La UNORCA, el entorno y el futuro Por un Milenio sin Exclusiones, por la Paz y Democracia -Compañeros y compañeras del presidium. -Compañeros y compañeras delegados a esta importante IX Asamblea de Delegados de la Unión. -Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas UNORCA. -Les saludamos, con el entusiasmo que significa el encuentro de nuestros procesos, de nuestras experiencias, de nuestros logros y dificultades; el encuentro de nuestros anhelos y esperanzas, de nuestra rebeldía, de la voluntad, firmeza y decisión de lucha, que son nuestra fuerza en la UNORCA. Llegamos a esta Asamblea con un proceso de discusión y debate, de Asambleas, de nombramiento de delegados. Estamos presentes 3,127 Delegados y Delegadas de 2,800 Organizaciones de 24 Estados del país. ¡ Viva la UNORCA! ¡ Vivan sus Organizaciones! ¡ Vivan sus Hombres y Mujeres! ¡ Viva la UNORCA! 1- Con 16 años de existencia, de experiencias, de construcción de alternativas, de lucha campesina e indígena, la UNORCA tiene que realizar el balance de su trayectoria, fijar su posición frente a los acontecimientos políticos y económicos actuales, ante la crisis del campo, la globalidad neoliberal y finalmente definir el rumbo y la lucha por venir. Queremos regresar a nuestros lugares de origen, con la certeza del rumbo que seguirá la UNORCA, con la decisión de impulsar nuestros acuerdos y propuestas que serán nuestras armas para luchar junto con otros, por nuestra existencia y por un nuevo trato al campo y con la seguridad de que los nuevos dirigentes que nombremos, sabrán estar a la altura de una UNORCA, combativa, con rumbo y propuesta. 2- Tiempos difíciles en un entorno desfavorable para la vida rural y para el país. Si bien, el campo mexicano ha venido enfrentando un conjunto de problemas que reclamaban cambios en la orientación de las políticas y las instituciones públicas orientadas al sector, cambios que desde las organizaciones campesinas también impulsamos, la actual situación del campo, nos dice que las reformas gubernamentales introducidas, han sumido a la economía y la sociedad rural en una crisis todavía más profunda. El modelo económico impulsado durante los últimos cuatro sexenios, subordinó el desarrollo del sector agropecuario al comportamiento de las variables macroeconómicas, a los compromisos internacionales de liberalización agrícola y a los intereses de las grandes transnacionales y los grupos privados nacionales. La crisis del sector rural se profundizó a niveles sin precedentes; la mayoría de los cultivos y de los productos pecuarios y forestales han dejado de ser rentables. La actividad agropecuaria y forestal sufrió una descapitalización sistemática y creciente, que provocó la reducción de la producción, la destrucción de la planta productiva, la expulsión de una proporción significativa de población, la degradación de los recursos naturales, la salida de divisas por concepto de importaciones y el crecimiento de la pobreza en las zonas rurales. Las instituciones de apoyo al sector, al eliminarse las funciones de protección, regulación y fomento que llevan a cabo el Estado, fueron destruidas y en su lugar se crearon programas desestructurados y parciales que aún continúan. La intervención estatal se orientó al apoyo de los grandes productores, de las empresas comercializadoras transnacionales y excluyó a la mayoría campesina e indígena y a los pequeños productores, que conformamos más del 80% de la población rural y ahora, con un gobierno de empresarios para empresarios, estamos viviendo en la peor crisis del campo mexicano. Esta crisis atraviesa las sierras cafetaleras, las áreas tropicales con caña, piña o arroz, las costas con cocoteros, los frutales y hortalizas de clima templado y caliente, el maíz o fríjol de las planicies y sierras. La merma de nuestros ingresos, difunde y hace más intensa la pobreza de campesinos: ejidatarios, indígenas y pequeños productores de agricultura familiar, que no encontramos suficientes alternativas de sobre vivencia y progreso social en las ciudades o en actividades no agrícolas, que también están inmersas en el estancamiento. Crisis productiva, crisis social y crisis políticas, es la realidad en el panorama rural mexicano de principios del siglo XXI. 3- Esta situación se agrava, ante un entorno internacional agresivo. En este mundo globalizado, el tema de la agricultura, tiene un significado estratégico que tiene que ver con la alimentación,-Cómo y quién produce, transforma y distribuye los alimentos-, es decir, el debate y la disputa, ahora gira en torno a la alimentación de la