DE HISTORIA NATURAL T r a b a j o s presentados. Nota acerca del Cuaternario de Torrelodones por J u a n C a r ande 11. L o s estudios s o b r e el Glaciarismo pleistoceno iniciados por O b e r maier y p r o s e g u i d o s por éste, p o r F e r n á n d e z N a v a r r o y n o s o t r o s en e l S i s t e m a Central, así c o m o los que acerca de la T o p o l o g í a del C u a t e r n a r i o han llevado a c a b o el s e g u n d o de d i c h o s autores y G ó m e z d e Llarena, echaron por tierra opiniones d e antaño relativas al carácter del cuaternario q u e se e x t i e n d e al pie de la Serrezuela del H o y o d e Manzanares, y q u e por la circunstancia de estar h e n d i d o por las trincheras d e la vía férrea del N o r t e se ha p r e s t a d o , entre la estación de L a s Matas y la p r o p i a p e q u e ñ a sierra granítica, a t o d a suerte d e interpretaciones d e d u c i d a s d e la presencia d e g r a n d e s y r e d o n d e a d o s b l o q u e s de granito entremezclad o s con arenas y a d o p t a n d o las más d e las v e c e s una cierta estratificación. R e d u c i d o a sus v e r d a d e r o s límites el c a m p o d e acción d e los hielos cuaternarios; circunscritos los focos d e la Sierra d e G u a d a r r a m a a la z o n a del macizo d e Peñalara superior a los 1.600 m e t r o s , caía por su base el s u p u e s t o d e un e s c u d o glaciar por c u y a c o n v e x a superficie resbalasen los b l o q u e s graníticos d e s p r e n d i d o s d e Peñalara, d e la Maliciosa, etc., que destacasen s o b r e la grandiosa masa d e hielo viviente y así fuesen transportados nada m e n o s que hasta la vertiente meridional d e la S i e r r a del H o y o d e Manzanares, a más de 25 k i l ó m e t r o s d e distancia d e las divisorias d e la Cordillera Central. Por otra parte, m u y extraño había d e ser q u e en la d e p r e s i ó n l o n g i tudinal que se desarrolla d e s d e E l E s c o r i a l hasta más al E s t e de Manzanares el Real no existiesen m o n t í c u l o s m o r r é n i c o s c o r r e s p o n d i e n t e s a las d e t e n c i o n e s d e los hielos en su r e t r o c e s o general; por el contrario, t o d a la vertiente meridional del G u a d a r r a m a está a b s o l u t a m e n t e e x e n t a d e a c u m u l a c i o n e s semejantes a las q u e a p a r e c e n limitadas a una faja q u e ciñe la base meridional del contrafuerte o Sierra del H o y o . N o insistamos más en la apariencia d e querer d e m o s t r a r lo q u e a ñ o s ha q u e d ó destruido. A n a l i c e m o s , en c a m b i o , la idea del origen torrencial 264 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de las mencionadas acumulaciones. Admitida esta hipótesis, es menester preguntar de dónde proceden. Intentemos contestar a esta pregunta. Todo cono de deyección torrencial ha de estar localizado junto a la salida de un torrente que después de recoger las aguas pluviales de una concavidad montañosa irrumpe en una planicie que constituye su nivel de base. ¿Qué torrente o qué río torrencial existe junto a las acumulaciones en cuestión? El río Guadarrama. Ahora bien: el río Guadarrama, antes de aparecer en la llanura aluvial madrileña, que él mismo diseca con relativa intensidad; después de recoger los regajos que descienden de los Abantos, del Cerro de la Cierva, de la Peñota, de la Fuenfría, de los Siete Picos y del Puerto de Navacerrada, de la gran concavidad de la Sierra de Guadarrama, con altitud media de 1 . 7 5 ° metros, recorre una verdadera altiplanicie situada a un nivel medio de 7 5 ° metros: es el zócalo de Villalba, Guadarrama (pueblo), etc., en el cual todavía existen pequeñísimos recipientes lacustres que subrayan el carácter superficial que allí tiene el valle del joven río Guadarrama, cuyo cauce no abre la más pequeña hendidura en el espesor del granito; todo este zócalo o altiplanicie está exento de aluviones, como no sean arenas y algunas gravas; las aguas del río y sus afluentes, regularizadas por los bosques que en parte cubren la sierra principal, el Guadarrama, no transportan masas de tamaño que rebase algunos centímetros cúbicos; en una palabra, tan sólo al pie de la Cordillera, es decir, en las proximidades de El Escorial, de Cercedilla, aparecen junto a