El encuentro de unos hombres de campo (los pastores) con Jesús Luc 2:8-20 Pastor Justo Janse, Iglesia de Flores, 20 de diciembre de 2009 (relato exclusivo de Lucas) 8 En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. 9 Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. 10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11 Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» 13 De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: 14 «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.»[c] 15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer.» 16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, 18 y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. 19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. 20 Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho. 1. v 8 Había unos pastores. Aunque eran los proveedores de carne, vestido y corderos para el sacrificio, ser pastores era para muchos una tarea menospreciada. Hoy algunos siguen pensando que hay trabajos de primera, de segunda y de cuarta. Se acuerdan que José les dijo a sus hermanos que le digan al Faraón que cuidaban ganado para que les den una tierra apartada (como hoy es la villa). 32 Le diré que ustedes son pastores que cuidan ganado, y que han traído sus ovejas y sus vacas, y todo cuanto tenían. 33 Por eso, cuando el faraón los llame y les pregunte a qué se dedican, 34 díganle que siempre se han ocupado de cuidar ganado, al igual que sus antepasados. Así podrán establecerse en la región de Gosén, pues los egipcios detestan el oficio de pastor. (Gén. 46:32-34). Pero Jesús se identifica con el oficio del pastor cuando en Juan 6 dice que Él es el buen pastor que da su vida por sus ovejas. Jesús conoce nuestro trabajo y su presencia puede dignificar y santificarlo. El apóstol Pablo les dijo a los esclavos cristianos que trabajen para su amo, el Señor. No sólo para agradar a su amo, sino Dios. Por degradante que pudiera parecer tu lugar de trabajo, dedicalo al Señor, hacelo como para Él. Tu trabajo y tu capacidad serán herramientas del Señor. 2. v 8 Era de Noche. La noche nos hace pensar en nuestra fragilidad y vulnerabilidad. Antes decíamos “no salgas de noche” o “no vuelvas tarde”. Hoy decimos “no salgas”. Ellos vigilaban sus rebaños pues los mismos pastores se miraban unos a otros con sospecha y alimañas se aprovechan de la oscuridad. Jesús dice que el esta en la puerta vigilando sus ovejas y no está dispuesto a huir como el asalariado. El está dispuesto a dar su vida por sus ovejas. Dijo Job “Él dá canticos en la noche” La noche se transformó en luz, en medio de la noche el cielo se iluminó de la presencia celestial de los ángeles del Señor en una visión incomparable tan solo descripta por pocos hombres como Juan en Apocalipsis. El Señor estuvo al lado del apóstol Pablo en el calabozo de Filipos y Pablo y Silas luego de ser azotados cantaban y los presos oían. Estuvo con Pablo en el calabozo de Jerusalén cuando 40 hombres se habían confabulado por pacto y voto en no comer hasta darle muerte. Jesús estuvo a su lado en el naufragio camino a Roma y le dio fuerzas en los juicios que tuvo que enfrentar. 3. v 8 Estaban ocupados cuidando su rebaño: El Señor te puede interrumpir tu trabajo, tu agenda. Dios puede cambiar tus planes y tu rutina. Él te puede hablar en tu trabajo cuando menos lo esperes. Le sucedió a Moisés, estaba cuidado las ovejas de su suegro. Le sucedió a Gedeón que tamizaba el grano. Le sucedió a Eliseo que estaba arando la tierra. Algunos de los discípulos estaban pescando y dejaron sus barcas. Mateo estaba cobrando impuestos y Jesús le apartó para servirle. Tu tiempo de trabajo es del Señor y tu ocupación no debería impedirte servirle. 4. v 9-14 Recibieron un mensaje con una señal para identificar al Mesías. La revelación es su Palabra. Si querés conocer más del Jesús, está al alcance de tu mano. El problema es que tenemos una saturación de señales, publicidades que tienen como blanco sacar ventaja de nuestros intereses. Por eso no vemos ni oímos de lo que no nos interesa. ¿Viste la ropa sucia que está en el baño? NO” Claro, si la ves significa que la tenés que llevar al tacho de ropa sucia. “Oiste cuando te dije que tenías que hacer la tarea? NO Y claro, si oíste sonaste, la tenés que hacer. Si te interesas en el Señor empezarás a descubrir sus señales para guiarte. 5. 15-16 Tuvieron que movilizarse. “Se dijeron vayamos” y “fueron de prisa” No es lo mismo decir que hacer. Debes dar el próximo paso en acercarte al Señor. Dios no está perdido. Somos nosotros quienes no alejamos. Dios viene a nosotros, debemos ir a su encuentro. Lo peor es la indiferencia, la inoperancia, la parálisis, el andar en círculos. Si el Señor te ha indicado algo, cumplilo. Jesús es el camino. No te desvíes. No te detengas. Cuando le obedezcas se te indicará tu próximo paso, paulatinamente descubrirás el camino y nuevos paisajes al recodo del camino de tu vida que el Señor preparó de antemano para que andes por ellos. (Ef 2:10). Seguimos hacia a la meta, que es Cristo. 6. 17 Reconocieron al Señor. Alabar es decir quién es Jesús para mí. Reconocer su persona. Es el Salvador, es Cristo el Señor. Seguramente se postraron -lo que se traduce como adoración-. Debes rendirte a sus pies. Besar la mano también se suele traducir como acto de adoración porque estas posturas reflejan sumisión, reconocimiento de autoridad, humillación ante alguien que es más importante. Él es el único que merece toda la honra y el honor, Rey de Reyes y Señor de Señores. En tu vida lo más importante debe ser el Señor. Tus decisiones deben ser consideradas a la luz de su Palabra. Tus deseos más profundos deben ceñirse a sus propósitos. ¿Por qué? Él te dio la vida y quiere lo mejor para vos. 7. v. 20 Regresaron alabando y glorificando a Dios. Ellos verificaron que lo que se les dijo así era, su fe no había sido defraudada, su viaje no había sido en vano. Muchos se expresan buenos deseos, augurios de felicidad, de prosperidad, no sé por qué brindamos invocando no sé qué fuerza que podrían venir a nuestra ayuda por tocar las copas. Sentimos que el calendario nuevo es mágico y todo cambiará para mejor aunque sigamos haciendo lo mismo. Pero un día vas a estar de vuelta, que sea con gozo. “Irán llorando los que siembran la buena semilla pero volverán con gozo trayendo sus gavillas”. Hay quienes son muy piolas y luego lloran cuando les va mal como consecuencia de lo que ha hecho. Un día vas a ser viejo, que sea con gozo. Que tengas muchas cosas buenas para recordar que te llenen de alegría. “Alégrate en tu juventud… pero cuando vengan los días malos tengas contentamiento” que sea grato mirar hacia atrás. Deja de lado lo que luego lamentarás. De qué sirve luego decir muchos años decir “tenías razón, el cigarrillo da cancer. Tenías razón, la droga mata, Tenías razón cuando me dijiste que… Hoy es un día para dar un paso hacia el propósito de Dios. Hoy Jesús no es un Niño débil y vulnerable que no se da cuenta de nada. No aniñemos a Dios. Reconozcamos la oportunidad como nos la presenta el Evangelio de Juan (1:12). Jesús nos revela al Dios eterno que vino a nosotros y solo aquellos que le recibieron y creyeron son hijos de Dios. Oremos pidiendo fortalecer nuestras rodillas debilitadas y quitar toda raíz de amargura que nos impide seguir adelante. “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe” (Hebreos 12:2).