humanidad. Para el año 2010 la población mundial podría alcanzar la cifra de 7,000 millones de habitantes; las cifras actuales del hambre en el mundo, dicen que más de 800 millones de personas en los países subdesarrollados, padecen malnutrición crónica; 200 millones de niños menores de 5 años de edad sufren deficiencias, agudas o crónicas, de proteínas y energía; 88 países en el mundo, forman la categoría de países de bajos ingresos con déficit de alimentos. Esta situación es el producto de un orden internacional en cuya cúspide sólo tiene cabida unos pocos países y dentro de éstos, un reducido conjunto de individuos. Los arquitectos de la sociedad global, son las empresas transnacionales y los gobiernos del primer mundo, el grupo de los siete. Estos actores detentan el control de las cuatro grandes herramientas del poder: recursos energéticos, recursos financieros, armas y alimentos. Este Estado Global, gobierna a través de los instrumentos internacionales por él creados: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercio, etc., de tal manera que, de los casi 200 países registrados en las Naciones Unidas, menos del 4% determina la economía y el porvenir de la humanidad. Se ha acentuado el distanciamiento económico y social entre naciones ricas y pobres, creándose dos mundos cada vez más polarizados; así las cosas nos dicen, que la solución del hambre en el mundo y el sustento alimentario a una población creciente, es mediante una agricultura industrial con organismos genéticamente modificados. Entonces, se está impulsando un sistema de producción internacional, organizado por las empresas multinacionales de la agro biotecnología y el comercio, donde los campesinos y pequeños productores de agricultura familiar, no cabemos, estamos excluidos. Se estima que un 46% del comercio mundial, no se realiza a través del mercado libre, sino como comercio intraempresarial. El control de comercio y de la producción, está cada vez más en manos de las corporaciones transnacionales, en virtud de una tendencia constante hacia la mundialización de la industria alimentaría: 50 empresas internacionales, concentran la mayor parte del comercio de productos alimenticios y agrícolas, y muchas de ellas se dedican también a la producción; 6 empresas dominan el 85% del comercio mundial de cereales, 6 transnacionales lo hacen con el 80% de las ventas mundiales de café. 4- Ante ese entorno nacional e internacional, anotamos varios retos y desafíos. Actualmente, como no sucedía, la agenda del mundo globalizado se entrelaza con el cúmulo de demandas locales y nacionales. La agenda mundial contiene entre otras, los siguientes retos: 1. La soberanía alimentaría de los pueblos basada en la producción campesina y de pequeños productores familiares. 2. El control campesino de su territorio, de su agua, de la tierra, de los recursos naturales, de los recursos genéticos. 3. Un comercio mundial justo y ético, donde la agricultura no este normada por la OMC, dada su importancia estratégica para la alimentación. 4. El respeto a la diversidad cultural y a los marginados. a) Autonomía y reconocimiento jurídico de los pueblos indios, en América y su equivalente en el resto del mundo. b) Políticas Públicas que promuevan el respeto cultural de los pueblos y fomenten su desarrollo con respeto a sus tradiciones. c) Promover el funcionamiento de un Estado solidario y mercado justo, para ayudar a resolver las desigualdades e inequidad socioeconómicas. d) Defensa de los grupos marginados y respeto a si diversidad. e) Los derechos humanos. 5. Políticas contra el hambre y la pobreza mediante una justa distribución del ingreso. 6. Resolver problemas sanitarios relacionados con la pobreza, con enfermedades de la globalización (SIDA), con la contaminación de alimentos, vegetales y animales. 7. Migración y normas laborales a nivel internacional y nacional. Flexibilizar el paso de los trabajadores de un país a otro, respetar sus derechos laborales, humanos y políticos; promover su integración organizativa a nivel internacional. 8. Impulso a la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida política social y económica. En la lucha por enfrentar esta agenda decimos también: “globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza” que es la consigna de nuestros hermanos campesinos, indígenas y pequeños productores de África, Asia, América y Europa, Agrupados en la Vía Campesina. No estamos solos en esta lucha, compartimos fuerza, anhelos y esperanza con organizaciones campesinas, indígenas, de mujeres de esos cuatro continentes. La Vía Campesina, es el movimiento campesino internacional del cual, la UNORCA forma parte y con mayores energías actuaremos y por eso decimos, ¡Viva la Vía Campesina!, ¡Viva el movimiento campesino internacional!, ¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza! 5- En nuestro país apuntamos algunos desafíos y retos, en una agenda muy precisa: 1. Alcanzar un acuerdo nacional para enfrentar decididamente tres grandes problemas, que son los grandes males de nuestro país: la desigualdad, la pobreza y la exclusión. 