Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría “La Depresión” “Fuga de muerte”, “leche negra del alba te bebemos de noche, te bebemos de día la muerte, te bebemos al atardecer y a la mañana bebemos y bebemos la muerte es un amo en Alemania su ojo es azul…” Paúl Celan I.- Definiciones De La Depresión II.- Historia 2.1.- La Antigüedad Clásica 2.2.- La Edad Media 2.2.1.- Bizancio 2.2.2.- La Medicina Árabe Medieval 2.2.3.- Europa Occidental 2.3.- En La Época Del Renacimiento 2.4.- Edad Moderna 2.5.- Los Siglos XIX y XX III.- Etiología 3.1.- Causas Psicológicas 3.2.- Causas Genética 3.3.- Causas Biológicas 3.3.1_ Sistemas Neurobiológicos 3.3.2_ Neurotransmisores 3.3.3_ Sistemas Neuroendocrinos 3.3.4_ La Psiconeuroinmunología 3.4.- Causas Sociales IV.- La Depresión Reactiva o Depresión Neurótica 5.1 El Estilo De Vida Actual 5.2 El Estilo Atribucional De Cada Persona V.- Situaciones Particulares 6.1 La Depresión En La Infancia y Adolescencia 6.2 La Depresión En Las Mujeres 6.3 La Depresión En Los Varones 6.4 La Depresión En La Vejez VI.-Epidemiología VII.-Signos Y Síntomas 7.1- Signos Y Síntomas Desde La Medicina 7.2- Los Síntomas Principales Que La Definen En La Exploración Psicopatológica VIII.- Formas Clínicas De La Depresión: 8.1.- Cuadro Clínico De Los Trastornos Adaptativos, Depresiones Neuróticas o Reactivas 8.2.- Trastorno Adaptativo Con Estado De Ánimo Depresivo o Mixto (Ansiedad Y Ánimo Depresivo) 8.3.- Cuadro Clínico En Las Depresiones Encubiertas Simples o Leves 8.4.- Cuadro Clínico En Depresiones Ansiosas. 8.5.- Trastorno Depresivo Mayor, Episodio Único o Recidivante 8.6.- Trastorno Distímico 1 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría 8.7.- Trastorno Depresivo No Especificado 8.8.- Trastorno Depresivo Debido A Enfermedad Médica 8.9.- Trastorno Depresivo Inducido Por Sustancias 8.10.- Con Otros Trastornos Psiquiátricos 8.11.- Otros Tipos: El Duelo Psicológico IX.- Evaluación Diagnóstica X.- Pronóstico XI. Tratamiento 11.1.- Tratamiento Farmacológico 11.1.1.-Clasificación Y Mecanismo De Acción De Los Fármacos Antidepresivos 11.1.2.- Elección Del Antidepresivo 11.1.3.- Depresión Resistente Y Terapia De Mantenimiento 11.2.-Tratamientos No Farmacológicos 11.2.1.-La Terapia Electroconvulsiva (TEC) O "Electroshock" 11.2.2.-Psicocirugía 11.2.3.-Fototerapia 11.2.5.-Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) 11.2.4.-Estimulación Magnética Transcraneal (EMT): 11.3.- Psicoterapia 11.3.1.-Psicoterapia Interpersonal 11.3.2.-Terapia Cognitiva Y Terapia Cognitivo-Conductual Y De Afirmación a Asertividad. 11.3.3.- Las Terapias Dinámicas O "De Insight" 11.3.4.- Psicoterapias Psicoanalítica. XII- Conclusiones Anexo Notas A Pie De Página Bibliografía CAPITULO I I.- Definiciones de la Depresión La palabra depresión viene del latín depressu,, que significa 'abatido', 'derribado', y para la psiquiatría es un trastorno del estado de ánimo1 bajo que en términos coloquiales se presenta como un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente. Su sintomatología es muy variada va desde síntomas físicos, inhibición de pensamiento, inhibición psicomotora, hasta presentarse asociadas con otras patologías de ansiedad y alcoholismo. Aparece a cualquier edad. Sus formas clínicas son muy variadas van desde las leves (Distimias) a las severas (melancolía), e incluso se presentan enmascaradas. Es una enfermedad crónica y recurrente, que puede conducir a la muerte por suicidio afecta la calidad de vida por lo que requiere un tratamiento permanente. Al ser una enfermedad cíclica la enfermedad puede aparecer y desaparecer espontáneamente. 