CAPITULO I. PANORAMA GENERAL DE LA DEPRESIÓN. 1.1 1.2 1.3 1.4 Antecedentes Históricos de la Depresión. Qué es y qué no es la depresión. Clasificación de la depresión. 1.3.1 Clasificación Clásica. 1.3.1.1 Depresión Endógena. 1.3.1.2 Depresión Somatógena. 1.3.1.3 Depresión Situativa. 1.3.1.4 Depresión Neurótica. 1.3.2 Clasificación actual. 1.3.2.1 Depresión secundaria. 1.3.2.2 Depresión primaria. Factores Sociales de la depresión. 1.4.1 Conceptos de Apoyo Social. 1.4.2 Modelos de Apoyo Social. CAPÍTULO II. LAS PRINCIPALES CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA DEPRESIÓN Y SU TRATAMIENTO. 2.1 2.2 2.3 2.4 Causas de la depresión. 2.1.1 Causas Biológicas 2.1.2 Causas Psicológicas 2.1.3 Causas Sociales - Modelo vitamínico de salud mental. - Factores de causa social. Síntomas de la depresión Consecuencias de la depresión: El suicidio. Tratamiento de la depresión. 2.4.1 Medicación 2.4.2 Terapia Psicológica 2.4.3 Terapia electroconvulsiva 2.4.4 Tratamientos Naturales CAPÍTULO III. LA PROBLEMÁTICA DE LA DEPRESIÓN ENTRE LOS ADOLESCENTES EN MÉXICO. 3.1 3.2 3.3 Problemática suicida entre adolescentes en México. La depresión y el consumo de drogas. Relación entre la depresión y la violencia familiar. CAPÍTULO IV. LA DEPRESIÓN EN LA UAM-X (TID). 4.1 4.2 4.3 Método Resultados Gráficas CONCLUSIÓN. BIBLIOGRAFÍA. CAPITULO I. PANORAMA GENERAL DE LA DEPRESIÓN. INDICE 1.5 Antecedentes Históricos de la Depresión. 1.6 Definición de la depresión. 1.3 Clasificación de la depresión. 1.3.1 Clasificación Clásica. - Depresión Endógena. - Depresión Somatógena. - Depresión Situativa. - Depresión Neurótica. 1.3.2 1.4 Clasificación Actual. - Depresión secundaria. - Depresión primaria. Factores Sociales de la depresión. - Conceptos de Apoyo Social. - Modelos de Apoyo Social. En este primer capítulo analizaremos el concepto de depresión, su percepción histórica, así como la forma en que se han clasificado los distintos tipos de depresión. También se dará una introducción a la relación entre el individuo deprimido y la sociedad. El objetivo de este capítulo es proporcionar una serie de antecedentes que consideramos necesarios para el estudio y comprensión del tema que trata esta investigación. Nuestra hipótesis es que muchas veces se piensa que la depresión es simplemente un estado de ánimo pero la realidad es que la depresión es una enfermedad que debe ser tratada como tal por una persona preparada y especializada en el tema. 1.1 Antecedentes históricos de la depresión. La historia conceptual de la depresión fue formulada por primera vez por Hipócrates1 (460-370 a.C.), y se remonta a un cuarto de siglo en la época grecorromana con el nombre de melancolía, aunque en realidad el concepto que maneja Hipócrates no es específico, él abarca mas que nada más ampliamente, casi nosológicamente las enfermedades mentales. Hipócrates rechaza las tres formas fundamentales de la locura que son: la melancolía, la frenesís y la manía. En si la melancolía se caracteriza por Hipócrates como “por aversión a la comida, irritabilidad, cansancio y somnolencia”, como podemos darnos cuenta Hipócrates subraya la sintomatología más específicamente como “somática” (Martiny, 1967.) Sin embargo algunos médicos sugieren que tanto el miedo como la tristeza, sea o no depresivos, cuando se prolongan por mucho tiempo “ pueden trasformarse en melancolía”. ”(Hipócrates, 1967, pp185 y 263)”. Para Galeo la “discusión hay que establecerla en tono a que si la melancolía es apenas un síntoma o más bien un estado fisiológico.” Aunque muchas afirmaciones que hace este autor acerca de la melancolía proceden de un error. La obra “On Medical Definitions” (Galeno, 1963), describe la melancolía como” una alteración crónica que no se acompaña de fiebre”. Los pacientes melancólicos se presentan como temeros, suspicaces, misántropos y cansados de la vida. El termino “melancolía” (palabra derivada del griego melas, negro y chole bilis), se usó para designar a los pacientes que con frecuencia vomitaban bilis negra a causa de su irritabilidad y ansiedad. Al menos esté es el significado que se desprende del análisis del texto en que lo empleo Cicerón. Inicialmente, su uso no designó una relación casual entre bilis negra (causa) y depresión (efecto), tal y como observamos esta afirmación no se aproximan a la sicopatología de las depresiones, tal y como ahora la conocemos y mucho menos llegan a implicar una definición tal de la depresión. En realidad estos síntomas consisten en ansiedad, silencio, rechazo, y hostilidad hacia la propia familia; en ocasiones deseos de vivir y otras de morir. 1 Calderón Narváez, Guillermo, Depresión, México, editorial Trillas, cuarta reimpresión, 1990, p.15-30. Por otra parte la manía y la melancolía no surgen como dos alteraciones clínicamente compuestas que pueden estar relacionadas entre sí. Según la lectura la melancolía es "una forma mas de locura, de manía“ (entendida esta como estancia general.) Hipócrates y más tarde Areteus fueron los que establecieron una cierta psicopatológica entre la melancolía y manía, pero la formalización de esta conexión no se encuentra en la clínica hasta la obra de Bonetus, en el siglo XVII. En el largo periodo medieval la melancolía se conceptualiza como acedía. Sin embargo, a pesar del uso de este termino se extiende alrededor de más de 10 siglos, su significación no es constante. Durante el periodo inicial, la acedía es tipificada como un "estado del alma" cuyo padecimiento se restringía únicamente a los religiosos que vivían en el aislamiento y la sociedad de sus respectivas celdas . En el transcurso de 2 siglos siguientes, el concepto de acedía casi se volatiliza; en su lugar adquiere un uso progresivamente mayor en el término melancolía. A lo largo de este proceso conceptual la melancolía queda adscrita al fin a la clínica sin ninguna connotación o remembranza de su antigua vinculación con la acedía y con el contexto religioso en que ésta surgió. “El remedio de la sangre negra” término común del cuadro en Europa del siglo XVI, en el que se recomienda como tratamiento un conocimiento de yerbas y un jugo obtenido de flores de buen olor, y se sugieren como indicaciones generales las siguientes: “Ha de andar en un lugar sombreado, y se ha de abastecer de trato carnal. Beberá muy moderadamente el pulque (bebida fermentada obtenida de un agave) y mejor no lo beba, si no es como medicina. Dedíquese a cosas alegres, como es el canto, la música, el tocar los instrumentos con que acostumbramos acompañar nuestras danzas públicas.” El reconocimiento de la melancolía y su clasificación dentro de un grupo de enfermedades, como la epilepsia, indican un largo grado de adelanto en la medicina mexicana 1.2 Definición de la depresión. La depresión clínica2 es una condición de depresión con componentes médicos y físicos que alcanzan criterios generalmente aceptados por médicos. La depresión es la sensación de estar triste y emocionalmente decaído así como haber perdido el interés en cualquier actividad agradable. Es importante mencionar que la depresión es una enfermedad como la diabetes y no es solo una sensación de estar triste o desanimado. Aunque cualquier estado de animo con elementos de tristeza puede ser considerado como depresión, la depresión clínica es más que un estado temporal de tristeza. Los síntomas que se extiendan más de dos semanas y lo suficientemente severos como para interferir con la vida diaria son los que constituyen una depresión clínica. Esta enfermedad progresa día tras día afectando al individuo que la padece en sus pensamientos, sentimientos, salud física y su forma de comportarse. Esta enfermedad es mas frecuente en estos tiempos en jóvenes adultos de sexo femenino aunque esto no significa que los hombres estén exentos de ella, esta enfermedad no es culpa de la persona quien la padece como tampoco es una muestra de debilidad de su personalidad. Las personas que padecen de depresión presentan síntomas característicos que les afectan casi todos los días por lo menos por un periodo de dos semanas, entre los síntomas mas característicos son la pérdida por el interés de ejercer actividades agradables así como sentirse triste, decaído emocionalmente o cabizbajo; además3: Sentir que no tiene energía, cansado, o al contrario, sentirse inquieto y sin poder quedarse tranquilo. Sentir que no vale nada o sentirse culpable. Que le aumente o disminuya el apetito o el peso. Tener pensamientos sobre la muerte o el suicidio. Tener problemas para concentrarse, pensar, recordar, o tomar decisiones. No poder dormir, o dormir demasiado. Además se asocian otros síntomas de tipo físico o psicológico, como pueden ser: Dolores de cabeza. Dolores generales por todas las partes del cuerpo. Problemas digestivos o gástricos. Problemas sexuales. Sentirse pesimista Sentirse ansioso o preocupado. Algunos doctores tienen pacientes a los que ellos llaman “pacientes ambulatorios” y son aquellos que pueden llegar al consultorios por sí mismos y 2 Sabanés, Francisco, La depresión, Madrid ,editorial Emeka, 1990 p.5-20. Asociación Americana de Psiquiatría Diagnostic and Statistical Manua of Mental Disorders, Washington D.C., cuarta edición en línea: “www.behavenet.com” , 2000-2002. 3 definirle al doctor su enfermedad siendo la depresión una de las enfermedades más frecuentes. “Algunos médicos consideran que uno de cada ocho pacientes que llegan por su propia cuenta padecen de depresión. Este es un porcentaje muy alto que nos permite hacer conciencia de que tan grave es esta enfermedad y cual es el grado de importancia que se le da a la misma. En muchos casos los médicos mandan a los pacientes a realizarse miles de análisis clínicos por que en los mismos hospitales en los que trabajan les piden un cierto número de análisis para poder seguir ejerciendo, esto hace que las personas que presentan depresión no sean tratadas como se debe. Situaciones fuertes como la perdida de un familiar o persona querida puede desencadenar la depresión o provocar que la persona no se pueda recuperar completamente o en ocasiones se presenta cuando todo esta bien. Entre el 10 y 15% de las depresiones son provocadas por un problema médico. Esta enfermedad puede ser curada mediante medicamentos y terapias psicológicas aunque muchas veces estas personas no son tratadas por que no aceptan que la tienen o por que simplemente no se dan cuenta que la padecen, siendo importante aquí la observación de las personas cercanas a ellas. 1.3 Clasificación de la depresión La clasificación de la depresión se basa primordialmente en la identidad de los agentes causales para distinguir unas enfermedades de otras. “En el circulo de la depresión, siguiendo la línea de la causalidad o etiología, ha prevalecido durante largo tiempo la postura de resignación recluida en el criterio de bipolaridad.”4 Los conocimientos que se tienen actualmente unidos con una mejor experiencia clínica nos permiten arrojar la postura de la bipolaridad para entrar en una autentica clasificación del círculo depresivo. 1.3.1 Clasificación clásica La depresión ha sido clasificada de diversas maneras pero esto no a hecho mas que confundir a los profesionales en lo que se refiere a las consecuencias de los pronósticos y a las terapéuticas lógicas. ”Hay que tener en cuenta que para clasificar es preciso antes identificar, observar y concretar.”5 La depresión esta clasificada en: Depresión endógena Depresión somatógena Depresión neurótica Depresión situativa La diferencia entre estas, fundamentalmente causal, se extiende a otros apartados, sobre todo la personalidad depresiva, la sintomatología y la evolución. A continuación se presenta un cuadro comparativo de cuatro de ellas:6 Enfermedad Etiología Depresiva Depresión Herencia Endógena Personalidad Depresión Neurótica Personalidad inhibida e hipersensitiva Personalidad obsesiva o limite Depresión Situativa Ansiedad o inseguridad neurótica Situación en la vida Personalidad Acentuada y Sintónica/ciclotímica completa Depresión Patología medica Variable Somatógena o sustancia química exógena 1.3.1.1 4 Sintomatología Ligera o moderada. Y asociada con rasgos neuróticos Variable Evolución Multifásica de tipo unipolar (solo depresión) o bipolar (alternancia entre episodios depresivos e hipertímicos) Crónica Variable, pero siempre unipolar Enmascarada con el Unifásica proceso somático fundamental. Depresión endógena Fernández, Francisco Alonso, Claves de la depresión, Madrid, editorial Cooperación Editorial, 2001, p.65. 5 Sabanés, Francisco, op cit, p.30. 6 Fernández, Francisco Alonso, op cit, p.65. Este tipo de depresión aparece sin ningún motivo aparente, aunque, no sea esta completamente independiente y depende también del medio ambiente del sujeto y actualmente existe como una idea hipotética, en otras palabras: “esta hipótesis es más una teoría que un hecho.”7 Puesto que no se sabe si los desequilibrios químicos (de los cuales se hablará más adelante) son la causa de que la persona no haya podido enfrentar sus problemas emocionales o, por el contrario, son una consecuencia de los cambios de ánimo que experimenta por dichos problemas. Se dice que es hipotética ya que hay gente que experimenta la enfermedad sin ningún precursor emocional aparente, como el comentario que indica Alonso “No entiendo. No tengo problemas con mi familia. En el trabajo me va bien. Tengo todo lo que necesito. No me duele nada y, pese a todo, me siento muy triste.”8 Pero son eventos poco comunes y no documentados. La sintomatología de esta depresión es la siguiente:9 Exclusión de todo placer. Sentimiento de culpa. Lentitud psicomotora. Sensación de anestesia mental. Pérdida de reacción a los estímulos agradables. Desconfianza e irritabilidad. Insomnio. Multifasidad. En lo que concierne a este último punto, cabe señalar que la evolución de la depresión endógena presenta una serie de fases. Estas fases pueden ser de tipo unipolar, durante los cuales la persona presenta sólo cuadros de depresión o: de tipo bipolar, donde se van alternando episodios depresivos con episodios hipertímicos. Dichos episodios hipertímicos son exactamente los contrario a un cuadro depresivo, donde todos los rasgos de una depresión son exaltados. A los individuos que presentan esta multifasidad se les llama coloquialmente “maniaco-depresivos”. Además, personas con otro tipo de depresiones presentan este tipo de depresión ante algunos eventos emocionales mayores, como dice de nuevo Alonso: “En esta vida, más importante que el propio problema, es la capacidad del individuo, para en cada momento enfrentarse a el”10 y puede ser, como se dijo anteriormente, fácil confundir la causa con la consecuencia. 