2. Transitar a la democracia, retomar al Estado. Para tener en este país un Estado nacional, independiente, soberano, solidario y de progreso para todos. 6- Un nuevo trato para el campo. En estos tiempos de cambio, cuando se hace más necesaria la sensibilidad y disposición política para construir los consensos necesarios para avanzar, deben ser tiempos de inclusión, de generación de oportunidades para la más amplia participación, son tiempos de debate. Los campesinos, ahora, demandamos sensibilidad y voluntad política; exigimos certidumbre y para nosotros certidumbre es un nuevo trato para el campo. Un nuevo trato para el campo, significa un pacto, un acuerdo de todos los actores sociales, económicos y políticos y el Gobierno para reactivar el campo, para definir políticas gubernamentales incluyentes, que nos den seguridad, para crear nuevos programas e instrumentos de desarrollo, para revalorizar el campo frente a la sociedad, revalorizar su papel como productor de alimentos para la sociedad, de materias primas e insumos para la industria, ahora, exigimos un nuevo trato al campo que respete a las organizaciones campesinas e indígenas, se garantice su autonomía, se les reconozca como entidades de interés público, con derechos y responsabilidades en las tareas de diseño y conducción de las políticas públicas. El campo también deberá revalorarse en la cultura, en la expresión diversa de México, en el arraigo de la historia, de la tradición de un nacionalismo que es fundamental ante la globalización. Exigimos un nuevo trato, donde al incorporar nuestra actividad rural en el proceso de globalización internacional no signifique romper nuestras economías campesinas e indígenas, sino fortalecer nuestra vida social que garantice justicia y libertad y una vida digna. ¡ Por ese nuevo trato al campo luchamos los hombres y mujeres de la UNORCA ¡ Por eso la UNORCA, promueve una Vía Campesina e Indígena para el desarrollo rural, como única posibilidad para resolver la crisis del campo. Esta Vía considera entre otras propuestas: 1. Que en la sociedad rural, el Sector Agropecuario debe ser un eje de desarrollo económico. Ningún país ha logrado despegar en su crecimiento industrial sin tener un sector agrícola fuerte. El Estado en su carácter de rector del desarrollo económico tiene la responsabilidad de orientar a través de las políticas de protección, regulación, fomento, financiamiento e inversión el desarrollo del sector agropecuario. Es indispensable la articulación del sector agropecuario con el resto de los sectores (principalmente con el sector industrial), de tal forma que se modifique su inserción subordinada a la estructura económica. 2. Modernización rural democrática e incluyente. México requiere de una modernización guiada por los objetivos de garantizar la soberanía alimentaria, proporcionar bienestar a la sociedad rural y apoyar el desarrollo rural en donde la pequeña producción campesina ocupe un lugar relevante. 3. Una agricultura con campesinos y agricultores. El modelo de desarrollo económico del sector rural debe tener como pilar la participación de los campesinos y pequeños productores como principales sujetos económicos, políticos y sociales y requiere su participación en la definición de las políticas públicas que les conciernen. 4. El ejido núcleo de la organización social en el campo. Es necesario revisar el Artículo 27 Constitucional, para garantizar la propiedad ejidal como patrimonio familiar campesino, devolviéndole su carácter de inembargable. Es necesario evitar la concentración de grandes propiedades de tierra e impedir su apropiación por las sociedades mercantiles. 5. Participación activa de las mujeres, los jóvenes y los migrantes, campesinos e indígenas. Los sectores más vulnerables de la población deben ser apoyados con políticas compensatorias que garanticen su participación en las decisiones y en todas las actividades de la vida nacional. Proteger los derechos humanos, laborales y políticos de las mujeres, los jóvenes y los migrantes campesinos e indígenas, así como movilizar su energía social es fundamental para la construcción del país que queremos. 