2 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Según la OMS, la depresión son los trastornos mentales comunes que se presentan con el humor deprimido, la pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o la autovaloración baja, el sueño desequilibrado, desórdenes del apetito, la energía baja, y la concentración pobre. Estos problemas, pueden hacerse recurrentes o crónicos, y conducir a daños sustanciales en la capacidad de un individuo de tener cuidado de su responsabilidades diarias. El término médico, hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que pueden disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida. Aunque ése es el núcleo principal de síntomas, la depresión también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo2, volitivo o incluso somático. En la mayor parte de los casos, el diagnóstico es clínico, aunque debe diferenciarse de cuadros de expresión parecida, como los trastornos de ansiedad. La persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo. El término “depresión” en la psicología de conducta, hace referencia a la descripción de una situación individual mediante síntomas. La diferencia radica en que la suma de estos síntomas no implica en este caso un síndrome, sino conductas aisladas que pudieran sí acaso establecer relaciones entre sí (pero no cualidades emergentes e independientes a estas respuestas). Así, la depresión no sería causa de la tristeza ni riesgo de un suicidio, sino una mera descripción de la situación del sujeto. En este sentido, la depresión tiene una explicación basada en el ambiente o contexto, como un aprendizaje desadaptativo. La concepción dinámica de la depresión. La depresión no constituye, para el psicoanálisis, un concepto ya que no se puede dar cuenta de una causalidad que sea válida a pesar de la diversidad de los fenómenos. Tampoco puede entendérsela como una estructura, ya que puede presentarse en cualquiera de ellas en diferentes situaciones. Menos aún se puede pensar desde el psicoanálisis en un “trastorno del estado de ánimo”, ya que esta noción implicaría que podría estar afectada el alma independientemente del cuerpo, es decir, un afecto, ¿concierne al cuerpo?; una descarga de adrenalina, ¿es o no del cuerpo?. Que desordene las funciones, es verdad. Pero, es del pensamiento que descarga; en tanto la descarga está ligado al pensamiento, el afecto le incumbe al pensamiento, por eso, el llamado “estado de ánimo” es engañoso, y no puede conducir a la verdad del sujeto. En conclusión, la depresión es, ante todo, una constatación clínica, es más que nada la observación de un estado clínico hecho de tristeza, angustia, inhibición, etc. La depresión aparece, cuando fracasa la estrategia del sujeto en relación con el otro. Así, la depresión se manifestará de diferentes maneras, según la propia estructura psíquica del sujeto en el que se presente. Observado el trastorno depresivo desde el tratamiento, vemos que implica una pérdida en el sujeto, quizá una pérdida progresiva desde el propio imaginario; en este sentido, hay un fracaso del narcisismo egocéntrico, entendido éste como la investidura del propio yo. Desde Freud podría decirse, que “la sombra del objeto cae sobre el yo”. De modo análogo a la luz, el brillo está afuera, son los demás los que absorben todo lo valioso de la existencia. El yo se refleja como lo negro, lo que no delimita, lo que no hace perfil, lo que no diferencia de los otros, sumido en la opacidad de un sí mismo al centro del refulgir de los demás. Es la minusvalía y el auto reproche una constante en latencia permanente. Sin embargo, hay también otra dimensión de lo narcisístico que 3 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría impera en lo depresivo. Es, aquella que señala que al tender el narcisismo a la total investidura del yo, éste se retrotrae del mundo en un potente rechazo a necesitar del otro. En un narcisismo total, que triunfe absolutamente sobre el objeto, la fantasía de independencia conduciría paulatinamente a marchitarse en la esterilidad y la muerte. En este caso, podríamos invertir la frase freudiana diciendo que “la sombra del yo cae sobre el objeto”. En el depresivo, especialmente en su estrato melancólico, hay algo de esto. Hay una obscura arrogancia depresiva: al ennegrecerse el imaginario del yo en el espejo, se ennegrece la presencia de lo otro, sumiendo toda relación, incluida la terapéutica en un aislamiento narcisístico. Los otros brillan, pero lo hacen a la distancia del sol, mirado desde un entorno neblinoso y helado. El mundo del depresivo no reconoce el calor que podría nutrirlo y se retira hacia un yo, imaginado como no imaginario, un yo que no se imagina desde su descubrimiento en el espejo como otro, llevando al sujeto, a veces, hasta