1.3.1.2 Depresión somatógena Las depresiones somatógenas se presentan cuando hay una enfermedad orgánica que no esté directamente relacionada con la psique del paciente. Un 7 Andreasen, Nancy, El cerebro quebrantado: la revolución biológica en la psiquiatría, Nueva York, editorial Harper & Row, 1984, p 231. 8 Sabanés, Francisco, op cit, p. 32. 9 Fernández, Francisco Alonso, op cit, p. 67. 10 Sabanés, Francisco, op cit, p. 32. ejemplo común es el de la gripe, que además de los malestares propios de la enfermedad, trae consigo una depresión. Aún cuando este tipo de depresión es causada por la sensación de debilidad que trae un estado de enfermedad, puede perdurar después de que se haya superado dicha enfermedad, y por lo tanto, debe ser tratada a la par de la misma. 1.3.1.3 Depresión situativa La depresión psicógena es originada por causas psíquicas o ambientales, por fuertes tensiones o por componentes psicosociales. Es más común entre individuos que hayan perdido a alguno o ambos de sus padres antes de los 15 años y los que no tienen un soporte social. Su evolución es unipolar y generalmente multifásica y se acompaña de un desequilibrio químico causado por el o los eventos emocionales que hayan llevado a la depresión. Cada individuo tiene un cierto limite para poder aguantar fuertes tensiones y al pasar este limite es probable que aparezcan manifestaciones "siquiátricas y/o psicosomáticas" Tras haber efectuado numerosas comparaciones de casos específicos, los doctores Holmes y Rahe han enunciado y evaluado, de acuerdo con su importancia jerárquica, acontecimientos que podrían desencadenar malestares psicosomáticos. En el cuadro 1 ofrecemos este listado.11 EVALUACIÓN DE ACONTECIMIENTOS QUE PUEDEN DESENCADENAR MALESTARES PSICOSOMÁTICOS ACONTECIMIENTO Muerte del cónyuge Divorcio Separación Prisión Muerte de un pariente cercano Enfermedad personal grave Matrimonio Pérdida del empleo Reconciliación con el cónyuge Jubilación Enfermedad de un pariente cercano Embarazo Problemas sexuales Integración en una nueva familia Readaptación a algún negocio Muerte de un amigo íntimo Cambio en el tipo de trabajo Cambio en la frecuencia de las discusiones conyugales Contraer una hipoteca elevada Un hijo se va de casa 11 Sabanés, Francisco, op cit, p 35-36.17 VALOR 100 73 65 63 63 53 50 47 45 45 43 39 39 39 39 37 36 35 31 29 Problemas con la familia política Obtener un gran logro personal Los hijos inician o acaban el colegio Cambio en las condiciones de vida Malas relaciones con un superior Cambio de horario en el trabajo Cambio de casa Cambio en las actividades recreativas Cambio en la practica religiosa Contraer un hipoteca no muy elevada Cambio en la frecuencia de las reuniones familiares Cambio en los hábitos alimenticios 29 28 26 25 23 20 20 19 19 19 17 16 Como se puede observar en el cuadro a pesar de que no todos los factores son malos, a pesar de esto estos factores pueden llegar a constituir ciertas fuentes de tensión que pueden desencadenar malestares psicosomáticos. 1.3.1.4 Depresión neurótica Esta surge a partir de una neurosis asintomática, una neurosis de angustia o una fóbica; normalmente se presenta después de los veinte años, a diferencia de la neurosis que regularmente se inicia en la infancia o la adolescencia. La depresión neurótica es muy difícil de detectar, pues el síntoma faltante que se podría relacionar con la depresión es la discomunicación; que aunque se siga comunicando, no es capaz de obtener una sintonía con la gente a su alrededor. O puede confundirse con una distímia por causa de los episodios depresivos. Los datos importantes sobre el paciente para saber si ha caído en una depresión neurótica son el deseo de muerte, el autorreproche, el desinterés sexual y la fijación en el pasado, entre otros. Lo más significativo en el cambio de la personalidad del afectado para saber si sufre o no de depresión es su actitud frente a la muerte. Mientras que el neurótico presenta un temor increíble hacia la muerte, cuando la depresión se asienta este deseo se convierte en un deseo ambiguo a que llegue la muerte, lo cual puede orillar al suicidio. Es una completa paradoja donde para escapar del miedo a la muerte la persona busca llegar a ella y acabar con su temor. Clasificación actual12. 1.3.2 Aún cuando aun se habla muy a menudo de tos términos clásicos antes ya mencionados, es mejor usar el concepto clínico que a continuación mencionaremos. Aquí se hace un mayor hincapié para saber si la depresión esta relacionada con otras entidades y si cumple los requisitos, como son, síntomas, signos gravedad y tiempo de evolución. 1.3.2.1 Depresión secundaria. Este tipo de depresiones secundarias son las que tienen relación con otras enfermedades psiquiátricas y médicas. En este caso el concepto “secundario” se entiende como la consecuencia de y es indispensable identificar el trastorno original que las origino. De las alteraciones psiquiátricas como(esquizofrenia, adicción y trastornos ansiosos) como consecuencia trae las depresiones secundarias y por ultimo enfermedades médicas. Las”secundarias son en relación con otras alteraciones psiquiátricas” En estas enfermedades es común la aparición de síntomas depresivos: La esquizofrenia,”se caracteriza por una actitud clínica negativa, falta de voluntad, decaimiento afectivo, carencia de energía”. Los estados de ansiedad aguda o generalizada si se vuelven crónicos con el tiempo no se resuelven. Los alcohólicos y otros adictos al retirarles el toxico que les causa esa dependencia. Las “secundarias en relación con otras alteraciones medicas” En este capitulo abordamos las enfermedades medicas que con mayor frecuencia se relacionan a síntomas depresivos. 1.3.2.2 Depresión primaria Las depresiones primarias son al contrario de las secundarias estas no tienen que ver con la enfermedad médica o psiquiátrica. Aparecen autónomamente o una vez que se producen los desencadenamientos ya descritos, Estas están subdivididas en cuanto su gravedad. Depresiones primarias unipolares. Estas se presentan casi siempre en fases, esta es cuando no se remedian, a los intervalos de normalidad siguen fases depresivas, el tiempo que duran las fases depende del individuo. Estas depresiones aparecen a los 30 años de edad pero desaparecen con un tratamiento adecuado. 12 Depresión primarias bipolares A. Polonio – Lorente, La depresión, Madrid, editorial Martínez Roca, primera edición, 1985, p.13-21. Estas alteran los intervalos de normalidad, pero también con episodios maniáticos. La manía es otra cara de la moneda de la depresión, cuando esto se presentan en los pacientes eutróficos, expresivos, son imperativos, padecen insomnios hacen gastos excesivos y se encuentran intolerables cuando alguien les da la contraria. En casos mayores producen alucinaciones, los especialistas están tratando de encontrar elementos para determinar que personas son las que pueden presentar este cuadro bipolar, entre algunas cosas se ha encontrado. Inicios de enfermedades antes de los 25 años Antecedentes familiares de enfermedad bipolar Respuesta maniática tras el tratamiento con antidepresivos. En este caso los trastornos bipolares el pronostico es mucho peor que en los unipolares, por que por lo general son más inestables. Pero sin embargo se han encontrado tratamientos para estos. Depresiones primarias mayores. Este término “mayores” se refiere que tiene un nivel mayor de gravedad de este trastorno y se aplica en las depresiones bipolares y unipolares, en el caso de bipolares se trata de psicosis maniaco-depresiva. Depresiones primarias menores. Este término “menores" también igual a las depresiones unipolares y las bipolares, en el caso de las unipolares menores no presentan un cuadro completo”y se prolongan mucho tiempo. Las bipolares menores o alteraciones clínicas del estado de animo,”mimetizan el trastorno maniaco-depresivo, pero con menor prolongación de tiempo”. 1.4 Factores sociales de la depresión Dentro del análisis psicosocial de la depresión y la salud mental13, las influencias sociales definidas como la provisión de recursos, reales o percibidos, materiales o no, procedentes de la red social: familia, amigos, compañeros de escuela o trabajo, etc., constituyen los factores más ampliamente estudiados. Se denominan procesos psicosociales a los factores que modifican la vulnerabilidad o susceptibilidad de los individuos a la enfermedad, el menos en parte, de su diferente relación con ciertos fenómenos, estos procesos psicosociales incluyen dos categorías: una categoría de estresores negativos para la salud mental y otra de procesos protectores, o beneficiosos para la salud mental; este segundo conjunto de procesos disminuirán el efecto del primer tipo de procesos. Sin embargo, la característica común de estos procesos es la fuerza del apoyo social la cual proviene de los grupos primarios, es decir, los que son los de mayor importancia para un individuo (familiares, amigos, compañeros de escuela o trabajo, etc.) Existen dos hipótesis en torno al mecanismo del apoyo social. La primera es la hipótesis de efectos de amortiguación, en ella, el apoyo social tendrá efectos positivos para la salud mental de las personas en especial, cuando en la vida de estas surjan acontecimientos o situaciones que generen estrés, es decir que únicamente cuando una persona deba afrontar una situación difícil tendrá un papel importante la red social. La segunda es la hipótesis de efectos directos o principales que sugiere que el apoyo social tendrá un efecto positivo independientemente de que el individuo experimente estrés o no. Así, sistemáticamente y en todo momento, a mayores niveles de apoyo social, mayor nivel de bienestar psicológico. Ambas hipótesis muestran argumentos semejantes, sin embargo, el factor social según Cobb “facilita el afrontamiento de crisis y momentos de adaptación a un cambio, el apoyo social es una variante protectora”. Su definición de apoyo social es una de las más citadas: “El apoyo social es concebido como la información perteneciente a uno o más de los siguientes tipos: 1. Información que lleva al sujeto a creer que es cuidado y amado. 2. Información que lleva al sujeto a creer que es estimado y valorado. 3. Información que lleva al sujeto a creer que pertenece a una red de comunicación y obligaciones mutuas”14. El primer tipo de información se genera en la intimidad, es un marco de confianza; este es el apoyo emocional. El segundo tipo de información es más efectiva en público, afirma la valía del individuo. El tercer tipo de información se 13 Elles, Richard y Levine, Introducción a la sociología, aplicaciones con países de habla hispana, Londres, editorial Mr. Graw Hill, 1995, p. 55. 14 Ibid, p. 58. refiere tanto a bienes y servicios disponibles como a posibles peligros y métodos de defensa mutua frente a ellos, se refiere a un apoyo instrumental. 1.4.1 Conceptos de apoyo social. Fundamentalmente existen dos perspectivas de estudio del apoyo social, la funcional y la estructural. La estructural se centra en la existencia, cantidad y propiedades de las relaciones sociales que mantiene una persona: cuántos amigos tiene, frecuencia con la que se producen visitas en la familia, etc. Desde esta perspectiva se entiende que el mantenimiento de relaciones sociales implica la existencia de apoyo social, es preciso señalar que no todas las relaciones sociales son fuentes de apoyo, incluso es posible que se conviertan en relaciones estresantes. En resumen, las medidas basadas en una perspectiva estructural tienden a utilizar indicadores que no garantizan la existencia de relaciones de apoyo. La perspectiva funcional, resalta un aspecto diferente de las relaciones sociales. Se trata de identificar las funciones que satisfacen al individuo. Nos encontramos así ante una transacción de recursos (desde dinero hasta cariño) orientados a la satisfacción de una necesidad concreta, en otras palabras, lo específico del apoyo social serían las funciones que las interacciones sociales desempeñan para quien recibe el apoyo. Se han señalado diversas funciones del apoyo social. Las agruparemos en tres15: 1. Apoyo emocional. Implica la necesidad de alguien con quien hablar, plantear problemas, etc., y se refiere a las funciones desempeñadas por la familia, amigos, vecinos, etc. Se trata de las demostraciones de amor, cariño, simpatía, etc. Es el elemento más importante en la reducción del deterioro psicológico. 2. Apoyo instrumental. Consiste en la ayuda que implica bien una carencia de recursos materiales o bien la resolución de problemas cotidianos. 3. Apoyo informacional. Se trata de consejos, informaciones o guías de actuación útiles para afrontar los cambios vitales o para dar sentido a un dilema. Esta perspectiva defiende la existencia de una serie de funciones desempeñadas por cada uno de los miembros de la red de apoyo para el individuo. El apoyo puede ser real y efectivamente recibido o puede ser una percepción por parte del individuo. Se pone de manifiesto que el apoyo recibido promueve el ajuste ante el estrés incrementando la percepción de que dicho apoyo estará disponible en el futuro, en otras palabras, el apoyo recibido puede reforzar la expectativa de un apoyo disponible y, así, influir en el ajuste psicosocial de forma directa. 