CONTRATO SOCIAL, UN MEDIO EN LA
BUSQUEDA DE SOLUCIONES ANTE LA
INSEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL
Y LA DESNUTRICION
- Alliance Française, le 17 août 2003 -
Estimados
representantes
de
organizaciones
internacionales, señoras y señores,
Uno de los primeros derechos, por no decir el más
importante, al cual un individuo puede pretender es no
tener hambre a diario. Pero en muchos países, este
flagelo persiste y no ha podido ser erradicado.
America Central, en diferentes grados, es una de estas
regiones. Tanto los gobiernos como las organizaciones
de la sociedad civil están concientes de esto desde hace
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varios años y, dentro de los tres pactos que ha lanzado
el gobierno guatemalteco, figura el pacto « Hambre
cero », que intenta reducir, antes del fin de su
mandato, en un 10% la desnutrición crónica, que afecta
a un 48% de los niños de menos de 5 años, siendo esta
la tasa mas elevada de America latina.
El tema del foro de hoy entra plenamente en el marco
de la reflexión que conducimos acerca de lo que une a
los ciudadanos entre ellos, así como lo que funda sus
relaciones con los gobiernos. En la seguridad
alimentaria actúan diversas instituciones y operadores
técnicos, e implica diferentes sectores como la salud,
la agricultura, por supuesto, y también el medio
ambiente y las finanzas. Por lo tanto, esta es de
naturaleza política, económica y social.
Políticamente, ella cuestiona el papel y el lugar de la
agricultura en el seno de nuestras sociedades. Acaso
queremos una agricultura extensiva, capaz de producir
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en grandes cantidades y de manera muy productiva,
pero con el riesgo de dejar a un lado a los campesinos
de
pequeñas
producciones?
O
una
agricultura
intensiva, diversificada en parcelas reducidas? La
Organización para la Alimentación y la Agricultura
(FAO) designo hace algunos años, con un termino feo,
« agricultura multifuncional », una agricultura que
toma en cuenta factores mas allá de los económicos y
comerciales, especialmente la protección del medio
ambiente y la relación que tenemos con la naturaleza.
Este concepto, sostenido es verdad por países como
Suiza, Japón o Israel, fue acusado por los países de
agricultura extensiva de favorecer a los países ricos,
pero Francia considero que esta puede ser una vía
futura para los países en desarrollo, especialmente en
África, que tenían dificultades para integrarse en los
intercambios internacionales.
Es también política la dimensión y la naturaleza de la
ayuda
alimentaria
que
queremos
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aportar.
Les
pregunto, de forma provocativa, la ayuda es útil e
incluso conveniente? Hago aquí referencia a los efectos
perversos de la ayuda, susceptibles de desestabilizar las
producciones y los mercados locales y de influenciar
negativamente los precios, afectando a los pequeños
productores. Estoy conciente que los actores de esta
ayuda, PAM y FAO en primer lugar, integraron estos
riesgos en sus políticas, especialmente con el desarrollo
de las compras locales.
La dimensión económica del tema es evidente y me
limitare, una vez mas, a hacer preguntas:
Privilegiar el sistema de producción familiar o
comunitario?
Dar prioridad a una política global o apoyar los micro
proyectos, mas apegados a la realidad del terreno? Uno
de los reproches que se hacen comúnmente a los
programas gubernamentales es precisamente su rigidez
y falta de adecuación a las condiciones locales.
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Que medidas se pueden tomar a nivel de los países y de
los pequeños agricultores, incluso los consumidores
pobres para los cuales la alimentación representa una
parte preponderante del presupuesto, para limitar las
fluctuaciones de los precios ?
Como hacer para aumentar la productividad agrícola,
perfeccionar las técnicas, sin ignorar la parte la más
pobre de los campesinos y permitirles producir y
vender también.