6. Intervención estatal con señales de mercado. La agricultura es un sector sustancialmente distinto al resto de los sectores económicos. Está sujeta permanentemente a la incertidumbre productiva al depender de la naturaleza; su principal medio de producción –la tierra- es limitado y los ingresos del productor se enfrentan a la inestabilidad de los precios y los mercados. Por lo tanto, es necesaria la intervención estatal con señales de mercado. En la mayoría de los países el Estado interviene para responder a las distorsiones de los mercados, a los efectos adversos del clima, para promover los objetivos de seguridad alimentaria, de distribución del ingreso, de conservación del medio ambiente y de salud de la población. Queremos que sea el Estado y no el mercado, el planificador de la política agropecuaria. 7. Multifuncionalidad de la agricultura y lo rural. La sociedad rural tiene un papel privilegiado en la producción de alimentos y materias primas, pero su riqueza supera en mucho esta función. El mundo rural es el territorio privilegiado de conservación de la biodiversidad y el ambiente, es también el centro permanente de una producción cultural específica y de recreación urbana. Los bienes que resguarda y produce son un capital invaluable en la perspectiva de construcción de una sociedad del futuro. 8. La soberanía alimentaria debe ser un objetivo prioritario de la política agrícola; garantizar y fomentar la producción de bienes básicos para el mercado interno, es una condición necesaria para mantener la independencia nacional. Los campesinos y pequeños productores mexicanos tenemos un papel fundamental que cumplir en la producción de los alimentos que la sociedad requiere. 9. Política de fomento a la producción campesina y de los pequeños productores. Es necesario establecer una real política de fomento para las unidades de producción campesina y de los pequeños productores que nos permita elevar en el mediano plazo los niveles de competencia. Los programas asistenciales únicamente son paliativos que no resuelven las causas de la baja productividad, la falta de mercados, la falta de rentabilidad, la expulsión de la población, el deterioro de los recursos, que originan la pobreza y marginación rural. La política agrícola deberá buscar el desarrollo de la economía campesina como núcleo fundamental del modelo de desarrollo agrícola. 10.Política de subsidios diferenciada y redistributiva. Los subsidios deben ser una pieza clave de la política agrícola, orientada a compensar las diferencias de factores de producción y a reducir las brechas que el mercado genera. Todos los países desarrollados subsidian su producción agrícola. Sin embargo, los subsidios no pueden orientarse a todos los productores por igual, pues de esta forma reproducen y amplían las condiciones de desigualdad existentes. 11. Renegociación de los acuerdos comerciales internacionales TLCAN, TLCUE y GATT-OMC. Los acuerdos internacionales condicionan y limitan los márgenes de la política agrícola y las perspectivas de la sociedad rural.... El sector agropecuario es uno de los sectores perdedores y dentro de éste los campesinos y sus organizaciones han llevado la peor parte. Por ello es necesaria la revisión del capítulo agrícola en los distintos acuerdos y la exclusión de los productos sensibles –granos básicos, carne y leche, productos porcícolas y forestales-. Los acuerdos deben ser compatibles con los objetivos de soberanía alimentaria y de fortalecimiento del sector agropecuario y forestal en el desarrollo del país. Es necesario impulsar un modelo distinto de integración comercial entre los países del área de América del Norte, en el TLCAN y de los países del Norte y del Sur en la OMC, que permita beneficios mutuos, a partir de la intervención conjunta de los Estados Nacionales, apoyando mediante instrumentos de cooperación internacionales el fortalecimiento y crecimiento de la producción, el comercio y el empleo del sector agropecuario de México y los países del Tercer Mundo que son los participantes más débiles. 