15 Ibid, p.60. Con respecto a las relaciones íntimas, se considera que son el aspecto más importante del apoyo social, ofrecen una definición basada en la fortaleza de los lazos con personas próximas. Las relaciones sociales son el punto de partida del apoyo social, el acceso y utilización de fuertes lazos con personas similares constituyen el núcleo central del apoyo social. El apoyo social está ligado a ciertas necesidades básicas, estas necesidades incluyen afecto, estima, pertenencia, identidad y seguridad, de esta manera el apoyo social se define como el grado en el cual las necesidades sociales básicas de una persona son gratificadas a través de la interacción, de las relaciones con otros. 1.4.2 Modelos de apoyo social. En el modelo interactivo, el apoyo es una condición bajo la cual el estrés tiene menos impacto sobre el bienestar. El apoyo actúa directamente sobre el estrés. En un modelo típico de amortiguación. El apoyo puede moderar el efecto del estrés dependiendo o no del nivel de éste. Además, no ha y efectos directos del apoyo social sobre el deterioro. En el modelo aditivo, la presencia de amortiguación ya no es tan clara. Aquí es esencial que los niveles de apoyo dependen de los niveles de estrés. En otras palabras, el apoyo social es activado y movilizado por las situaciones estresantes y, en esta medida, existe un efecto de amortiguación. CONCLUSIÓN El fenómeno de la depresión no es un problema reciente del ser humano, pero a pesar de ello, aún no se ha alcanzado un consenso sobre el. Esto es evidente en el conflicto “causa-consecuencia” dónde no hay una opinión generalizada sobre el asunto. Asimismo, con las bases teóricas ya presentadas será más fácil comprender todos los elementos que conforman este complejo tema. BIBLIOGRAFIA Andreasen, Nancy El cerebro quebrantado: la revolución biológica en la psiquiatría. Nueva York, editorial Harper & Row, 1984, p 231. Fernández, Francisco Alonso . Claves de la depresión. Madrid, editorial Cooperación Editorial, 2001, p.65. Sabanés, Francisco. La depresión. Madrid, editorial Emeka, 1990, p.5-20, 30, 50. Asociación Americana de Psiquiatría. Diagnostic and Statistical Manua of Mental Disorders. Cuarta edición en línea: “www.behavenet.com” Washington D.C., 2000-2002. Calderón Narváez, Guillermo. Depresión México, editorial Trillas, cuarta reimpresión, 1990, p.15-30. Belloch, A.; Sandín, B. y Ramos, F. Manual de Psicopatología. Madrid, editorial Isabel Capella, primera edición, 1995, p.35-36. Elles, Richard y Levine. Introducción a la sociología, aplicaciones con países de habla hispana. Londres, editorial Mr. Graw Hill, 1995, p. 55-60. Lapper, J. T. Efectos de las masas, poder y limitaciones e los medios modernos de comunicación. Madrid, editorial Aguilar S.A., 1974, p.31-33. CAPÍTULO II. LAS PRINCIPALES CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA DEPRESIÓN Y SU TRATAMIENTO. INDICE 2.2 Causas de la depresión. 2.1.1 Causas Biológicas 2.1.2 Causas Psicológicas 2.1.3 Causas Sociales - Modelo vitamínico de salud mental. - Factores de causa social. 2.4 Síntomas de la depresión 2.5 Consecuencias de la depresión: El suicidio. 2.4 Tratamiento de la depresión. 2.4.1 Medicación 2.4.5 Terapia Psicológica 2.4.6 Terapia electroconvulsiva 2.4.7 Tratamientos Naturales En este capítulo profundizaremos en las causas y consecuencias de la depresión, apoyándonos en el marco teórico presentado en el capítulo anterior. Además analizaremos como detectar esta enfermedad y que medidas se deben tomar para combatirla. Esperamos que aunque no exista un consenso sobre las causas de la depresión, sí existan caminos bien establecidos para curarla. En la depresión se da un factor muy importante que es el desequilibrio bioquímico, en este “los sectores químicos de la depresión se encuentran ocultas en el cerebro en una región denominada sistema límbico, que controla emociones como el temor, la ira y el hambre. La localización central del sistema límbico puede explicar la forma en que cualquier variación química ahí ocurrida cause los abundantes síntomas mentales y físicos de la depresión.”16 Los mensajes eléctricos deben traducirse en reacciones químicas. “Los mensajes viajan a través de las brechas entre neuronas mediante 20 compuestos químicos llamados neurotransmisores17”. Los cuales parecen estar implicados en el estado anímico. “En el caso de la depresión, existe u bloqueo en las neuronas receptoras ocasionado por las endomorfinas que inhiben la serotonina”18 “Se descubrió que ciertos neurotransmisores se relacionaban con los cambios de humor en los pacientes maniaco depresivos”19. Siempre que hay un estímulo hay una respuesta, para que ese estímulo llegue al sistema nervioso se necesita de un mensajero, llamado neurotransmisor (noradrenalina, serótina, dopamina y acetil colina, etc.) Estos neurotransmisores llegan a la zona de sinapsis (unión de dos o más neuronas) en la cual se transmiten la información donde la neurona puede ser excitada o inhibida según el estímulo. Esta neurona va a mandar un mensaje al hipotálamo el cual regula muchas funciones vegetativas como la temperatura, hambre, sed, instinto sexual, actividad gastrointestinal, presión sanguínea y emociones como ira, cólera, depresión, etc. (esto llevado a cabo a nivel del sistema endocrino regulado en su mayoría por la hipófisis.) El organismo depende de estas estructuras para poder regular la cantidad de sustancias que se requieren para mantener al dicho organismo en homeostasis (mantenimiento del equilibrio de un organismo del interior con el medio que lo rodea.) Cuando estas sustancias u hormonas no son secretadas correctamente ya sea en menor o mayor cantidad se pierde dicho estado de homeóstasis, provocando cambios fisiológicos, al no haber suficientes receptores a nivel celular en el órgano blanco (sitio del organismo en el que van a actuar las 16 Lammoglia, Ernesto, El desequilibrio bioquímico, La mascara de la depresión, México, Grijalbo, 2001, p.105. 17 Ibidem 18 Ibidem 19 Ibid, p. 106 hormonas.) Esto provoca cambios fisiológicos en el interior que se ven expresados al exterior como una depresión. 2.1 Causas de la depresión No se ha especificado una causa para la depresión, pero se cree que involucra una serie de factores. El medio ambiente en el que vive la persona, así como una serie de elementos biológicos y fisiológicos pueden dar pie a que se presente un cuadro clínico de depresión. 2.1.1 Causas biológicas. Existen una serie de factores biológicos normalmente relacionados con la depresión20, aunque si bien son causas de la depresión, normalmente requieren de algún “gatillo” social para degenerar en un cuadro completo de depresión. 20 Herencia - La tendencia a sufrir de depresión puede ser hereditaria, existe evidencia de que este desorden emocional corre por las familias. Fisiología - Pueden existir cambios en los químicos cerebrales que transmiten la información en el cerebro, llamados neurotransmisores. Muchas drogas antidepresivas modernas intentan incrementar los niveles de ciertos neurotransmisores, como la serotonina. Aunque la relación causal, se supone que los medicamentos antidepresivos alivian ciertos sintomas de la depresión, aunque los críticos señalan que la relación entre la serotonina, los SSRIs y la depresión se simplifican en exceso cuando se presentan al público. Condiciones médicas - Ciertas enfermedades, como la hepatitis, la mononucleósis y el hipotiroidismo pueden contribuir a la depresión, al igual que ciertas drogas prescritas tales como las píldoras anticonceptivas y los esteroides. Alcohol y otras drogas - El uso del alcohol puede tener un efecto adverso en el estado de humor, el uso erróneo o abuso del alcohol los tranquilizantes de benzodiazepina y las píldoras para dormir pueden jugar un papel importante en la duración y gravedad de la depresión, el lazo entre el uso frecuente de la marihuana y la depresión también está ampliamente documentado, aunque la dirección de la causalidad sigue estando en duda. Depresión post-parto - Alrededor del diez por ciento de mujeres recién convertidas en madres sufren de algún tipo de depresión después de dar a luz. Cuando esto ocurre, la enfermedad se presenta Kasper, Sigfried; A. DenBoer, Johan; Ad Sitsen, J.M., Handbook of depression and anxiety, Nueva York, editorial Marcel Dekker Inc., segunda edición, 1994-2003, p.130. regularmente tres meses pasado el parto y puede durar varios meses. Dos de cada mil madres presentan depresiones lo suficientemente severas como para inducirles alucinaciones o demencias. Desorden afectivo temporal (SAD) - Este es un tipo de desorden depresivo que ocurre en invierno cuando las horas del día son más cortos. se cree que la producción corporal de melatonina, que se produce en niveles aumentados durante la oscuridad, juega un papel principal en el sufrimiento del SAD, así como que muchos pacientes responden correctamente a la terapia por luz brillante, también conocida como fototerapia. Se cree que altos niveles de ácidos grasos Omega-6 en el cerebro también contribuyen a este desorden. 2.1.2 Causas psicológicas La baja autoestima, la auto-derrota y el pensamiento distorsionado están aunados a la depresión21. Aún cuando no se tiene claro cual es la causa y cual es el efecto, se sabe que los pacientes que hacen correcciones en sus patrones de pensamiento muestran mejorías en su estado de humor y en su auto-estima. Los factores psicológicos incluyen el complejo desarrollo de la personalidad y como se ha aprendido a soportar factores ambientales externos tales como el estrés 21 Experiencias tempranas - Eventos tales como la pérdida de alguno de los progenitores, rechazo, enfermedad crónica y abuso severo, ya sea físico, psicológico o sexual, pueden incrementar la posibilidad de sufrir depresión en etapas más avanzadas de la vida. El estrés posttraumático (PTSD) incluye a la depresión como uno de sus síntomas principales. Experiencias actuales - La pérdida del empleo, las dificultades financieras, lárgos periodos de desempleo, la pérdida de un cónyuge u otro miembro de la familia, divorcio o el fina l de alguna otra relación profunda u otros eventos traumáticos pueden disparar la depresión. Estrés a largo plazo, en el trabajo, la casa o la escuela pueden estar aunados también. Vivir con una persona deprimida - Aquellos que viven con personas en depresión experimentan también altos niveles de ansiedad y disrupción vital, lo que incrementa la posibilidad de que también se depriman. Teoria evolutiva - Existen un par de teorías evolutivas que explican la depresión como una causa natural. Ambas sugieren que la depresión es un mecanismo de defensa, si un individuo se encuentra en una larga Ibid, p. 135, 150. lucha por dominación de su grupo social y claramente está perdiendo, la depresión causa que el individuo se repliegue y acepte un papel sumiso. Así, el individuo se protege de daño innecesario y evita desperdiciar energía, tiempo y recursos en la lucha. De este modo la depresión mantiene la jerarquía social. Por otro lado, puede que la respuesta cognitiva que produce la depresión moderna haya evolucionado como un mecanismo que le permite a la gente darse cuenta si está persiguiendo una meta imposible. Aún así, otros dicen que la depresión puede estar aunada al perfeccionismo. La gente que puede aceptar finales satisfactorios en vez de "los mejores" tienden a vivir vidas más felices. 2.1.3 Causas sociales de la depresión. Diversos autores han situado a la estructura social como un factor etiológico de la enfermedad mental; la sensibilidad al contexto social el cual se desarrolla la enfermedad mental, tiene como consecuencia radical el deterioro psicológico. Las características del ambiente físico y social de los individuos y la posición que estos ocupan dentro de la estructura son aspectos fundamentales para el bienestar mental que se han señalado en esta parte de la investigación. El modelo vitamínico de salud mental. El modelo de Peter Warr destaca tres aspectos fundamentales. Por un lado, se encuentran una serie de categorías ambientales. Estas categorías ambientales mantienen un orden de relación con el bienestar psicológico del individuo, constituyendo la segunda parte del modelo. En tercer lugar, Warr reconoce la existencia de diferencias individuales y lo define como el papel del individuo. Warr considera nueve características del ambiente que pueden influir en el bienestar psicológico. o Oportunidad de control. Este factor tiene dos características principales. En primer lugar, la oportunidad para tomar decisiones y actuar en la forma elegida. En segundo lugar, la posibilidad de predecir las consecuencias de acción. o Oportunidad para la utilización y desarrollo de conocimientos y habilidades. El ambiente lo puede limitar en dos sentido. Primero, puede limitar la utilización de habilidades que un individuo posee, permitiendo sólo comportamientos rutinarios. Segundo, puede existir una restricción en la adquisición de nuevas habilidades. o Existencia de metas externamente generadas. Las obligaciones y objetivos que surgen de los roles desempeñados requieren de normas de comportamiento. Esto genera una rutina de acción que estructura la actividad individual. Un ambiente que no genera demandas sobre una persona y que tampoco genera metas u objetivos, ni potencia ninguna actividad o logro, es negativo para la salud mental. Ahora bien, un ambiente que genera metas excesivas o demasiado complejas también puede influir negativamente sobre el bienestar psicológico de la persona. o Variedad ambiental. Si las metas y acciones