Me parece que la famosa distinción entre urgencia y
desarrollo
ha
perdido
su
impacto,
gracias
especialmente a la reflexión y la política conducida por
el PAM en el tema. Cuando la sub. alimentación es
crónica como en Guatemala, se vuelve una emergencia
que resolver a corto y mediano plazo. Por lo tanto, las
autoridades aportan una ayuda financiera y de
alimentos directamente a las familias, y por otro lado
aseguran el mejoramiento de la producción.
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La dimensión social atañe a los mecanismos de
protección social que sirven para asistir a los más
vulnerables contra los efectos de la inestabilidad de los
precios de los alimentos.
Mas allá, cuales son las decisiones presupuestarias en
tiempo de crisis y que márgenes desean acordar los
Estados y los pueblos a la solidaridad? Como implicar
mejor a las comunidades y poblaciones locales en el
desarrollo de los proyectos, sin caer en la asistencia
sistemática a familias ante la incapacidad de salir por
ellas mismas del circulo infernal de la miseria y la sub
alimentación.
La cumbre de la FAO de junio del 2008 elaboro un
marco de cooperación mundial para la agricultura y la
alimentación propuesto por Francia y basado en tres
pilares : la coordinación entre de las instituciones, una
red de expertos y los medios financieros para realizar
proyectos de terreno.
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Paralelamente y de forma complementaria, se instituyo
en las Naciones Unidas un marco global de acción con
el objetivo de mejorar la coordinación, a un nivel
nacional esta vez, de las agencias de las naciones
unidas y otros actores. Este proceso concluyo en Enero
de 2009, en Madrid, bajo el mando del Secretario
General de Naciones Unidas, con la decisión de implicar
a todos los actores: comunidad internacional, Naciones
Unidas,
y
también
la
Sociedad
Civil
(ONGs,
inversionistas privados, fundaciones y productores).
Cabe mencionar que el ex presidente de la Republica,
Nicolas Sarkozy, quiso colocar la agricultura y la
seguridad alimentaria dentro de los temas prioritarios
de la presidencia francesa del G20 en 2011,
estableciendo un Consejo de Seguridad Alimentario
para enfrentar las crisis y la volatilidad de los precios.
Quisiera también someter a reflexión la recomendación
de la 39 Reunión de Jefes de Estado y de gobierno del
sistema de integración centroamericano (SICA), en julio
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pasado en Santiago de Chile, donde el Director General
de la FAO, José Graziano da Silva, abogo en favor de la
inversión en la agricultura familiar, como una de las
alternativas para garantizar la seguridad alimentaria de
la familias centroamericanas, creando circuitos locales
de producción. Asimismo hablo de los factores que
condicionan la lucha contra la inseguridad alimentaria
en Centroamérica: la región es un importador neto de
alimentos, en un momento en que los precios se
encuentran altos y volátiles. Los países de la región son
altamente vulnerables a los fenómenos climáticos que
han aumentado en los últimos años y existe una gran
parte de la población viviendo en condiciones de gran
pobreza, especialmente en las áreas rurales. Al
respecto, existen
todavía zonas muy retiradas y
aisladas, donde ni siquiera las ONG pueden acceder.
Todos debemos ver la lucha contra el hambre como un
deber moral, que además tiene un real sentido social y
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económico para toda la población, ya que invertir en
esta lucha reduce los gastos de salud, permite una
mejor educación e incrementa la productividad de la
economía.
Esto es el papel de todos los actores, públicos y
privados. Conociendo la devoción de las ONG (citando
las ONGs francesas « Acción contra el hambre »,
« CCFD-Tierra solidaria », « Cuarto mundo », « Secours
catholique »…), mi ultima pregunta seria quizás
cuestionarme acerca del mejoramiento posible de sus
acciones con los programas y prioridades del gobierno.
No quiero extenderme, no soy para nada experto en
esos temas de tanta importancia. Dejo la palabra al Sr
Guy Gauvreau, representante del programa mundial de
alimentos.
Muchas gracias
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