el suicidio. Un yo que se radica absolutamente en su extremo más narcisístico. Detrás de los autoreproches y la auto desvalorización se oculta una crítica radical al entorno. Heidegger postuló que en la depresión, la mirada está vacía. La presencia de las cosas, la presencia de lo imaginario está obturada por la negrura del yo. El mundo, es ese espejo negro que está allí afuera, pero no refleja nada más que una exterioridad. En el interior del sujeto resuena la temporeidad volcada hacia la muerte. No hay deseo, la pulsión se derrama sobre las articulaciones de lo simbólico, sin constituirse en deseo. Si pensamos, que lo más propiamente pulsional es la pulsión de muerte, cada orden que aparezca en lo simbólico es diluido por esta presencia de ocaso del deseo, la muerte. Sólo hay deseo de muerte. No hay simbólico que organice un imaginario volcado al hacer de la vida cotidiana. No hay deseo de placer. Desde Lacan, se podría decir que sólo impera un deseo de goce, entendiendose éste como el anhelo de alcanzar una disolución de las diferencias en una totalidad nirvánica que promete la paz de la nada. Piensa, que podría entenderse así la melancolía narcisística del suicidio. Lo que llaman, la paz de los cementerios. CAPITULO II II. Historia de la Depresión 2.1- La Antigüedad Clásica, La depresión aparece descrita en numerosos escritos y tratados médicos de la Antigüedad; aunque es la cultura griega clásica la primera en abordar explícitamente este trastorno del ánimo, en el que su modelo médico se fundaba en las variaciones hereditarias, cuya influencia determinaba la aparición de las diferentes enfermedades. El predominio o desequilibrio de un humor sobre los otros humores podía explicar un temperamento, y la aparición de diferentes enfermedades. El primer médico en describir clínicamente la melancolía o depresión es Hipócrates3; él afirmaba que los temperamentos posibles eran el sanguíneo, el colérico, el melancólico y el flemático. El temperamento (temperamentum, medida) viene a ser la peculiaridad e intensidad individual de los afectos psíquicos y de la estructura dominante de humor y motivación; es la manera individual de reaccionar a los estímulos ambientales. Aquellos con mucha flema, eran denominados flemáticos (equilibrados), aquellos con mucha bilis eran coléricos (irascibles, violentos, rápidos, muy activos, prácticos en sus decisiones, autosuficientes y sobre todo independientes, muy determinados, y se enojan con facilidad), aquellos con un exceso de sangre se consideraban sanguíneos (emocionales), que provocaba comportamientos hiperactivos (maniacos, en la terminología actual), mientras que el exceso de bilis negra se denominaban melancólicos, que provocaba un comportamiento abatido, apático y un manifiesto sentimiento de tristeza, es sensible, aunque poco reactivo; tiende al pesimismo y la pasividad 4. Según Hipócrates, si el miedo y la tristeza se prolongan, es melancolía. Sin embargo, a pesar de los errores de esta teoría, Hipócrates no se equivocaba completamente, al relacionar los dos síntomas principales propios de 4 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría los melancólicos: el temor y la tristeza. Es como consecuencia de esta tristeza que los melancólicos odian, según el pre-socrático, todo lo que ellos ven y parecen continuamente apenados y llenos de miedo, son como los niños y los hombres ignorantes que tiemblan en una oscuridad profunda. 2.2.-Durante la Edad Media se gestan muchos de los simbolismos actuales sobre la depresión, como la relación entre Saturno y la melancolía. Debido a su posición orbital que es más lejana que Júpiter, los antiguos romanos otorgaron el nombre del padre de Júpiter al planeta Saturno. Saturno (Crono) es capaz de otorgar poder y riqueza, pero sólo a cambio de la felicidad. Este mito será desarrollado siglos después por Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis. 5 La medicina de la Edad Media en Europa mantiene, en general, intactos los postulados clásicos de los cuatro humores, pero la influencia del cristianismo como aglutinador cultural en la interpretación de las "pasiones del alma" abre la vía de una nueva concepción de la enfermedad. En la Europa Medieval la medicina recibe influencia de tres fuentes más o menos diferenciadas: El Imperio Bizantino, surgido de los restos del Imperio Romano de Oriente, el Mundo Islámico, en plena expansión, y la Europa Occidental, dominada por una concepción cristiana de la ciencia. Señalaremos los más renombrados: 2.2.1 Bizancio: El médico bizantino Alejandro de Tralles incluye la melancolía dentro de un grupo mayor de tipos de locura. 