio del vendedor a raíz de la venta forzada en subasta
pública
lograda
por
el
acreedor
hipotecario..."
concluyendo que ello configuraba una "imposibilidad sobreviniente que surge luego de celebrado el contrato mediante la firma del boleto y antes de escriturar..." (fs.
415 vta.). Los apelantes no impugnan debidamente esta
conclusión y se limitan a calificarla de insólita con invocación de lo dicho en el anterior fallo de esta Corte y
la alegación que "de resultar acogida la nulidad parcial... la acción de escrituración quedaba expedita" (fs.
430). Pero la sentenciante declaró prescripta la acción
de nulidad parcial, en una decisión eminentemente fáctica
que no cabe revisar en casación si al elaborarla no ha
mediado absurdo, vicio lógico cuya existencia no han logrado demostrar los agraviados ("Acuerdos y Sentencias",
1987-IV-342 y sus citas). Firme, pues, esta conclusión,
queda sin sustento lo alegado respecto a la forma en que
se decidió el acogimiento de la acción de escrituración
(art. 279, C.P.C.C.).
En cuanto a la protesta relacionada con el rechazo de los daños y perjuicios respecto a los compradores, diré -no sin señalar que la Cámara se apoya en una
relación de los hechos análoga a la efectuada en el fallo
de esta Corte- que los agraviados no cuestionan el fundamento del rechazo, esto es, que los compradores no pueden
estar obligados a resarcir los daños por falta de escrituración desde que éstos (adquirentes en subasta) no estaban comprometidos a otorgar el acto en favor de los titulares del boleto (v. fs. 417; art. 279, C.P.C.C.).
Por último, tampoco encuentro apta la impugnación relacionada con la desestimatoria de la usucapión ya
que la cuestión relativa a la inexistencia de causales
interruptivas de la misma por eventual aplicación del
art. 3987 del Código Civil no fue introducida temporáneamente ante las instancias ordinarias (v. escrito de respuesta a la excepción , fs. 110; art. 279, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Negri, San Martín,
Mercader y Rodríguez Villar, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Laborde, votaron la segunda
cuestión también por la negativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
rechazan los recursos extraordinarios interpuestos; con
costas (art. 289, C.P.C.C.).
El depósito previo efectuado queda perdido para
el recurrente (art. 294, C.P.C.C.), debiendo el tribunal
dar cumplimiento a lo dispuesto por el art. 2º de la Resolución 760/68, modificado por la Resolución 868/77 y de
conformidad con la Resolución 119/86.
Notifíquese y devuélvase.
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