fijadas por el ambiente se asocian con acciones repetitivas e invariantes, el bienestar psicológico se verá negativamente afectado. o Claridad ambiental. Implica tres aspectos. El primero, la disponibilidad de información acerca de las consecuencias de una acción. Segundo, el grado en el que las conductas de las otras personas son predecibles. Tercero. La claridad de las exigencias del rol del individuo y las normas requeridas sobre su comportamiento. o Disponibilidad económica. La falta de recursos económicos implica la ausencia de control, afectando negativamente la salud mental. o Seguridad física. Para que una persona tenga una buena salud mental requiere de un ambiente en el cual sienta seguridad, el ambiente debe de protegerlo de amenazas físicas. Se trata de ofrecer los niveles de seguridad adecuados. Esto incluye tener un lugar para dormir, donde preparar los alimentos, un área de intimidad personal, etc. o Oportunidad para el desarrollo de las relaciones interpersonales. Existen cuatro razones por las cuales las relaciones interpersonales son beneficiosas para la salud mental. En primer lugar, satisfacen las necesidades de amistad, reduciendo los sentimientos de soledad. Segundo, puede generar ayuda de diversos tipos, nos referimos al apoyo social. En tercer lugar, dentro del marco de las relaciones interpersonales se desarrolla la comparación social. Por último, dota al individuo de in sentimiento grupal. o Posición social valorada. La posición en la estructura social tiene efectos sobre el autoestima y sobre la valoración y aprobación sociales.. La valoración propia del individuo se genera del valor que se da a las deferentes actividades propias del rol. Aunque también es consecuencia de la contribución a las instituciones de las que forme parte. El prestigio asociado ala posición social supone la prueba pública de posesión de ciertas capacidades y de conformidad con ciertas normas y obligaciones. Factores de causación social Existe una relación entre estatus socioeconómico y deterioro psicológico, es decir, a medida que aumenta el bienestar social y económico de los grupos sociales se reduce la presencia del deterioro psicológico22. Aunque también las causas del deterioro psicológico se encuentran en los procesos socioestructurales de las experiencias de las personas. 22 Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., Emery, G., Cognitive therapy of depression, Nueva York, editorial Guilford., 1987, p. 189. Con respecto a esto, existe una hipótesis, llamada hipótesis de causación social, según la cual los procesos sociales pueden producir condiciones que incrementan la vulnerabilidad ante el deterioro psicológico. La segunda aproximación señala que el orden causal sería el inverso. En otras palabras, es más común encontrar algún tipo de deterioro psicológico entre los que pertenecen a los grupos desfavorecidos. Los procesos socioestructurales no darían lugar a los diferentes niveles de salud mental, sino que en realidad nos encontraríamos con un proceso de selección social, en la cual los individuos que padecen deterioro psicológico se verían incapacitados para ascender en las escalas de posición social, o no conseguirían mantener la posición socioeconómica de su familia de origen. Es el deterioro psicológico el que condiciona la clase social, y no al contrario. Existen cuatro componentes fundamentales del deterioro psicológico. En primer lugar, los factores sociales subyacentes, estos factores se relacionan con la clase social y la etapa en el ciclo vital. El segundo componente es el factor etiológico (o agentes provocadores del deterioro) por un lado, nos encontramos con los sucesos vitales severos, por severo se entiende un proceso que implica una pérdida importante (o la amenaza de dicha pérdida) En gran medida consiste en la separación de alguna persona significativa para el individuo. Como segundo factor etiológico nos encontramos con aquellos problemas importantes que duran al menos dos años y que implican problemas no relacionados con la salud, y son denominados como problemas mayores. El tercer componente son los factores de vulnerabilidad, estos factores como en las causas psicológicas, sólo actúan ante la presencia de un estresor. Con esto surge una pregunta, ¿Cuáles son esos factores que incrementan el riesgo de depresión ante un suceso vital o en la experiencia de dificultades mayores?23 Pues bien, nos encontramos con cuatro factores. El primero y el más importante, es el apoyo social, en el que se incluyen la calidad de las relaciones interpersonales, lo que se denomina como intimidad y que toma en cuenta la frecuencia y calidad de las relaciones sociales. El segundo factor de vulnerabilidad es la pérdida de la madre por muerte o por separación antes de los 11 años de edad. El tercer factor consiste en la presencia en casa de 3 o más hijos con una edad de 14 años o menos. El cuarto y último factor de riesgo es la carencia de un empleo, ya sea de tiempo completo o tiempo parcial. Ahora bien, tanto los factores etiológicos como los factores de vulnerabilidad implican el funcionamiento de una variable psicológica. En el caso de los sucesos vitales y dificultades cotidianas graves, dicha variable es la desesperanza. La secuencia causal es la siguiente: Pérdida → desesperanza → depresión24. El cuarto componente del deterioro psicológico se refiere a los factores que influyen en la cronicidad y gravedad de los síntomas, éstos se llaman factores de formación de síntomas. La gravedad de los síntomas de la depresión se relaciona con una pérdida de importancia en el pasado, esto implica cualquier tipo de pérdida, especialmente durante la niñez o la adolescencia. El tipo de pérdida se relaciona con la tipología de los síntomas. 23 24 Ibid, p. 192. Ibid, p. 190. Una pérdida por muerte lleva a un diagnóstico de depresión psicótica. Una pérdida por separación lleva a un diagnóstico de depresión neurótica. En cuanto a los síntomas crónicos el principal determinante son las dificultades a largo plazo. Este tipo d dificultades varía en función de la clase social. De esta manera, las dificultades domésticas, económicas y relacionadas con los familiares tardan más en resolverse en las personas de bajos recursos. Esto, y la mayor frecuencia de aparición de nuevas dificultades explica la mayor prevalencia de la depresión en la clase baja. De esta manera, se trata de explicar no sólo la aparición de la depresión, sino también la gravedad y duración de sus síntomas. Cabe señalar, que los factores etiológicos, los factores de vulnerabilidad y factores de formación de síntomas tienen un marcado origen social, ya que constituyen parte de las condiciones de vida de las personas y que de igual forma no son iguales en todas las posiciones sociales. A su vez, esta distribución desigual entre las clases sociales explica las diferencias en incidencia y prevalencia de la depresión. Dentro de los procesos socioestructurales existen tres factores que explican la relación entre estatus socioeconómico y deterioro psicológico (depresión y ansiedad). Ciertas características sociodemográficas (empleo, ingresos, educación, género, raza y estatus matrimonial) determinan las condiciones de vida de los individuos, estas condiciones generan una serie de experiencias, y las experiencias características de los diferentes estatus socioeconómicos dan lugar al desarrollo de distintas creencias e interpretaciones acerca de la sociedad, las relaciones sociales, etc. El nivel de deterioro va a depender de esas ciencias. La alienación, autoritarismo y desigualdad son los vínculos entre la realidad externa y la realidad interna del deterioro psicológico. 2.1 Síntomas de la depresión De acuerdo con el criterio del DSM-IV-TR25 para diagnosticar un desorden depresivo mayor, se requieren uno o dos de los siguientes elementos: Estado de animo depresivo, o Perdida de interés o placer. Es suficiente tener uno de estos síntomas, además de cuatro de la siguiente lista: Sentimientos dominantes de tristeza o miedo, o la inhabilidad de sentir emociones. Una disminución de la cantidad de placer derivado de lo que solían ser actividades placenteras. Cambio del apetito marcado por una diferencia de peso. Patrones alterados de sueño, como insomnio o sueño excesivo. Cambios en los niveles de actividad. Fatiga mental y física. Sentimientos de culpa, inseguridad y/o miedo. Una falta de auto-estima. Problemas para concentrarse o tomar decisiones. Daño personal o consideración del mismo. Consideración de suicidio o muerte. La depresión en los niños puede no ser tan fácil de identificar ya que no es tan obvia. Los infantes pueden presentar los siguientes síntomas: Pérdida de apetito. Problemas de sueño, tales como pesadillas recurrentes. Problemas de memoria y aprendizaje donde no los había anteriormente. Cambios conductuales importantes, como aislamiento social y agresión. En niños mayores y adolescentes un indicador adicional puede ser el uso excesivo de alcohol o drogas. Los adolescente depresivos presentan un riesgo particularmente alto de comportamientos destructivos, tales como desordenes alimenticios como anorexia y bulimia o auto-daño. Uno de los instrumentos más utilizados para la medición de la depresión es el “Inventario de depresión de Beck”, una encuesta de opción múltiple de 21 preguntas.26 Es difícil para gente que no ha experimentado la depresión, ya sea personalmente o por exposición regular a individuos deprimidos, entender su impacto emocional, interpretándolo como si fuera similar a “sentirse apachurrado” o “andar triste”. Como indica la liste anterior, la depresión clínica es un síndrome de síntomas interconectados que van mucho más allá de sentimientos tristes o dolorosos. Una gran variedad de indicadores biológicos 25 Asociación Americana de Psiquiatría, Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Washington D.C., cuarta edición en línea: “www.behavenet.com”, 2000-2002 26 Ambrosini PJ, Metz C, Bianchi MD, Rabinovich H, Undie A. Concurrent validity and psychometric properties of the Beck Depression Inventory in outpatient adolescents, Nueva Orleans, editorial J Am Acad, 1991, p. 51-57. muestran que hay cambios significativos en la química cerebral y una reducción de actividad cerebral. 2.2 Consecuencias de la depresión: El suicidio. La mayor parte de los que tienen ideas suicidas están, además, deprimidos27. Los dos principales motivos por los que una persona se deprime son, en primer lugar, la pérdida del control sobre su situación vital y sus emociones y, en segundo lugar, la pérdida de toda visión positiva del futuro (desesperación). Ante la depresión y las ideas suicidas que de ella derivan sólo puede resultar eficaz una terapia que ayude a recuperar el control y la esperanza. La depresión hace que la visión del mundo circundante se estreche hasta tal punto que se llegue a distorsionar la realidad. Los individuos se fijan únicamente en los aspectos negativos de la vida, y los positivos los pasan de largo como si no tuvieran importancia alguna o, sencillamente, no existieran. Rechazan por estúpidas todas las opciones que se les ofrecen para resolver su problema, hasta que parece que no hay solución posible. Interiorizan una tristeza persistente y angustiosa que, como la muerte súbita del padre o de la madre, produce un dolor que dura semanas, meses e incluso años. Empiezan a creer que nada los puede aliviar y que su dolor no va a acabarse nunca. El suicidio no soluciona nada, lo único que hace es adelantar el final sin haber encontrado la solución. No se puede decir que el suicidio sea una opción, ya que "opción" quiere decir "posibilidad de optar o elegir"28, y el suicido nos arrebata para siempre lo uno y lo otro. La muerte es un acontecimiento irreversible que, no sólo no elimina el dolor, sino que lo transmite a quienes nos rodean. También transmiten su dolor las personas que viven en la más absoluta soledad y se quitan la vida. Se lo transmiten a aquellos miembros de la sociedad a quienes les importa y les preocupa. Algunas personas pueden ser genéticamente propensas a la depresión, padecer un desequilibrio químico, o haber pasado muchas desgracias a lo largo de su vida: algo que, en suma, les conduce a la depresión. Hay personas que "llaman a la depresión a gritos": son las que cultivan procesos de pensamiento cognitivo irreales y aspiran en la vida a objetivos inalcanzables. Sea cual sea la causa de la depresión, cualquier persona puede verse asaltada por intensas ideas de suicidio cuando el futuro se muestra desesperanzador. No hay ninguna clase o tipo específico de persona que pueda tener la seguridad de no albergar jamás pensamientos suicidas. Los médicos, los terapeutas y los adolescentes ocupan los primeros puestos en las estadísticas de suicidios consumados; si bien parece que en personas con firmes convicciones religiosas es más infrecuente el intento de suicidio. 