2.2.2 La medicina Árabe Medieval: produce una relación sincrética y muy productiva Ishaq Ibn Imran, en el siglo X, en Bagdad describe en su Maqâla fî âl-Malîhûliyâ (Tratado de la melancolía, única obra árabe dedicada exclusivamente a este trastorno) que en estos pacientes melancólicos hay sentimientos de angustia y soledad debidos a una idea irreal. Incluye algunos síntomas somáticos como la pérdida de peso y sueño. La melancolía puede surgir por motivos como el miedo, el tedio o la ira. Distingue, entonces, entre tristeza, ansiedad, angustia, trastornos psicosomáticos y somato psíquicos y propone tratamientos ambientales (una incipiente propuesta de psicoterapia) y farmacéuticos. Aunque mantiene una concepción general basada en la teoría humoral, aporta ideas acerca de su etiopatogenia que se alejan del concepto clásico: las actividades del alma racional (el pensamiento arduo, el recuerdo, las fantasías o los juicios) pueden arrastrar al alma susceptible a la melancolía. Al-Razi, médico jefe del hospital de Bagdad, fue el primero en poseer una sección dedicada a los enfermos mentales; enfatiza en su obra médica la necesidad de valorar los aspectos psicológicos del paciente a la hora de hacer una valoración global. Sobre la melancolía, anticipa un método de tratamiento psicodinámico consistente en recomendar al paciente trabajos que lo liberen de su ociosidad y la conversación frecuente con personas juiciosas que les muestren lo infundado de sus preocupaciones. 2.2.3 Europa Occidental: Constantino el Africano, representante de la Escuela Médica Salernitana, 6 traduce la obra de Ishaq Ibn Imran en el siglo XI, y asume que la melancolía puede aquejar al espíritu más que otras enfermedades somáticas. La definición de la tristeza es (anticipando posteriores interpretaciones psicoanalíticas) la pérdida del objeto amado. "Cuando los efluvios de la bilis negra, suben al cerebro y al lugar de la mente, oscurecen su luz, la perturban y sumergen, impidiéndole que comprenda lo que solía comprender, y que es menester que comprenda. A partir de lo cual la desconfianza se vuelve tan mala que se imagina lo que no debe ser imaginado y hace temer al corazón cosas temibles. Todo el cuerpo es afectado por estas 5 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría pasiones, pues necesariamente el cuerpo sigue al alma (El cuerpo sigue al alma en sus acciones y el alma sigue al cuerpo en sus accidentes). Por consiguiente se padece vigilia, malicia, demacración, alteración de las virtudes naturales, que no se comportan según lo que solían, mientras estaban sanas". En la segunda parte de la traducción de Constantino se enumeran algunas pócimas y jarabes útiles frente a los diferentes tipos de melancolía. Desde una perspectiva religiosa a la melancolía se la categorizó como "demonio", entendido como tentación o pecado, pasando a denominarse asedia o apátheia (desidia, apatía). 2.3 En la Época del Renacimiento en el siglo XIV, se origina en la península Itálica (especialmente en Florencia, Roma y Venecia en la que despunta el período humanista 7). La figura más importante del Renacimiento en relación con la melancolía fue Robert Burton 8 (1577-1640), quien dedicó casi toda una vida a redactar su Anatomía de la Melancolía (publicada en 1621), que es un largo ensayo médico y filosófico en el que resume todos los conocimientos habidos hasta esa fecha sobre el tema. En sus tres tomos se ofrece una concepción multifactorial de la depresión, según la cual la enfermedad no tiene una única causa, sino que puede tener varias causas: desde el amor a la religión, pasando por la política, la influencia de las estrellas o el simple aburrimiento. Puede localizarse, a modo clásico, en la cabeza, el cuerpo o los hipocondrios, y se acompaña en ocasiones de delirios o fantasías, y de nuevo, subrayando el miedo y la tristeza como los síntomas principales. Si varias pueden ser las causas, varios pueden ser los remedios, que van desde la música a la compañía. La obra concluye con un extenso poema, que es un resumen del autor sobre su concepto de la melancolía. 