12.Competencia en iguales condiciones de precios, subsidios, aranceles y costos. En la situación actual de apertura indiscriminada de los mercados y de falta de protección a la producción agropecuaria, en donde los precios se definen a nivel de los precios internacionales son renegociados, ampliar los márgenes de la política agrícola a partir de: · El cumplimiento irrestricto del cobro de los aranceles permitidos por el TLCAN y el GATT para los volúmenes fuera de cuota de todos los productos, pues son el único instrumento de protección para el sector. · Establecimiento de salvaguardas generales o especiales por producto de acuerdo al daño causado a la producción nacional. · Monitoreo y apoyo en el establecimiento de demandas por dumping. · Aumento de los subsidios per cápita y por hectárea al nivel equivalente a los que reciben los productores de los países integrantes de los principales acuerdos comerciales firmados (Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea). · Equiparar los costos de los principales insumos agrícolas (combustible, tasas de interés, fertilizantes) a los existentes en los países contrapartes de los acuerdos comerciales. Los productores nacionales no pueden competir en condiciones desiguales. 13. Creación de un organismo estatal regulador del mercado interno con participación de los productores. Los problemas de comercialización de la producción nacional de granos básicos no se solucionarán sin la creación de un organismo estatal regulador del mercado a favor de los productores y que cuente con su representación. Este organismo debe además retirar las cuotas de importación del TLCAN, evitando que presionen los precios a la baja. Debe tener acceso a financiamiento para la comercialización, a tasas equivalentes a los créditos que proporciona la Commodity Credit Corporation CCC, y apoyar prioritariamente a las organizaciones de productores con créditos para la pignoración de sus cosechas, a tasas blandas y con largos plazos de recuperación. Los subsidios a la comercialización que otorga actualmente ACERCA deben ser revisados y controlados por este organismo para hacer transparentes sus mecanismos de operación y evitar su discrecionalidad. Deben apoyar principalmente a las organizaciones de productores que participan en la comercialización, y distribuirse entre todos los Estados productores. 14. Promoción de los mercados regionales y comercialización. El Estado debe regular la participación de los agentes en el mercado, transformando las estructuras de control que han impedido la formación de mercados regionales y que sistemáticamente se apropian el excedente generado en la producción. Los costos de comercialización, de apertura de mercados, de conocimiento comercial e infraestructura, necesarios para que loas organizaciones sociales ocupen algunos de los espacios dejados por el Estado, deben ser cubiertos por el gobierno y orientados por una política comercial que apoye especialmente a las organizaciones campesinas. La formación y fortalecimiento de empresas comercializadoras campesinas que buscan el control de la oferta regional de sus productor debe ser apoyada por programas especiales como PROFECA. Es imprescindible devolver o dotar a las organizaciones campesinas de la infraestructura y el equipo necesario para la comercialización. La política comercial debe ser consistente con la política agrícola y es una responsabilidad estatal. No puede desligar las políticas e instrumentos orientados al mercado interno de los compromisos de la política internacional que la limitan y obstaculizan. 15. Bioseguridad, protección de la biodiversidad y los derechos de los campesinos y pueblos indios. Establecer un debate nacional, con la participación de los distintos actores para crear los instrumentos legislativos y operativos necesarios para garantizar el cumplimiento y del protocolo de bioseguridad, la protección de la biodiversidad y los derechos de los campesinos y pueblos indígenas sobre sus recursos genéticos y conocimiento tradicional asociado. POR UN MILENIO SIN EXCLUSIONES, POR LA PAZ Y LA DEMOCRACIA. En este día venimos a elevar nuestra voz campesina e indígena, de mujeres y hombres libres, a decir que el mundo puede ser de otra manera; que el rumbo del país puede ser otros; que la vida de los pueblos puede ser de libertad y justicia; que los gobiernos deben estar a favor de los pueblos y de los recursos naturales y que la globalización debe construirse a favor de la gente y no del gran capital ni solo para unos cuantos. Venimos a Chiapas, a San Cristóbal de las Casas, a demandar que se cumplan los Acuerdos de San Andrés; que el Senado y el Gobierno Federal, rectifiquen su posición y aprueben cabalmente la Iniciativa de Ley Indígena que elaboró la COCOPA, lo que realmente puede ayudar a construir una paz duradera entre los pueblos indígenas. Por ello, nos manifestamos a favor de las demandas que enarbola el EZLN y apoyamos su lucha a favor de la justicia, la paz, la libertad, la democracia, la educación y la igualdad, y afirmamos que