27 28 Sarason, I. y Sarason, B., Psicología Anormal, México, editorial Prentice May, 1995, p 85. Ibid, p. 88. La enfermedad psiquiátrica con más riesgo de suicidio es la depresión . Los momentos de la enfermedad con más riesgo son cuando disminuye la inhibición y la melancolía (empiezan a mejorar) o cuando se inicia la depresión. Los tres síntomas de la depresión relacionados con el suicidio son29: Aumento del insomnio Aumento del abandono del cuidado personal Aumento del deterioro cognitivo Existen varias opiniones sobre la significación de los síntomas psiquiátricos en el paciente suicida. Los intentos de suicidio presentan una condición depresiva que es fácil de reconocer. Los depresivos endógenos corren mayor riesgo que los depresivos reactivos, los intentos de suicidio son impulsivos, pueden decidirse una hora antes. Los intentos de suicidio son especialmente comunes entre las mujeres menores de 35 años (más entre 15 y 24 años), los hombres lo hacen en edad más avanzada. Por clases sociales es más común en las más bajas, pero más efectivo entre las clases altas y grupos profesionales de alto estatus económico. Factores asociados al riesgo de suicidio30: Mujeres menores de 35 años, hombres mayores de 40 Separación, divorcio o muerte del cónyuge Pérdida inminente de un ser querido La soledad y el aislamiento social Problemas económicos, paro reciente o jubilación Mala salud Ocupación de alto estatus Depresión (sobre todo endógena) Enfermedad terminal Problemas con alcohol y/o drogas Anteriores intentos de suicidio Historia previa de trastornos afectivos Historia familiar de trastornos afectivos, suicidio, alcoholismo Indicios suicidas (avisos o conversaciones suicidas) Preparativos (hacer testamento, seguros, nota suicida) En general los pacientes suicidas están dispuestos a hablar de sus intenciones y para algunos la necesidad de desahogarse con alguien que les toma en serio es terapéuticamente positivo. Cuando existe la posibilidad de suicidio se le debe animar a que hable de ello y procurar emplear tiempo en el futuro para seguir hablando del tema con lo cual se puede facilitar el ingreso temporal en 29 30 Ibid, p. 90 Ibid, p.90. una unidad psiquiátrica y/o proporcionar la ayuda necesaria para atenuar la circunstancias que provocan el intento suicida. Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas sobre sí mismos, presión para lograr éxito, inquietudes financieras y otros miedos mientras van creciendo. Para algunos adolescentes, el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastros, o las mudanzas a otras nuevas comunidades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí mismos. En algunos casos, el suicidio aparenta ser una "solución." La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento. Cuando los padres sospechan que el niño o el joven puede tener un problema serio, un examen psiquiátrico puede ser de gran ayuda. Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión31. Los padres deben de estar conscientes de las siguientes señales que pueden indicar que el adolescente está contemplando el suicidio. Los psiquiatras de niños y adolescentes recomiendan que si el joven presenta uno o más de estos síntomas, los padres tienen que hablar con su hijo sobre su preocupación y deben buscar ayuda profesional si los síntomas persisten. Cambios en los hábitos de dormir y de comer. Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales. Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa. Uso de drogas o del alcohol. Abandono poco usual en su apariencia personal. Cambios pronunciados en su personalidad. Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar. Quejas frecuentes de dolores físicos tales como los dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven. Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones. Poca tolerancia de los elogios o los premios. El adolescente que está contemplando el suicidio también puede: Quejarse de ser "malo" o de sentirse "abominable." Lanzar indirectas como: "no les seguiré siendo un problema", "nada me importa", "para qué molestarse" o "no te veré otra vez." Poner en orden sus asuntos; por ejemplo, regalar sus posesiones favoritas, limpiar su cuarto, botar papeles o cosas importantes, etc. Ponerse muy contento después de un período de depresión. Si el niño o adolescente dice, "Yo me quiero matar" o "Yo me voy a suicidar", se debe tomar muy en serio y llevarlo a un psiquiatra de niños y adolescentes o 31 Carlson, N., Fundamentos de Psicología Fisiológica, México, editorial Prentice May. 1996, p.135. a otro médico para que evalúe la situación32. A la gente no le gusta hablar de la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no ha de "ponerle ideas en la cabeza"; por el contrario, esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas. Con la ayuda de la familia y con tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo. Mencionan la diferencia de su ocurrencia en las depresiones reactivas moderadas, de nivel neurótico y las más profundas de categoría psicótica. Por supuesto, en estas últimas el riesgo es mucho mayor. En aquellos cuadros depresivos asociados a una manifiesta histeria, en pleno período de estado, hay anuncios e intentos suicidas. Pero, hay casi siempre "anuncios más o menos melodramáticos"33. El hecho suele producirse, efectivamente, ante un auditorio. Por lo general, no es serio, es decir, el recurso no es idóneo para lograr la muerte. No se arroja al vacío, ni se dispara un tiro, ni piensa en tirarse a las vías. Se elige el corte en el antebrazo (cortarse las venas), tomar fármacos comunes, etc. El objeto es llamar la atención, con alto contenido histriónico, y consecutivo a situaciones conflictivas explosivas. Es un intento "utilitario" en el sentido de conseguir algún objetivo en el entorno. En cambio los intentos suicidas del deprimido severo, son serios. Suele planearse, generalmente en cierto secreto y el cuidado que pone en su ejecución hace que casi siempre culmine en muerte. En su comienzo, el sujeto suele manifestar a quienes le rodean que "es mejor terminar con todo, así no se puede vivir, esto no tiene arreglo, es mejor desaparecer". Es decir explicita su idea autodestructiva. Pero hasta aquí hay ambivalencia: se piensa en el suicidio, pero se resiste a la idea. Sin embargo, el riesgo aumenta, cuando el individuo parece tranquilizarse. Como antes dijimos, cesa la ambivalencia, desaparece la disyuntiva y la lucha interior; generalmente la resolución ha sido tomada y ahora se elabora la ejecución del acto. Se puede expresar que la resolución suicida es, esencialmente un elemento de la esfera afectiva (en este caso con depresión). Por lo tanto, el nivel cultural del sujeto, las apelaciones a su alta capacidad de razonamiento, no tienen sentido. Tampoco debe confiarse, en absoluto, en que la psicoterapia, en esa situación, pueda brindar resultados y en todo caso, implica un riesgo tan alto que no puede ser asumido. La idea suicida no es un razonamiento, sino un sentimiento. Por ello el deprimido grave con alta tendencia suicida debe ser internado con la misma urgencia de un abdomen agudo. En caso de una situación álgida34 (riesgo de suicidio, ansiedad, componente psicótico, etc.) la psicoterapia profunda no tiene cabida. Más aún, se insiste en que la exploración del inconsciente y la psicoterapia introspectiva están 32 Ibid, p.140. Ibidem. 34 Ibid, p. 151. 33 contraindicadas formalmente. El análisis de motivaciones inconscientes puede producir en el paciente desasosiego y angustia al descubrir elementos negativos de su historia vital, agranda el cuadro. No es este el momento, en el cual, más adelante, ya mejorado el paciente, podrá ser considerado ese tratamiento. La aproximación psicoterápica, en ese momento álgido, debe ser de apoyo, y así debe continuar hasta cesado el cuadro. Se debe insistir en luchar contra las ideas de culpa, ruina, indignidad, pesimismo. Es preciso desvalorizar estos sentimientos, quitarles vigor, minimizándolos. Presentar su porvenir aceptable es imprescindible. Buena técnica es pedirle al paciente un plazo: que permita su tratamiento durante alrededor de 2 meses exponiéndole la seguridad de su curación. Aquí el médico debe ser seguro, asertivo, concluyente. El deprimido es escéptico respecto a su curación y señala su convicción de un destino ominoso, pero cierto es también que la seguridad, la tranquilidad y la palabra firme del médico y la autoridad que se desprende de él causan efecto. En el fondo él necesita ser consolado. También es importante explicar al paciente que tendrá molestias con la medicación; pero esto suele ser positivo, puesto que el individuo lo relaciona con la potencia de la droga, y la energía del tratamiento, lo cual asoma una esperanza. Se le debe decir, concretamente, que no tendrá deterioro al salir de su enfermedad, que ésta no afecta "al intelecto", sino a la afectividad. Debe insistirse, una y otra vez, en que la esperanza existe, que es razonable y segura, visto el tratamiento que habrá de hacerse y que él comprobará pronto cuan infundadas son sus ideas depresivas. Mientras más grave el cuadro, menos efectivo será este tratamiento psicoterápico y se puede llegar a casos en que nuestra las palabras "resbalan" en el paciente; si así ocurre, habrá llegado también el momento de la internación. Finalmente, por lo tanto, el tratamiento de elección en la depresión severa es35: 1. Tratamiento farmacológico, cubriendo también la angustia y la ansiedad. No corresponde psicoterapia profunda en los momentos álgidos del proceso. 2. Si el riesgo de suicidio es evidente, internación urgente y tratamiento de electroshock. 3. Si el tratamiento farmacológico (aún cambiando o combinando fármacos) se muestra ineficaz durante un lapso prudencial, efectuar electroshock (siempre en ambiente sanatorial). 4. Evaluar la posibilidad de psicoterapia posterior. La depresión, imputabilidad discriminación el cuadro se 35 Ibidem mientras se mantenga en el ámbito neurótico, no condiciona penal, ni irresponsabilidad. El individuo sigue con clara de la realidad, aunque la vea de manera penosa y pesimista. Si agrava y aparece riesgo de suicidio, clínicamente evaluado, corresponderá la internación, aún en contra de la opinión del enfermo, ya que es, como se ha dicho, el mejor y a veces, único resguardo posible. Si la enfermedad configura ya un cuadro psicótico, con delirio, ideas patológicas de influencia, el paciente es entonces un alienado, y como tal irresponsable36. Pero, como el síndrome depresivo es, en general de buen pronóstico, y aquí en tiempo relativamente breve, la intervención judicial es excepcional, lo cual constituye, desde ya un elemento positivo para el conocimiento del paciente. No es necesaria en absoluto autorización judicial para el tratamiento, aún intenso, del enfermo. Ni para la realización tampoco de electroshock. Sí correspondería, en cambio, que la familia se encuentre perfectamente informada, y autorice, desde ya, la terapia instituida. 36 Ibidem. 2.4 Tratamiento de la depresión Los tratamientos de la depresión varían ampliamente y son diferentes para cada individuo, regularmente se intentan varios tipos de estos y sus combinaciones. Existen dos modos primarios de tratamiento, típicamente empleados a la par: la medicación y la psicoterapia. Un tercer tratamiento, la terapia electroconvulsiva que se llega a utilizar donde el tratamiento químico falla. Otros tratamientos alternativos de la depresión son el uso de vitaminas, hierbas u otros suplementos alimenticios. 2.4.1 Tratamiento con medicamentos Los medicamentos antidepresivos son regularmente la primer opción de tratamiento prescrita por los médicos. Los antidepresivos alivian los síntomas de la depresión, lo cual facilita al paciente enfrentar sus problemas y tomar las acciones apropiadas: 37 Drogas Tricíclidas37 – Son las más viejas y casi fuera de uso, ya que provocan efectos secundarios como hipertensión, nauseas boca seca y fallas en la memoria. Además de ser potencialmente mortales en sobredosis moderadas. Aún se utilizan dada su alta potencia en casos severos de depresión clínica. Inhibidores de serotonina38 – Los SSRIs39 comprenden la familia estándar de antidepresivos. Se piensa que una de las causas de la depresión es la producción de una cantidad no adecuada de serotonina, un químico que el cerebro usa para transmitir señales entre las neuronas. Estas drogas previenen la reabsorción de serotonina para mantener al cerebro funcionando correctamente. Sus efectos secundarios son poco severos, como nauseas, boca seca o reducción de la funcionalidad sexual. Inhibidores de monoamino-oxidaza40 – (MAOIs) Estos se usan en caso de que otros tratamientos sean inefectivos. Son peligrosos ya que tienen interacciones no deseables con ciertos alimentos y drogas. Inhibidores de noradrenalina41 – Los NARIs42 actúan por vía de la noradrenalina y se supone que tienen un efecto positivo en la concentración y la motivación. Roca Bennhasar, Miquel, Trastornos del humor, Madrid, Sociedad Española de Psiquiatría, editorial Médica Panamericana, primera edición, 1994, p.794. 38 Ibid, p. 800 39 Kasper, Sigfried; A. DenBoer, Johan; Ad Sitsen, J.M., op cit, p.119, 277, 350, 399, 617. 40 Roca Bennhasar, Miquel, op cit, p. 802. 41 Kasper, Sigfried; A. DenBoer, Johan; Ad Sitsen, J.M., op cit, p.397-399. 42 Roca Bennhasar, Miquel, op cit, p. 807. Inhibidores de serotonina y norepinefrina43 – Conocidos también como SNRIs44, son una forma nueva de antidepresivo con efectos secundarios muy similares a los SSRIs aunque con algo de síndrome de abstinencia al abandonar el tratamiento. Tranquilizantes y sedantes45 – Típicamente prescritos para calmar la ansiedad y apoyar al sueño. Dado su alto potencial para adicción, se aplican solamente para uso ocasional o de corto plazo. Normalmente se usan para combatir efectos secundarios de otras drogas. Antipsicóticos46 – Son estabilizadores de humor efectivos en tratar la ansiedad que se utilizan para aumentar la potencia de algún antidepresivo o para aliviar los síntomas sicóticos o paranoides que acompañan a la depresión clínica. Sus efectos secundarios son severos: visión borrosa, espasmos musculares, disquinesia (movimientos involuntarios) y aumento de peso. Litio47 – Este sigue siendo el tratamiento estándar para el desorden bipolar, pero también es particularmente efectivo para prevenir recaídas en pacientes que hayan sufrido de depresión. Puede causar sed, temblores, nausea o diarrea. SP Antagonists48 – La sustancia P es un péptido neuroquímico de amplia distribución en el cerebro; en 1980 se crearon una serie de clones de el receptor cerebral de esta sustancia, de estos, el compuesto MK-869 se ha probado para combatir depresiones mayores y ha dado resultados satisfactorios. Los “antagonistas de sustancia P” como sería su nombre en español, son más eficaces que la paroxitina pero con efectos laterales mucho menos malignos. 