los regajos bloques graníticos de algunos decímetros cúbicos. Sin embargo, no puede decirse que su situación allí sea producto de la acción torrencial, pero si lo fuera, el hecho es que desde la base meridional de la Sierra de Guadarrama hasta el contacto entre el macizo granítico central y el cuaternario de la depresión madrileña no aparecen grandes ni pequeñas acumulaciones. El río Guadarrama, a partir de Villalba, experimenta un rejuvenecimiento. Comienza a encajarse, labra una hoz extraordinariamente pintoresca, la cual se ahonda más y más conforme el río va ganando el plano inferior de la depresión madrileña aludida. Todo induce a reconstruir los hechos anteriores sobre la base de una cascada situada en el contacto entre ambos terrenos, o si se quiere, en la falla, mediante la cual el macizo granítico se partió en una zona de horst y una fosa tectónica: la fosa del Tajo, cuya otra falla aparecería junto a la ribera izquierda del río Tajo. Esa cascada ha ido amortiguándose, ha dado lugar a los rápidos, y hoy la ruptura de pendiente está ya muy corregida, si bien existe toda- DE HISTORIA NATURAL 265 vía en forma de aceleramiento de las aguas del río Guadarrama entre Villalba y Villanueva del Pardillo, concomitante con la hoz que tan admirablemente se domina desde la vía férrea entre Torrelodones y V i llalba. El estudio de los fenómenos geográficos recientes que comienzan a entrar en la categoría de fenómenos geológico-históricos es facilitado por la Geografía comparada. Veamos, por ejemplo, las acumulaciones torrenciales al pie de la Sierra Nevada. ¿Dónde radican principalmente? Junto a la salida del río Genil. Sobre ellas está edificada la Alhambra. El Genil, al parecer en Granada, lleva ya sus buenos 25 kilómetros de recorrido, 0 0 0 Conos t o r r e n c i a l e s que debieran existir • •• » « Fig. existentes 1. salvando el formidable desnivel de 2.350 metros existentes entre la línea de cumbres (Mulhacén, Veleta) con alturas superiores a los 3.000 metros, y la altura de la altiplanicie de Granada: 650 metros. Esos 25 kilómetros son recorridos de un tirón, sin amortiguamientos de velocidad intermedios, como le sucede al río Guadarrama al recorrer la altiplanicie de Villalba. A s í se explica, no sólo la acumulación de grandes bloques y barro de la Alhambra (que también fué considerada como de origen glaciar), sino también la gran terraza que desde Güejar Sierra rellena el cauce de dicho río, y que hoy éste excava. En una palabra: de ser originadas por el río Guadarrama las acumulaciones que aparecen al pie meridional de la Sierra del H o y o , nosotros debiéramos buscarlas tan sólo junto al boquete de salida del mencionado río. Y de hacerlas, ¿cómo se explica que el pequeño desnivel entre V i llalba y Villanueva del Pardillo (no llega a 200 metros, por 1 5 kilómetros de recorrido) originase una velocidad de aguas capaz de depositar grandes bloques de granito, y en cambio no aparezca acumulación algu- 266 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA na al pie d e la Sierra de Guadarrama, ni en las localidades mencionadas sitas en la vertiente meridional, ni siquiera en el V a l l e del L o z o y a , abierto entre las dos ingentes murallas q u e , presididas por Peñalara y p o r las Cabezas de Hierro, alcanzan altitudes m e d i a s superiores a los 2.000 metros? D e ser d e carácter torrencial las a c u m u l a c i o n e s d e T o r r e l o d o n e s y L a s Matas sería menester q u e t o d o el á m b i t o q u e se e x t i e n d e hasta las vertientes meridionales d e la Sierra d e G u a d a r r a m a estuviese no l i m p i o c o m o aparece h o y , sino cubierto por aluviones, y que al pie d e la Sierra existiesen a c u m u l a c i o n e s d e b l o q u e s graníticos e n o r m e m e n t e mayores que los q u e muestran las célebres trincheras del ferrocarril. T a m p o c o a p a r e c e n tales formaciones en la vertiente septentrional d e la Sierra del H o y o . Pero es innegable el h e c h o d e gozar de cierta c o n c o r d a n c i a los d e p ó sitos aluviales que estamos discutiendo, horizontalidad revelada en las m e n c i o n a d a s trincheras por los pisos de b l o q u e s d e tamaños uniformes, y variables de unos pisos a otros. E s t a uniformidad, esta