El valor de la maqueta en el proceso de diseño por Arq. Eduardo Serra (*) Las maquetas son los únicos elementos de expresión tridimensional real que el diseñador posee. Siguen siendo a comienzos del siglo XXI el instrumento de representación por excelencia de las ideas en arquitectura, diseño y urbanismo, más allá de la irrupción de la informática y de los modelos virtuales, porque el modelo real a escala es el único elemento de expresión tridimensional que permite la interacción física con el observador. Como en una escultura, cada uno puede ver el objeto desde su propia sensibilidad; nadie le dice cómo debe verlo, sino que lo hace desde su propia percepción. Se trata de un elemento de representación que posee un lenguaje que es personal y exclusivo. Es justamente en función de este lenguaje que es posible clasificar tipológicamente a las maquetas en tres grupos. En primer lugar, están las maquetas conceptuales, que son las que preparamos coincidiendo con las etapas preliminares de un diseño junto a los bocetos y croquis. En ellas no hay materialidad intencionada ni dimensiones en escala, dado que se conforman con elementos y objetos que están a nuestro alcance: papeles, vasos, libros, etc. Las ideas se empiezan a corporeizar con libertad, con la ocupación del espacio de acuerdo a algunas pautas definidas, conformando una expresión de gran abstracción. Ya planteada la misma estamos en condiciones de pasar a la siguiente etapa. Coincidiendo con la elaboración del anteproyecto, aparecen las maquetas de proceso o de estudio. En este tipo aparecen las escalas y con ellas las dimensiones y proporciones, aunque no la materialidad final: siguen siendo abstractas. Son de lectura monocromática y trabajadas con valores neutros; en sus etapas más avanzadas pueden incluirse valores terciarios con la intención de fortalecer algunas ideas. Los materiales para estas maquetas son muchos, aunque el cartón gris suele facilitar el manejo de las modificaciones posteriores que se le harán durante el proceso de diseño. Entonces, ya verificadas las ideas rectoras, comienza la etapa del proyecto y con ella la construcción del tercer tipo de maquetas. Se trata de las maquetas de presentación final, que pueden ser de representación abstracta, realista o de una combinación de ambas. Las técnicas de construcción son generalmente mixtas (maderas, plásticos, resinas, telas, acrílicos, etc.) y la imagen final del trabajo lleva la impronta que la sensibilidad propia de cada maquetista le imprime. En síntesis, aunque es indudable el valor que las mismas poseen como fin, las maquetas deben considerarse siempre como medio, como una herramienta única por su capacidad expresiva, pero siempre complementaria con las otras técnicas de representación plana. (*) Maquetista profesional y docente sobre este oficio. Solicitar información a: Castillo 1762, Ciudad de Buenos Aires. Tel.: (011) 4856-6301 - E-mail: [email protected].