2.4.2 Terapia psicológica En la terapia psicológica, el paciente recibe asistencia para entender y resolver los problemas que puedan estar contribuyendo a la depresión. Esto se puede hacer en solitario o dentro de un grupo, y es dirigido por profesionales de salud mental, como son psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales o enfermeras psiquiátricas. Es importante para el paciente conocer el entrenamiento con el que cuenta el terapista, así como los métodos que emplea, ya que se forma un lazo entre el medico y el cliente, es importante que el paciente se sienta comprendido por el terapeuta. 43 Kasper, Sigfried; A. DenBoer, Johan; Ad Sitsen, J.M., op cit, p.399-400. Roca Bennhasar, Miquel, op cit, p. 808. 45 Kasper, Sigfried; A. DenBoer, Johan; Ad Sitsen, J.M., op cit, p.401-404. 46 Roca Bennhasar, Miquel, op cit, p. 809. 47 Ibidem. 48 Kasper, Sigfried; A. DenBoer, Johan; Ad Sitsen, J.M., op cit, p.620-621. 44 Los consejeros pueden ayudar a una persona a hacer cambios en sus patrones de pensamiento, a lidiar con problemas de relaciones interpersonales, detectar y tratar recaídas y entender los factores que contribuyen a la depresión. Existen muchos métodos terapéuticos, como la terapia de habilidades sociales49, la terapia de auto-control o la de resolución de problemas, pero todas están orientadas a mejorar el funcionamiento personal e interpersonal del paciente. La terapia cognitiva o “Terapia Cognitiva del Comportamiento”50 se enfoca en como la gente se ve a sí misma y a sus relaciones con el mundo. Funciona contraatacando los patrones negativos del pensamiento y aumentando la autoestima. La terapia se puede usar para ayudar a desarrollar o mejorar las habilidades interpersonales del paciente para aliviar el estrés. La “Terapia Comportacional”51 se basa en la asunción de que los comportamientos se aprenden, así, se le enseñan al paciente nuevos comportamientos más saludables. La “Terapia de Apoyo”52 alienta a la gente a discutir sus problemas y las provee de apoyo emocional. El enfoque es compartir información, ideas y estrategias para sobrellevar la vida diaria. La “Terapia Familiar”53 Ayuda a la gente a vivir juntos e una manera más armónica y a deshacer patrones de conducta destructiva. 2.4.3 Terapia electroconvulsiva. También conocida como terapia de electrochoques54, terapia de shock o ECT por sus siglas en inglés, la terapia electroconvulsiva emplea choques pequeños y controlados de electricidad (fijados a 0.9 amperes en máquinas típicas) en el hemisferio derecho para inducir un ataque epiléptico artificial mientras que el paciente se encuentra bajo el efecto de anestesia general. Este tipo de terapia ha adquirido una reputación temible por su uso como método de represión por la antigua URSS, y las muestras ficticias de esta en el cine y la televisión. Pero cuando se aplica apropiadamente es un tratamiento útil donde han fallado otros o donde el uso de drogas no es viable, como por ejemplo durante el embarazo o la lactancia. En un régimen de tratamiento típico el paciente recibe alrededor de tres tratamientos por semana por cerca de un mes, aunque en algunos casos se pueden requerir sesiones repetidas. Se puede sufrir de pérdida de memoria corto o a largo plazo a causa de este tratamiento, así como dolores de cabeza. 2.4.4 Tratamientos naturales55 Una variedad de actividades naturales pueden utilizarse para aliviar la depresión, como son el ejercicio, el yoga o la meditación. 49 D. Glick, Ira, Tratamiento de la Depresión, California, editorial Jossey-Bass Inc. Publishers, 1995; editorial Ediciones Granica, s.a., 1999, p.99. 50 Ibid, p.59. 51 Ibid, p.125. 52 Ibid, p.183. 53 Ibid, p.153. 54 Roca Bennhasar, Miquel, op cit, p. 813-818. 55 D. Glick, Ira, op cit, p. 183, 215. Es ampliamente creído que el ejercicio y la actividad física ayuda a los pacientes a superar la depresión de una manera más rápida y tranquila durante el curso de otro tratamiento, también se cree que ayuda a que los antidepresivos y la psicoterapia funcionen más rápido y mejor. Puede ser difícil encontrar la motivación para hacer ejercicio si la depresión es severa, pero es recomendable que los pacientes tomen parte de actvidades físicas con horarios regulares si es posible. El ejercicio no debe ser extenuante necesariamente; ejercicios cardiovasculares ligeros como caminar o trotar pueden ser de gran ayuda. El ejercicio produce niveles altos de químicos como la dopamina, la serotonina y la norepinefrina en el cerebro. En general, esto trae una mejora en el humor, lo cual es efectivo en contrarrestar la depresión. También cabe señalar que es recomendable consultar a un médico antes de empezar un régimen de ejercicio. Así se puede determinar si la persona tiene algún tipo de padecimiento o problema de salud que pudiera prohibirle al paciente algún tipo de ejercicio. CONCLUSIÓN Desafortunadamente podemos notar como el conflicto “causa-efecto” al que se enfrenta el estudio de la depresión tiene graves consecuencias en el tratamiento al que se puede someter un paciente, ya que al parecer los tratamientos médicos pueden no ser más que intentos burdos por contrarrestar las consecuencias de un cuadro depresivo disparado por algún trauma infantil o una experiencia desagradable. Por otro lado, también es notorio como la terapia psicológica aunada a los tratamientos químicos presentan una alternativa viable para las personas que sufren de este mal. BIBLIOGRAFÍA Asociación Americana de Psiquiatría Diagnostic and Statistical Manua of Mental Disorders. Cuarta edición en línea: “www.behavenet.com”. Washington D.C., 2000-2002. Ambrosini PJ, Metz C, Bianchi MD, Rabinovich H, Undie A. Concurrent validity and psychometric properties of the Beck Depression Inventory in outpatient adolescent. Nueva Orleáns, editorial J Am Acad, 1991, p. 51-57. Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., Emery, G. Cognitive therapy of depression Nueva York, editorial Guilford., 1987, p. 189-193 Lammoglia, Ernesto El desequilibrio bioquímico, La mascara de la depresión. México, editorial Grijalbo, 2001, p.105. Burns, David D. Feeling Good: The New Mood Therapy. Nueva York, editorial Avon, 1999, p. 50-55. Klein, D. F., & Wender, P. H., Understanding depression: A complete guide to its diagnosis and treatment Nueva York, editorial Oxford University Press, 1993, p. 75, 88, 90. Sarason, I. y Sarason, B. Psicología Anormal México, editorial Prentice May, 1995, p 85-90. Carlson, N. Fundamentos de Psicología Fisiológica México, editorial Prentice May. 1996, p.135, 140, 151. D. Glick, Ira. Tratamiento de la Depresión California, editorial Jossey-Bass Inc. Publishers, 1995; editorial Ediciones Granica, s.a., 1999, p.99. Roca Bennhasar, Miquel. Trastornos del humor Madrid, Sociedad Española de Psiquiatría, editorial Médica Panamericana, primera edición, 1994, p.794. Kasper, Sigfried; A. DenBoer, Johan; Ad Sitsen, J.M. Handbook of depression and anxiety Nueva York, editorial Marcel Dekker Inc., segunda edición, 1994-2003, p.119, 277, 350, 399, 617. CAPÍTULO III. LA PROBLEMÁTICA DE LA DEPRESIÓN ENTRE LOS ADOLESCENTES EN MÉXICO. INDICE 3.1 Problemática suicida entre adolescentes en México. 3.2 La depresión y el consumo de drogas. 3.3 Relación entre la depresión y la violencia familiar. CAPÌTULO III. LA PROBLEMÁTICA DE LA DEPRESIÓN ENTRE LOS ADOLESCENTES EN MEXICO. Investigaciones recientes han demostrado que un número importante de adolescentes se enfrenta a responsabilidades escolares y sociales que sobrepasan su capacidad, las cuales pueden generar sentimientos de angustia y depresión. En algunas ocasiones los adolescentes presentan sentimientos depresivos que muchas veces no son duraderos, sin embargo, datos estadísticos han demostrado que alrededor del 10 % de los jóvenes pueden llegar a sufrir estados depresivos que interfieren significativamente con su salud física y emocional, lo que a su vez puede estar relacionado con el consumo de drogas y el suicidio. 56 Otro factor que influye en la salud emocional de los adolescentes es la violencia intrafamiliar, la cual pone en evidencia la necesidad de reconocer éste problema como tendencia a la depresión y al suicidio en la adolescencia temprana. 3.1 Problemática suicida entre adolescentes en México. Actualmente México es un país de niños y jóvenes con una marcada tendencia al envejecimiento. Según datos reportados por el Gobierno de la Ciudad de México (2003), esta entidad concentraba el 11.3% de la población del país, y más de la mitad de su población era de 0 a 29 años (59.8%) con una proporción hombre – mujer de 1:1. esto pone de manifiesto la pertinencia de investigar y atender las necesidades de la población joven, dado que es una parte importante del país y en específico, de la Ciudad de México. Diversos autores enfatizan que el suicidio en los jóvenes se encuentra entre las primeras causas de muerte en los países que mantienen su registro estadístico, aún reconociendo el subregistro debido a dificultades legales y morales que conlleva el acto suicida. En diversos países se observa una tendencia epidemiológica ascendente, por lo que se le considera un problema relevante de salud pública, y México no es la excepción; y más aún, cuando el suicidio no es una causa natural de muerte, y es entendida como una muerte prematura. Los perfiles epidemiológicos en nuestro país muestran que los jóvenes son el grupo con mayor riesgo suicida. INEGI (2002) reporta que la mayor proporción de suicidios consumados se identificó en la población de 15 a 24 años, por lo que cabe considerar que el estudio del intento suicida sea pertinente en las poblaciones aún más jóvenes, dado que se reconoce que uno de los mejores predoctores del suicidio consumado es el haberlo intentado anteriormente.57 En 2003 se detectó en el Distrito federal la conducta suicida de la población estudiantil de secundaria, la cual con los indicadores de malestar emocional Feldman F. “Un grito de ayuda: La relación entre depresión y drogas.” Liber-Addictus.(47), México, 2001, pp. 18-20. 57 Gonzáles-Forteza C, Villatoro J, Alcántar I, Medina-Mora ME, Fleiz C, Bermúdez P, & Amador N. “Prevalencia de intento de suicida en estudiantes de la Ciudad de México: Medición 2000”. La Psicología Social en México, México, AMEPSO, 2002, pp. 298-304. 56 actual, fue estadísticamente significativa. De los hombres que habían intentado suicidarse, 50% presentó malestar depresivo e ideación suicida actuales; y en las mujeres que habían sido atacadas sexualmente y que habían intentado suicidarse, se presentó una alta proporción (67%) de estas problemáticas. Estos resultados comprueban la necesidad de establecer estrategias de prevención para la detección oportuna y la promoción de la salud emocional de la población adolescente.58 El problema de la conducta suicida es muy complejo, ya que no solo intervienen diversos factores, sino que también interactúan entre sí, haciendo más difícil su comprensión. Por dicha razón los profesionales de la salud mental están obligados a profundizar en el tema y a esclarecer las lagunas que se presentan en el abordaje de dicha conducta. La conducta suicida es el resultado de la confluencia de un sinnúmero de situaciones y factores que se combinan entre sí para generar un abanico de conductas suicidas, que irían desde la ideación, hasta el suicidio consumado. Las variables que influyen en el origen de la conducta suicida son muchas, como las de índole genética y biológica, las sociodemográficas, psiquiátricas y psicosociales. Dentro de los factores de riesgo que se han identificado en el intento suicida se cita el consumo de drogas, ideación suicida, nivel de desesperanza, depresión, bajo autoestima, ansiedad, problemas en el ambiente familiar, etc. Cuando se habla de conducta suicida se hace referencia a dos grandes categorías de análisis: Suicidio consumado y Para suicidio, el cual engloba distintas instancias, entre ellas el intento e ideación suicida. De acuerdo con Stengel, el intento de suicidio se define como cualquier acto de autoperjuicio inflingido con intención autodestructiva. Por otra parte, Diesktra lo define como un acto no habitual con un fin no fatal, que se realiza deliberadamente por la persona que se causa autolesiones o se las causaría si los demás no interfirieran. El estudio de intento de suicidio requiere de atención e investigación prioritaria, debido a que se ha reconocido como un factor de riesgo muy importante para la conducta suicida recurrente y para el suicidio consumado. A pesar que no se cuentan con estadísticas precisas referentes al intento suicida, algunos estudios sugieren que por cada suicidio se presentan hasta diez intentos fallidos, y se ha reportado que hasta un 60% de los sujetos que lo consuman tienen una historia de intentos fallidos previos (15). Las estadísticas de intentos de suicidio y suicidio del INEGI (14), reportaron que durante el año de 2004 se registraron 443 intentos de suicidio en la República Mexicana. Esto, en comparación con el número de sucesos ocurridos el 2003, representó del 13% anual. Los estados más afectados fueron: Coahuila, Nuevo León, Durango, Yucatán, entidades que concentraron el 79% de los sucesos registrados. Por otra parte, en el Distrito Federal, el González- Forteza C., Ramos L., Vignau L., & Ramírez – Villareal C. “El abuso sexual y el intento suicida asociados con el malestar depresivo y la ideación suicida de los adolescentes.” Salud Mental, 24 (6), México, 2004, pp.22-25. 