cualquier diferencia que se dé al interior de los pueblos indígenas, se puede resolver a favor de todos, en base al dialogo y al entendimiento. Llamamos a nuestros compañeros indígenas, a que busquemos soluciones de concordia entre todos nosotros, en cada pueblo chiapaneco y del país y que unamos nuestros esfuerzos para que la tierra, la educación y la libertad, sea para todos, ya que de lo contrario, estaremos beneficiando a los que siempre nos han explotado y se han aprovechado de nosotros y de nuestros recursos naturales. Reconocemos los esfuerzos del gobierno chiapaneco que encabeza Pablo Salazar Mediguchia, a favor de la paz y la concordia, en base al respeto, a la pluralidad y a la diversidad, y le decimos que siempre que se actúe a favor de los pobres, de los excluidos, de las mujeres y hombres de los pueblos indígenas y campesinos, estaremos ahí, apoyando iniciativas de paz, democracia, igualdad y justicia. Reafirmamos nuestra pertenencia al movimiento campesino e indígena mundial, encabezado por la Vía Campesina y a nivel latinoamericano, nuestra pertenencia a la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas (CLOC) y le decimos a las organizaciones campesinas e indígenas de nuestro país, sean locales, regionales y nacionales, que hagamos esfuerzos de unidad y que luchemos desde las bases rurales, desde los pueblos, por la solución de nuestras demandas, por la defensa de la propiedad social y de nuestra existencia como pequeños productos rurales, como campesinos, como pueblos indígenas y a favor del aprovechamiento racional de nuestros recursos naturales. Agradecemos la presencia en nuestra Asamblea Nacional de organizaciones campesinas e indígenas hermanas. Demandamos al gobierno federal y los demás gobiernos, una relación de respeto y reconocimiento mutuo y que trabajemos por la solución de los problemas de la población. Compañeros y Compañeras de la UNORCA, discutamos con energía, pero con unidad y fijemos posición de respeto a los asuntos que afectan a la población rural y al movimiento campesino e indígena, a las mujeres y hombres del campo. Nos pronunciamos como UNORCA por: 1- La defensa de la propiedad social y ejidal de los campesinos, de los ejidos de Texcoco y del todo el país y demandamos al gobierno federal, rectifiquen su posición expropiatoria de los ejidos de San Salvador Atenco y los afectados por la decisión gubernamental de expropiarlos para que se construya un aeropuerto; apoyamos la lucha de los campesinos de Texcoco en contra de esa expropiación. 2- Por el esclarecimiento del cruel asesinato de Digna Ochoa y Placido, luchadora a favor de los derechos humanos e incansable defensora de los indefendibles y estamos en contra de las presiones de cualquier tipo que sufren los organismos civiles de derechos humanos. 3- Por el rechazo al terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones y demandamos que cese la guerra magnicida que lleva a cabo el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, que encabeza Bus en contra del pueblo Afgano y que el gobierno federal mexicano, se apegue a los que establece nuestra Constitución Política en materia de política exterior. 4- Por la publicación de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable y por un presupuesto de egresos que apoye el desarrollo social y ayude a reactivar la economía de los pueblos rurales; demandamos aumento real del presupuesto al campo, al menos en proporción a su participación en el PIB. Estamos por una reforma fiscal que cobre más al que más tiene, que la inversión financiera de la bolsa de valores, pague impuesto, que apoye fiscalmente a la pequeña y mediana empresa y a los pequeños productores rurales. Rechazamos que se aplique IVA a alimentos y medicinas. 5- Por que se apruebe totalmente lo establecido en la Iniciativa de Ley Indígena que elaboró la COCOPA, por lo que demandamos al gobierno federal y al senado rectifiquen su posición al respecto. 6- Por construir una amplia convergencia con fuerzas sindicales, con intelectuales progresistas, con empresarios que estén a favor de la nación, con organizaciones campesinas e indígenas y organismos de la sociedad civil que luchan a favor de los campesinos e indígenas y de los recursos naturales. En esta Asamblea Nacional, trabajemos por el fortalecimiento de nuestra organización, por nuestra unidad interna, construyamos acuerdos de amplia participación, promovamos acciones de defensa de nuestros intereses y de los intereses del país y denunciamos las acciones gubernamentales que nos perjudiquen. Por una UNORCA en movimiento y combativo