EN BUSCA DEL AGUA La historia que os quiero contar trata de una niña que vive en una aldea en África, su pueblo anteriormente vivía de la ganadería y la agricultura. Pero hace ya mucho tiempo que las tierras que rodean su aldea perdieron las plantas y árboles que tenían porque el desierto iba avanzando y se comía la tierra fértil. La protagonista de mi historia se llama Regen, es la menor de siete hermanos que vivían en una pequeña aldea en África con su madre y su abuela. El nombre de Regen significa lluvia, ya que curiosamente, cuando ella nació tuvieron una de las mayores tormentas del siglo. Pero desde entonces Regen nunca había visto llover y la poca agua que tenían para beber era turbia y sabía a rayos. Un día conoció a un anciano nómada que viajaba por todo el mundo y le contó a ella y a su amigo Dima que el desierto en realidad guarda agua en su interior y que se manifiesta a las personas según su alma; a los necios y avaros se les aparecía antes sus ojos, pero luego se esfumaba. Sin embargo a las personas de corazón puro no solo les ofrecía agua, también les daba alimento y cobijo. Regen y Dima solo tuvieron que mirarse para saber lo que pensaba el otro. Así que aquella noche planearon la búsqueda del agua. Se fueron a la mañana siguiente diciéndoles a sus familias que iban al pueblo, que estaba a un día de camino, a buscar comida y que tomarían un camino seguro. Aunque llevaban comida y agua para el camino, se les acabó al día siguiente y sintieron como nunca el hambre y la sed pero sobre todo la desesperanza ya que no sabían donde se encontraba lo que buscaban. Justo cuando habían llegado al límite de sus fuerzas, de repente, vieron una figura que les resultaba familiar; era un anciano que sostenía en sus manos un viejo bastón. El viejo se les acercó y tras mirarles sonrió y dio un golpe al suelo con su bastón. De pronto el suelo empezó a moverse apareciendo ante ellos lo que parecía ser un trozo de selva. Regen Y Dima empezaron a acercarse con prudencia recordando lo que les había contado el viejo nómada y en vez de ir hacia el agua, se dirigieron hacia el anciano. Para su sorpresa descubrieron que el anciano que habían visto era en realidad el nómada que estuvo días antes en su aldea contándoles historias sobre los misterios del desierto. Le preguntaron si podían beber y llevarles agua a sus familias, pero el anciano les contestó que eso sería desvelar el encanto de la tierra y aprovecharse de unos recursos que solo se les había concedido a ellos. Tras decir esto los tres quedaron en silencia durante un buen rato y finalmente el anciano les dijo que si prometían no desvelar su secreto su aldea se convertiría todas las noches en un oasis de donde solo podría recoger el agua que necesitaran para el día. Regen y Dima se miraron como solía hacer, y sin decirse nada entre ellos contestaron a la vez que prometían no desvelar el secreto del anciano nómada. Regen y Dima fueron a beber y quedaron maravillados al ver en el agua reflejadas a dos personas que no habían visto anteriormente, se dieron la vuelta para comprobar si había alguien detrás de ellos, pero llegaron a la conclusión de que eran las hadas del agua de las que tanto había oído hablar en los cuentos. Regen acercó la mano para recoger el agua y como vio que la otra persona hacía el mismo gesto, se asustó en un principio. Después de hacer varios gestos y mover la mano y la cabeza, finalmente comprendió que la persona que veía reflejada en el agua era ella misma. Y es que ellos nunca habían visto su rostro reflejado en el agua. Al día siguiente el anciano había desaparecido, y ellos volvieron a su aldea con una doble lección aprendida, la primera fue que el agua es esencia para que exista la vida, y la segunda, y quizá la más importante, que el agua es un recurso que la tierra nos da y que tenemos que mantener y proteger. El agua es vida, cuídala