58 suicidio y las lesiones autoinflingidas se situaron en el lugar 18 de la lista de las principales causas de muerte durante el periodo 2001 – 2004. Actualmente, los perfiles epidemiológicos muestran que los jóvenes son el grupo de población con mayor riesgo suicida, por ello es fundamental concentrar la investigación en dicho grupo. Tabla 1. Intento de suicidio, Familia, Autoestima e Ideación Suicida. INTENTO SUICIDA. HOMBRE MUJER SIN CON SIN CON INTENTO INTENTO INTENTO INTENTO X 3.0 2.9 3,1 2,9 Autoestima DE .9 .8 0,8 0,8 Hostilidad X 1.9 2.0 1,7 1,9 y rechazo DE 1.3 1.1 1,1 0,8 Comunicación X 2.6 2.3 2,6 2,1 del hijo DE 1.3 1.3 1,2 1 Comunicación X 2.8 2.6 2,9 2,5 de los papás DE 1.3 2.2 1,1 1 Apoyo X 3.1 significativo 2.9 .1 2.9 3,2 2,9 del hijo DE 1.3 1.2 1,2 1 Apoyo X 3.3 3.0 3,3 2,9 de los papás DE 1.3 1.2 1,1 1 Ideación Suicida X .7 2.0 0,8 2,2 # de síntomas DE 1.1 1.5 1,1 1,5 F P 22,6 0 12,6 0,017 39,4 0 23,2 0 15,6 0 28,2 0 441,2 0 La adolescencia es una etapa trascendental y crítica para el desarrollo humano debido a la serie de cambios fisiológicos, psicológicos e interpersonales que conlleva. Dichos cambios hacen al adolescente vulnerable, pues surge una crisis de identidad que los enfrenta a sí mismos, a las demandas familiares y de la sociedad, y les produce gran ansiedad, rabia y confusión. Sentimientos que en ocasiones no puede afrontar debido a diferentes factores, entre ellos, sus características de personalidad, el estrés cotidiano y la ausencia de redes de apoyo social y familiar. Dichos factores favorecen la presencia de malestar emocional el adolescente, el cual puede desembocar en conductas de riesgo, como son: consumo de drogas e intento de suicidio, que comprometen su integridad física y psicológica. El estudio de la problemática suicida en adolescentes es sumamente importante ya que los perfiles epidemiológicos muestran que actualmente los jóvenes son el grupo poblacional con mayor riesgo suicida. Dicha problemática ha mostrado un incremento paulatino pero constante en la población adolescente de diversos países, y en México no es la excepción. En el 1998 se registraron en nuestro país 554 defunciones por suicidio en ambos sexos, y en el 2003, el mismo registro fue de 2,120 casos, que representa un aumento del 282%. Para ese mismo periodo, la tasa de suicidios, por cien mil habitantes, representado un incremento del 125% a nivel nacional. En México el panorama epidemiológico muestra incrementos constantes en las tasas de suicidio e intentos en la población joven. Particularmente, la tasa de suicidios en la población de 15 a 19 años entre el 2000 y 2004 paso de 1.49 a 2.83 por cien mil habitantes, lo que representa un aumento del 90%. En el 2004 para el grupo de 15 a 24 años, el suicidio fue la cuarta causa de muerte, solo superada por los homicidios y accidentes automovilísticos. Es importante mencionar que para el estudio de la problemática suicida, se reconocen dos grandes categorías de análisis: cuando el desenlace es mortal y deviene la muerte, suicidio consumado; y el parasuicidio, que engloba diversas instancias, entre ellas el intento suicida y la ideación suicida. El intento suicida es una conducta que requiere de atención e investigación prioritaria, debido a que se ha reconocido como un factor de riesgo muy importante para la conducta suicida recurrente y el suicidio consumado. A pesar de que no se cuenta con estadísticas precisas referentes al intento suicida, algunos estudios sugieren que por cada suicidio se presentan diez intentos fallidos, y se ha reportado que hasta un 60% de los sujetos que los consuman tienen una historia de intentos fallidos previos. Además “el análisis epidemiológico resulta complicado, ya que ningún país tiene registros confiables al respecto”.De acuerdo con Diesktra, uno do cada cuatro intentos se registra y recibe atención, además de que por cada suicidio consumado existen 10 tentativas fallidas. Investigaciones realizadas en México han destacado grandes índices de la problemática suicida. En una muestra representativa de adolescentes estudiantes de secundaria y preparatoria del Distrito Federal, se encontró que el 47% reportó por lo menos un síntoma de ideación suicida, presente en la semana previa al estudio, un 17% reportó haber pensado en quitarse la vida y un 10% respondió afirmativamente a los cuatro reactivos que conforman la escala de ideación suicida. En un estudio se encontró que el 10.1% de los adolescentes estudiantes de Pachuca reportó haber intentado quitarse la vida por lo menos en una ocasión: Se observaron variaciones importantes por sexo, 13.3% de los casos eran mujeres y solo el 6.3% eran hombres. Al relacionar esta conducta con la sintomatología depresiva, encontraron que estuvo presente en le 26% de los hombres y en el 35% de la mujeres que había intentado suicidarse. Además, reportan que el uso de drogas fue mas frecuente en los casos de intento suicida. Los factores de riesgos asociados a la problemática suicida que ha sido consistentemente mencionados en la literatura, son los trastornos psicoafectivos, depresivos y de ansiedad, considerados como factores de riesgo, la depresión moderada, la ansiedad y las reacciones transitorias de ajuste. En un estudio sobre los antecedentes con intento suicida, se encontró un 80% de estados depresivos, 60% con depresión intensa, y 20% con depresión severa, así como un rasgo de ansiedad predominante. Como se muestra, el impacto generado por la problemática suicida y su tendencia al incremento en los adolescentes mexicanos, han ocasionado que dicho fenómeno sea considerado un problema de salud pública, y por tanto corresponde a los profesionales de la salud mental, investigar y enfatizar los factores que en él participan, para así poder identificar grupos de riesgo y planear estrategias de prevención que conduzcan a frenar el aumento en las tasas de suicidio. En un estudio realizado se reportó que la prevalencia de intento suicida en el Distrito Federal, fue de 9.5%. Por sexo, se encontró que las mujeres fueron las más afectadas por dicha conducta en relación con los hombres (15.1% y 3.9% respectivamente). Del porcentaje de mujeres que intentaron suicidarse, el 73.9% lo hizo una vez y el 26.1% lo hizo dos veces o más. Por otra parte, el 70.7% de los hombres que intentaron suicidarse lo hizo una vez y el 29.3% lo hizo dos o más veces. Adicionalmente, esta conducta ha incrementado en los últimos tres años en 1.2%.59 En México, los datos epidemiológicos muestran incrementos constantes en la tasa de suicidio e intentos en la población joven, en particular en la población de 15 a 19 años. La mayor proporción de intentos de suicidio correspondió al sexo femenino 15.1%, mientras que el 3.5% de intentos fueron del sexo masculino. Al respecto múltiples investigaciones han reportado que las tasas mas altas de intento de suicidio se presentan en mujeres (20, 21), aunque el índice de letalidad es mayor en los hombres. Por otra parte, los métodos más utilizados para el intento suicida son, en primer lugar, los objetos punzo cortantes, en segundo lugar la ingestión de medicamentos, y en tercer lugar el ahorcamiento o la asfixia; la mayor utilización de estos medios reside en la mayor accesibilidad y disponibilidad de los mismos. En cuanto a la relación familiar, hay que observar que los adolescentes que han intentado suicidarse, manifiestan que su relación familiar es menos buena, de manera que manifiestan menor comunicación y apoyo, y mayor hostilidad por parte de sus padres. En relación al autoestima, se encontró al igual que en otros estudios, que los adolescentes que intentaron suicidarse presentaron menor autoestima en comparación con los que no lo intentaron, por lo que resulta importante fortalecer este aspecto en los adolescentes, de manera que funja como un factor de protección ante situaciones de crisis. En cuanto a la ideación suicida, se presentó en mayor medida en los estudiantes que intentaban suicidarse en comparación con los que no lo intentaron. Aunque el intento suicida, no necesariamente le sigue a la ideación suicida, la relación entre ambos factores ha sido previamente documentada. 3.2 La depresión y el consumo de drogas. Caballero M.A., Ramos L., González – Forteza C., & Saltijeral M.T., “Los adolescentes y su relación con el intento de suicidio y la sintomatología depresiva.”, Psiquiatría, 18(3), México D.F., pp. 132-136. 59 Dada la importancia e la problemática, analizamos la relación del intento suicida con el consumo de drogas, la autoestima, la ideación suicida y el ambiente familiar del adolescente. El aumento y la creciente complejidad del consumo de drogas en México exigen el desarrollo de programas más eficaces, centrados en factores específicos de riesgo. Entre la población mexicana se han identificado, entre otros factores correlacionados, el uso de sustancias ilícitas, el consumo de drogas en la familia, un débil apoyo y control familiar, el abandono o suspensión de estudios y una baja adherencia escolar, la tolerancia social y la disponibilidad de sustancias, la pertenencia a redes sociales disfuncionales y un uso inadecuado del tiempo libre, así como diversos transtornos de conducta, afectivos y psicológicos, entre los que se cuentan la depresión y la ansiedad. Con estos antecedentes, y a partir de considerar el consumo de drogas ilícitas como una forma inadaptativa de afrontamiento de la ansiedad y depresión, se han analizado las relaciones del abuso y la dependencia de drogas entre jóvenes adolescentes con la exposición a factores estresores y su efecto percibido, así como con signos y síntomas depresivos. Se ha estudiado asimismo la relación del consumo de drogas con diferentes estrategias de afrontamiento del estrés y con la cohesión y adaptabilidad familiares. La información obtenida por medio de diversas encuestas realizadas en la Ciudad de México en 2003 a jóvenes entre 10 y 18 años, señala que el 82.3% de los sujetos consumidores de drogas son hombres y el 17.7% mujeres. La edad promedio fue de 15.35 años. El 98.5% eran solteros. Las principales drogas utilizadas por los casos fueron la marihuana, los solventes inhalables, la cocaína y los tranquilizantes. En general, se registró una mayor exposición a factores estresores conforme el uso de sustancias era más alto; se observaron también diferencias en cuanto a la intensidad percibida del estrés. La prevalencia de síntomas de depresión aumentó en relación directa con el consumo, mientras que éste se asoció directamente con una menor percepción de riesgo y una más alta accesibilidad de drogas.60 Otro estudio realizado para la población adolescente y joven entre los años 2000 y 2004, indican que hay un incremento en el consumo de drogas, especialmente de alcohol, marihuana y metanfetaminas. Cabe aclarar que el índice general de consumo se mantiene estable a partir del 2001, sobre todo el relacionado con la cocaína. También ha habido cambios en la respectiva contribución de hombres y mujeres, de manera que las prevalencias de consumo de alcohol y tabaco presentan valores similares. Se han observado variaciones regionales que indican que el consumo es mayor en las grandes urbes. Sin embargo, las nuevas generaciones se ven más afectadas sin importar el nivel de urbanización del lugar en que viven. Se ha señalado con anterioridad que estar estudiando es un factor protector contra el consumo de drogas, por lo que el consumo es más alto entre los adolescentes que han dejado de estudiar, y es un factor diferencial que protege en mayor medida a los hombres que a las mujeres. Como derivación de lo anterior, la información recaudada señala que trabajar siendo menor de edad incrementa la Arellanez J., Díaz DB., Wagner F., & Pérez V. “Factores psicosociales asociados con el consumo y la dependencia de drogas entre adolescentes: análisis divariados de un estudio de casos y controles.” Salud Mental, 27(3), México 2004, pp. 54-64. 60 probabilidad de consumir drogas. Asimismo, los estudios establecen que el inicio temprano de consumo de tabaco y alcohol, principalmente antes de los 13 años, incrementa mucho las probabilidades de consumir otras drogas, lo cual es en realidad preocupante.61 Tabla 2. Consumo de drogas e Intento de Suicidio en Hombres y Mujeres. INTENTO SUICIDA HOMBRES MUJERES SIN CON SIN CON INTENTO INTENTO INTENTO INTENTO % % % % X P ALGUNA VEZ ANFETAMINAS 3,2 15,9 2,3 12 268,6 00 TRANQUILIZANTES 3,4 15 3,9 16,5 313 0 MARIGUANA 7,6 26,6 2,2 9,6 324 0 COCAINA 6,7 25,1 1,8 9,1 320,9 0 CRACK 2,8 14,5 0,7 4,1 208 0 ALUCINOGENOS 1,9 10,1 0,6 2,6 140,2 0 5 16,4 2 8,7 176 0 0,8 4,8 0,7 4,4 121,9 0 INHALABLES SEDANTES HEROÍNA 1,1 10,1 0,3 2,1 209,6 0 CUALQUIER DROGA 15,9 46,9 8,7 32,9 503 0 CUALQUIER DROGA MEDICA 6,3 27,5 5,8 25,1 463,1 0 CUALQUIER DROGA ILEGAL 12,6 39,1 4,5 19,5 439,8 0 1,9 10,1 1,3 7,7 189,8 0 2 9,7 2,5 11,5 249,2 0 MARIGUANA 4,5 16,9 1,2 5,9 216,5 0 ULTIMO AÑO. ANFETAMINAS TRANQUILIZANTES COCAINA 3,9 16,9 0,9 3,9 234,2 0 ALUCINOGENOS 1,2 6,8 0,3 2 108 0 INHALABLES 2,6 9,7 1,1 4,6 100 0 SEDANTES 0,5 2,9 0,3 2,7 78,8 0 HEROÍNA 0,8 5,8 0,1 1,1 109,5 0 CUALQUIER DROGA 9,9 33,3 5,6 22,9 373,5 0 CUALQUIER DROGA MEDICA 3,7 17,9 3,5 17,5 358,6 0 CUALQUIER DROGA ILEGAL 7,9 28,5 2,7 11,1 315,1 0 ANFETAMINAS 0,9 5,3 0,5 4,5 129,9 0 TRANQUILIZANTES 1,2 5,8 1,1 6,2 141,6 0 MARIGUANA 2,5 9,2 0,5 2,9 128,9 0 COCAINA 1,6 7,7 0,4 2,1 111,1 0 ALUCINOGENOS 0,6 2,9 0,1 0,6 *NA INHALABLES 1,5 6,3 0,5 SEDANTES 0,4 1,4 0,2 1,6 *NA HEROÍNA 0,5 2,9 0,1 0,5 *NA ULTIMO MES. 2 72,5 Villatoro J., Medina-Mora ME., Hernández M., Fleiz C, Amador N., & Bermúdez P. “La encuesta de estudiantes de nivel medio y medio superior de la Ciudad de México: noviembre 2003. Prevalencias y evolución del consumo de drogas.” Salud Mental, 28(1), México, 2005, pp. 48-51. 