2.4 Edad moderna La transformación de la sociedad a partir del siglo XVII 9 determinaron una ruptura con las teorías clásicas sobre la melancolía. Thomas Willis (1621-1675) será el primer médico en rechazar activamente la teoría de los cuatro humores y, al hilo de la corriente imperante en su época, atribuirá a procesos químicos del cerebro y del corazón las causas de esta enfermedad. Menciona cuatro tipos de melancolía, de acuerdo a su propio origen: La debida a una alteración en el cerebro, la originada por una mala función del bazo, una tercera que tiene origen y efecto en todo el cuerpo, y una última clase de melancolía "histérica", cuyo origen se encontraría en el útero. Es considerado el pionero de la neuroanatomía, y sus trabajos en el campo de la depresión lo llevaron a publicar en 1672 un tratado sobre el tema, en el que mantiene la base del miedo y de la tristeza en cuanto a sintomatología, pero en el que introduce por primera vez el concepto de afectación de la conciencia frente a la afectación de la conducta, lo que dará origen a los conceptos de locura parcial y locura general desarrollados poco después por John Locke, 10 el más notable de sus discípulos. A. Pitcairn a comienzos del siglo XVIII 11 escribía que el desequilibrio de los flujos sanguíneos en el organismo podían afectar al flujo de los espíritus de los nervios (según la teoría de René Descartes) generando los pensamientos confusos y los delirios propios de la melancolía. Poco después, los experimentos con la recién descubierta electricidad, transformaron el campo de la fisiología abandonando la teoría de Descartes para dar lugar a los conceptos de sensibilidad e irritabilidad, atracción, repulsión y transmisión. Newton en su Principia (1713) decía: “… y los miembros de los cuerpos animales se mueven por orden de la voluntad, es decir, por las vibraciones de este fluido [el éter], propagado a lo largo de los filamentos sólidos de los nervios, desde los órganos exteriores de los sentidos al cerebro, y del cerebro a los músculos”. Siguiendo con este planteamiento, William Cullen (1710-1790), estudió los conceptos de carga y descarga en los seres vivos sometidos a la electricidad, y extrapoló sus hallazgos 6 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría a la función cerebral. De este modo relacionó a la melancolía, con un estado de menor energía cerebral: el melancólico sufría una situación de falta de tono nervioso o "anergia".12 Durante la segunda mitad del siglo XVIII, clasifica minuciosamente las enfermedades, incluyendo a la melancolía dentro del apartado de neurosis o de "enfermedades nerviosas", según la nueva nomenclatura fundada en los recientes hallazgos neurofisiológicos. El exceso de torpeza en el desplazamiento de la energía nerviosa sería la causa principal de la melancolía, abandonándose definitivamente la bimilenaria teoría humoral. Richard Blackmore13 habla por primera vez del término depresión en Inglaterra en el año 1725, siglo XVII (comprendiendo formalmente los años 1601-1700 ambos, incluidos). Menciona estar deprimido en profunda tristeza y melancolía, pero aún pasarán muchos años antes de que sustituya al más clásico de la melancolía. El origen del vocablo depresión se encuentra en la expresión latina: de y premere (empujar u oprimir hacia abajo). 2.5.