estratificación abona la idea d e un origen torrencial, y p r e c i s a m e n t e ella hizo d e s e c h a r la hipótesis del origen glaciar. N o s o t r o s nos a t r e v e m o s a enfocar el origen de las formaciones d i c h a s sobre la base c o m b i n a d a d e la tectónica y los agentes físicos. L a Sierra d e G u a d a r r a m a , a pesar de la a b u n d a n c i a d e los granitos, no es h o m o g é nea en su constitución química: baste r e c o r d a r la Pedriza d e Manzanares para corroborarlo. A lo largo d e la vía del ferrocarril d e C e r c e d i l l a al Puerto d e N a v a c e r r a d a se advierten g r a n d e s variaciones d e textura y c o m p o s i c i ó n en aquellas rocas, y así en t o d a s partes. P e r o a d e m á s d e la variable química existe otra d e carácter t e c t ó n i c o : las diaclasas relacionadas con la dirección general N E . - S W . de las g r a n d e s líneas d e fractura q u e atraviesan al G u a d a r r a m a y c o n la fosa meridional, y q u e dan a esta cordillera el carácter disimétrico q u e ostenta c o n frentes meridionales abruptos y vertientes septentrionales más suavizadas. Pudiera ser q u e j u n t o a la gran fractura q u e separa al macizo granítico de la d e p r e s i ó n d e Madrid, las diaclasas fuesen más frecuentes y facilitasen la acción erosiva, aislando con rapidez unos p a r a l e l e p í p e d o s d e otros y r e d o n d e á n d o l o s s u b s i g u i e n t e m e n t e . L a vertiente meridional d e la Peñota, así c o m o las dos l o m a s q u é partiendo d e los Siete Picos y d i r i g i é n d o s e hacia C e r c e d i l l a 1 1 cierran el C o l l a d o A l b o e s una d e t a n t a s d e p r e s i o n e s q u e la e r o s i ó n labra a p r o v e c h a n d o zonas casi t o t a l m e n t e a r e n o s a s (granito d e s c o m p u e s t o ) , in situ, e n t r e o t r a s d e granito d u r o y r e s i s t e n t e , q u e d e s t a c a n v i g o r o s a m e n t e . L o m i s m o a c a e c e c o n los c o n t r a f u e r t e s de la P e ñ o t a . DE HISTORIA NATURAL 267 pintoresco anfiteatro d e esta montaña, presentan variaciones n o t a b l e s en la c o m p o s i c i ó n y textura del granito, las cuales, j u n t o a una p r o b a b l e m a y o r frecuencia d e las diaclasas verticales, dan lugar a que la roca se resuelva en una verdadera siembra d e g r a n d e s b l o q u e s aislados q u e descansan sobre g r a n d e s espesores d e arenas detríticas, in situ éstas, y las cuales revelan, por añadidura, la existencia d e g r a n d e s nodulos d e granito en cuanto una trinchera, una cantera o un barranco se abre en su esp e s o r . A s í s u c e d e a lo largo del c a m i n o d e L a s Praderas, hacia la F u e n fría, a la salida d e Cercedilla, o de la vía del ferrocarril eléctrico, o, en fin, en la l o m a occidental d e Siete Picos, s o b r e la cual t r e p a el caserío m o d e r n o de este p u e b l o . " A veces el granito está tan c o m p r i m i d o q u e presenta una fisilidad acentuadísima, q u e lo resuelve en arcosas y arenas. U n a gran trinchera abierta a través d e este contrafuerte pondría d e manifiesto la existencia d e grandes b l o q u e s redondeados, pero no rodados, incluidos en arenas, y éstas t a m p o c o d e arrastre, sino in situ. L o q u e no s a b e m o s es si estos bloques aparecerían dispuestos estratificadamente, c o m o aparecen los de T o r r e l o d o n e s . T e r m i n a m o s esta nota, q u e tiene por objeto formular leves reservas, no en cuanto al origen de las acumulaciones de T o r r e l o d o n e s , sino al m e c a n i s m o d e su formación, considerando q u e la palabra «torrencial» e x i g e cierta cautela al aplicarla a d i c h o caso y circunscribiéndola a lo más a la vertiente meridional de la Sierra del P l o y o , pero s u b r a y a n d o la presencia d e circunstancias químicas y sobre t o d o tectónicas q u e han facilitado aquellas acumulaciones, más que p o r la acción d e g r a n d e s torrentes q u e allí no pueden haber existido, por acción d e t r a n s p o r t e «lento», en é p o c a s d e grandes y persistentes lluvias q u e diesen lugar a que los bloques graníticos fuesen r o d a n d o por sí m i s m o s hasta depositarse en el fondo d e una cuenca fluvio-lacustre.