61 0 CUALQUIER DROGA 5,5 20,8 2,5 13,8 279,5 0 CUALQUIER DROGA MEDICA 2,1 10,1 1,6 10,6 248,6 0 CUALQUIER DROGA ILEGAL 4,3 15,9 1,1 5,5 191,1 0 En otro estudio se encontró que el 49.9% de los estudiantes que intentaron suicidarse han consumido alguna droga. Es importante mencionar que en general se encontraron prevalencias más altas en el consumo de todas las drogas en los estudiantes que intentaron suicidarse, con respecto a los que no lo intentaron. Pudimos comprobar lo anterior en una noticia que encontramos en el periódico El universal, el día 13 de octubre del presente año, acerca de un joven de Tepito, de 20 años que se quitó la vida de un balazo en la cabeza debido a la depresión que le causó el consumo de drogas.62 Esto resulta preocupante, ya que el consumo de drogas se presentó casi en la mitad de los casos de intento suicida. Al respecto, se reportó que el consumo de drogas en adolescentes con intento suicida y el uso de sustancias (tabaco y/o alcohol en los últimos 30 días, y/o ilícitas alguna vez en la vida) estuvo presente en el 52.7% de los casos de intento suicida. Por otra parte, Terroba, Saltijeral y Corral, mostraron la relación que existe entre la ingestión de alcohol y el suicidio. Reportaron que la depresión y la desesperanza son factores determinantes en la conducta suicida en las personas con problemas de alcoholismo. Encontraron que de 80 casos de suicidios consumados, 55% (44 personas) bebían alcohol. Es importante mencionar que estos 44 casos, el 68% se encontraban en estado de embriaguez cuando se suicidó, de acuerdo con el dictamen del médico forense.63 Las prevalencias mencionadas anteriormente muestras la alta relación entre el consumo de drogas y la conducta suicida. El analizar la prevalencia actual de consumo de drogas en el D.F., brinda una visión de la magnitud de la relación, ya que en el año 2004, el 14.7% consumieron drogas alguna vez en su vida y el 5% son usuarios regulares. En tanto que en la población de adolescentes que han intentado suicidarse la cifra es mayor. En general, estos datos indican que los adolescentes que han intentado suicidarse muestran no muy buena relación familiar, menor autoestima, 64más síntomas de ideación suicida y un más alto consumo de drogas. Es importante remarcar la función y cobertura de los servicios de prevención y ayuda actualmente existentes en el área de adiciones (línea de ayuda de CONADI, de CIJ, o los servicios similares de cada estado), con objeto de que brinden apoyos similares a la población que ha intentado suicidarse. 3.3 Relación entre depresión y violencia familiar. Claudia Bolaños, “Se suicida joven en Tepito” El Universal, México D.F., 13 de octubre de 2005 Villatoro V/ Alcántar E. “Servicio de salud mental”, revista SESAM, Vol. II, 2005. 64 Villatoro V/ Alcantar E. “Servicio de salud mental”. 62 63 La dinámica de la violencia familiar es compleja, tiene diferentes actores, víctimas y perpetradores, se manifiesta de diversas formas, sus implicaciones y efectos en la salud mental aún necesitan ser estudiados. Por esta razón, nos interesó abordar la violencia que ejercen los padres hacia sus hijos adolescentes. La violencia intrafamiliar comenzó a estudiarse como un problema social grave en los años 60´s, ya que anteriormente era considerada como algo poco frecuente y de índole privado. En una encuesta sobre Violencia Intrafamiliar e realizada en el 2003 por el INEGI, se encontró que de los 5.8 millones de hogares que existen en el Distrito federal aproximadamente 1.7 (30%) de ellos presentaron episodios de violencia. Este fenómeno es definido por la Ley de Asistencia y Prevención a la Violencia Familiar del Distrito Federal como “aquél acto de poder u omisión intencional, recurrente o cíclico, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier miembro de la familia dentro o fuera del domicilio particular, que tenga parentesco o lo haya tenido por afinidad, matrimonio, concubinato o mantengo una relación de hecho y que tiene por efecto causar daño.”65 Existen varios tipos de violencia familiar: emocional, física y sexual, financiera y verbal. Una de las manifestaciones de violencia dentro de la familia es el maltrato de padres a hijos. El maltrato se transmite de generación en generación, lo que supone que niños o adolescentes que han sido maltratados por sus padres, posteriormente, al involucrarse íntimamente y formar una relación de pareja, puedan ser perpetradores o receptores de violencia. El maltrato implica generalmente el uso de la fuerza para producir un daño, lo que nos remite al concepto de poder. Para que la conducta sea de maltrato tiene que darse un desequilibrio de poder, ya sea real, imaginario, permanente o momentáneo. El empleo de la fuerza constituye así, un método posible para la resolución de conflictos interpersonales, como un intento de doblegar la voluntad del otro. Lo anterior supone que existe un sistema de poder en las relaciones interpersonales, que al equilibrarse puede dar pie al maltrato; sin embargo, aún el equilibrio dentro de la relación de pareja se utilizan determinadas estrategias que mantienen el poder y permiten que la relación continúe. El maltrato de padres a hijos puede favorecer el distanciamiento emocional entre los miembros de la familia. El adolescente inserto en éste ámbito familiar disfuncional probablemente perciba déficits afectivos procedentes de diversas fuentes de relación interpersonal (familia, amigos, compañeros); con lo cual experimenta sentimientos de soledad. Las consecuencias de tal interacción puede tener repercusiones a varios niveles, desde los intrapersonales, afectando niveles de autoestima y provocando sentimientos de depresión, hasta consecuencias físico sociales como alteraciones y somatizaciones. 65 Secretaría de Desarrollo Social, 1996. Dentro de este contexto, la experiencia de soledad puede concebirse como un síntoma primario de disfunción emocional que anticipa posteriores manifestaciones depresivas. La comprobación de las relaciones propuestas entre los procesos interpersonales descritos contribuiría a la validez ecológica, de la transmisión generacional del maltrato dentro de la familia. En una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Psiquiatría (2003) a 290 sujetos solteros de 15 a 20 años, 139 hombres y 151 mujeres, confirmó que el maltrato de padres a hijos tiene relación con la autopercepción de la soledad (principalmente en mujeres) y con la estrategia de poder autoritaria. Lo anterior explica que son las adolescentes las que mayormente se perciben solas al experimentar maltrato por parte de sus padres; esto podría suponer mayor propensión a aceptar una relación de pareja violenta con tal de no sentirse solas, lo que complementaría de la violencia familiar. También, se comprobó que la autopercepción de la soledad, está relacionada tanto en mujeres como en hombres con el factor autoritario, lo que también completa el ciclo de maltrato, en el que los padres maltratan a los hijos, quienes se perciben solos y se comportan de manera autoritaria con su pareja, utilizando enojo, gritos, críticas, exigencias y majaderías provocando así un desequilibrio de poder y por lo tanto violencia y depresión.66 Comentario del capítulo. Con respecto a la información recaudada y analizada en éste capítulo, pudimos comprobar que la problemática de la depresión entre los adolescentes radica en la tendencia al suicidio, en el consumo de drogas y en la violencia familiar. El suicidio es el mayor problema, ya que aún no se ha encontrado una manera efectiva de detectar cuando un adolescente tiene tendencias suicidas hasta que lo intenta o lo comete. El consumo de drogas y la violencia familiar, son dos problemas muy complejos, ya que al mismo tiempo son causa y consecuencia, de esta manera se convierten en un ciclo en el que el adolescente se involucra, en ocasiones de manera inconsciente. Sin embargo, estos dos problemas de la depresión tienen una solución más tangible, basada en la información y en el apoyo familiar. Guerrero Ml, & Montero M. “Percepción de soledad, uso de estrategias de poder en pareja y maltrato familiar en adolescentes.” La Psicología Social en México, AMEPSO, México, 2003, pp. 371-377. 66 BIBLIOGRAFÍA Feldman, F. Un grito de ayuda: La relación entre depresión y drogas. México, Editorial Liber-Addictus, 2001, p. 18-20. Gonzáles-Forteza C, Villatoro J, Alcántar I, Medina-Mora ME, Fleiz C, Bermúdez P, & Amador N. Prevalencia de intento de suicida en estudiantes de la Ciudad de México: Medición 2000 D.F., editorial In AMEPSO, La Psicología Social en México. p. 298-304. Guerrero Ml, & Montero M. Percepción de soledad, uso de estrategias de poder en pareja y maltrato familiar en adolescentes. D.F., editorial In AMEPSO, La Psicología Social en México. p. 371-377. Villatoro V/ Alcantar E. Servicio de salud mental. D.F., Revista SESAM, Vol. II, 2005. Arellanez J, Díaz DB, Wagner F, & Pérez V. “Factores psicosociales asociados con el consumo y la dependencia de drogas entre adolescentes: análisis divariados de un estudio de casos y controles”. D.F., Salud Mental, 27(3), 2003, p. 54-64. Villatoro J, Medina-Mora ME, Hernández M, Fleiz C, Amador N, & Bermúdez P. “La encuesta de estudiantes de nivel medio y medio superior de la Ciudad de México: noviembre 2003. Prevalencias y evolución del consumo de drogas”. D.F., Salud Mental, 28, 2005 pp. 48-51. CAPÍTULO IV. LA DEPRESIÓN EN LA UAM-X (TID) INDICE 4.1 Método 4.2 Resultados. 4.3 Gráficas. CAPÍTULO IV. LA DEPRESIÓN EN LA UAM-X (TID) En este último capítulo nuestro objetivo es analizar el problema de la depresión dentro de los alumnos del TID; así como comprobar que la depresión es una enfermedad que sufren comúnmente los adolescentes y de la cual no tienen un conocimiento real y por lo tanto no recurren a ningún tipo de tratamiento. 4.1 Método El método empleado fue la aplicación de una encuesta a 50 alumnos del TID, tanto hombres como mujeres de diferentes edades en ambos turnos, tanto matutino como vespertino; dicha encuesta estuvo conformada de 10 preguntas y en la cual más de 4 respuestas positivas indicaba que la persona sufría de depresión y debía de buscar ayuda, la encuesta fue la siguiente: LA DEPRESIÓN EN ADOLESCENTES. Grupo: TID008B Sexo: M ( ) F ( ) Edad: ____________ 1. ¿Has perdido el interés en tus ocupaciones habituales o en la capacidad de disfrutar de lo que antes te gustaba? SI NO 2. ¿Manifiestas poca reacción emocional a lo que antes te hubiese provocado alegría, rabia, etcétera? SI NO 3. ¿Te sientes triste permanentemente? SI NO 4. ¿Presentas falta de apetito con pérdida de peso o apetito exagerado? SI NO 5. ¿Padeces de insomnio, o duermes en exceso? SI NO 6. ¿Tiendes a sentirte inferior a los demás, has perdido la confianza en ti mismo, o te reprochas mucho porque sientes que no haces bien las cosas? SI NO 7. ¿Tienes épocas en las que te sientes muy alegre o muy triste, sin que exista una razón especial? SI NO 8. ¿Has sentido deseos de morir o te ha pasado por la cabeza en forma insistente la idea de quitarte la vida? SI NO 9. ¿Has seguido algún tratamiento psicológico o psiquiátrico por causa de la depresión? SI NO 10. En caso de que sí, ¿Consideras que el tratamiento fue el adecuado y generó resultados positivos? SI NO 4.2 Resultados. Turno matutino. Hombres: 15. Edades entre 17 y 23 años. 11 sin depresión y 4 con depresión de los cuales ninguno ha seguido un tratamiento. Mujeres: 10. Edades entre 17 y 21 años. 5 sin depresión y 5 con depresión de las cuales sólo una siguió un tratamiento y lo consideró efectivo y 4 no han seguido ningún tratamiento. Turno vespertino. Hombres: 10. Edades entre 18 y 23 años. 7 sin depresión y 3 con depresión de los cuales uno no ha recibido tratamiento, otro sí recibió tratamiento y lo consideró efectivo y el último recibió tratamiento y no lo consideró efectivo. Mujeres: 15. Edades entre 18 y 21 años. 9 sin depresión y 6 con depresión de las cuales solamente una siguió un tratamiento y lo consideró efectivo y 5 no han recibido tratamiento. Comentario de capítulo. De acuerdo a la información recaudada, los adolescentes de la UAM-X ( TID) no sufren de depresión, asimismo, en base a dicha información, pudimos ver que los pocos estudiantes que sufren de depresión, no están siguiendo tratamiento, ya que no tienen conocimiento de su enfermedad. De igual forma, pudimos notar que dicha enfermedad es más común entre las mujeres que entre los hombres. CONCLUSIÓN. La depresión en general, se debe a diversos factores, ya sean psicológicos, bioquímicos, sociales, etc. Sus consecuencias a largo y a corto plazo traen consigo un grave problema a nivel nacional que nos rodea a todos, y lo más importante es que nadie queda exento de padecerla. El suicidio entre los adolescentes, la drogadicción y la violencia familiar, son sólo alguna manifestaciones de ésta enfermedad que ha sido generada por la propia sociedad, ya que en su carrera desenfrenada por obtener bienes materiales ha descuidado lo más importante, la misma sociedad. El apoyo social dentro del cual se encuentra la familia, es la principal defensa en contra de esta grave enfermedad que a pesar de contar con tratamientos ( médicos, psicológicos y naturales) no representan una verdadera alternativa para los que la padecen. Asimismo, los que han optado por recurrir a un tratamiento, cualquiera que éste haya sido, en su mayoría los consideran como efectivos. De cualquier forma, es urgente que comencemos a darle más importancia a esta grave enfermedad, más que nada en su prevención a través de la difusión de información, la convivencia y la comunicación familiar, pero más que nada en contribuir a que el país tenga mejores condiciones de vida en todos aspectos. BIBLIOGRAFÍA Asociación Americana de Psiquiatría. Diagnostic and Statistical Manua of Mental Disorders Cuarta edición en línea: “www.behavenet.com” Washington D.C., 2000-2002. Lammoglia, Ernesto. El desequilibrio bioquímico, La mascara de la depresión México, editorial Grijalbo, 2001, p.105. 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