- Los siglos XIX y XX. En 1808 hacia el siglo XIX, el término depresión va ganando terreno y se usa junto al de melancolía para designar a la enfermedad; mientras tanto, este último término siguió conservando su uso popular y literario. Wilhem Griesinger empleó por primera vez el término estados de depresión mental como sinónimo de melancolía. Emil Kraepelin14 la designa como locura depresiva en una de sus clasificaciones, sin abandonar el término melancolía para nombrar la enfermedad, y manteniendo depresión para referirse a un estado de ánimo; él afirmaba que las melancolías eran formas de depresión mental, siendo ésta, una expresión que se le atribuye. Adolf Meyer15, propuso abandonar el término melancolía y sustituirlo por el de depresión. En esta batalla por la nomenclatura se llegó a la redundancia de llamarla melancolía a la depresión con síntomas leves. Ahora, el término ciclotimia 16 fue usado por Karl Ludwig Kahlbaum en 1863 para designar las variaciones de las fases depresiva y maníaca, a modo de ciclos repetitivos y periódicos; siendo rebautizada el cuadro con el término actual de depresión por el británico Sir Richard Blackmore. Hasta el nacimiento de la psiquiatría moderna, su origen y los tratamientos se alternan entre la magia y una terapia ambientalista de carácter empírico (dietas, paseos, música, etc.) pero, con el advenimiento de la controversia de la biopsiquiatría 17 y el despegue de la farmacología18, pasa a ser descrita como acaso una enfermedad19 más. Su alta prevalencia y su relación con la esfera emocional de la melancolía, la han convertido a lo largo de la historia, en frecuente recurso artístico e incluso en la bandera de movimientos culturales, como el romanticismo. 20 Se desarrollan fármacos como la Fluoxetina, un antidepresivo eficaz apodado "la píldora de la felicidad", que ya ha traspasado la barrera académica para instalarse en la cultura popular a través de su más conocido nombre comercial: Prozac. Posteriormente, la revolución francesa y su vástago, la revolución industrial, llegarán a cambiar definitiva y completamente el modo de entender a la persona enferma, y especialmente, a la enfermedad mental. El padre de la psiquiatría moderna, Philippe Pinel, 21 llega a la medicina después de un intenso estudio de las matemáticas, lo que le permite disponer de una óptica ligeramente diferente a la del resto de los médicos de su época. Desde su punto de vista, el origen de los trastornos anímicos están en la percepción y las sensaciones, inaugurando una época de causas morales (fanatismos religiosos, desilusiones intensas, amores apasionados...). Sin atacar a estas causas, no se puede tratar la melancolía, denominada por él como delirio parcial o delirio sobre un objeto. El principal discípulo de Pinel, es Jean-Etienne-Dominique Esquirol 22 quien acometió la reforma psiquiátrica de espíritu positivista 23. Sentó las bases de la identificación entre loco y enfermo mental. Adoptó el término de monomanía para algunos tipos de melancolía, y apuntó por primera vez, de una manera muy adelantada, a la "enfermedad" (monomanía instintiva) como causa de determinados 7 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría comportamientos delictivos. Aquí, comenzará el proceso que culmina en pleno siglo XX24 de identificación (y confusión, en algunos casos) entre trastorno anímico (tristeza patológica) y enfermedad mental (depresión). Pero esas descripciones nosológicas de Pinel y Esquirol pronto se demuestran como síndromes, 25 más que como entidades propias. La monomanía, la manía, la melancolía, son conjuntos de síntomas que difícilmente ayudan a tipificar a los pacientes. En este contexto, Jean-Pierre Falret describe en 1854 la locura maniaco-depresiva en su tratado "Acerca de la locura circular o forma de enfermedad mental caracterizada por la alternancia regular de la manía y de melancolía". Históricamente, a medida que avanza el desarrollo de la psiquiatría, la terminología empleada para referirse a la melancolía o la depresión van adquiriendo mayor especificidad y claridad. En las primeras décadas del siglo XX, el concepto de la depresión se desglosa en otros como ansiedad, histeria, hipocondría, obsesión, fobia, distimia o trastorno psicosomático, y la OMS acota y define la depresión endógena o mayor, como un síndrome orgánico, cuya sintomatología nuclear abarca alteraciones del pensamiento y los impulsos, tristeza corporalizada y trastornos de los ritmos vitales, además de poder expresarse a través de los distintos síntomas somáticos. La biopsiquiatría, 26 ha llegado más lejos, explicando a través de mecanismos farmacológicos, el cómo la interacción de determinados neurotransmisores 27 influyen en el desarrollo de múltiples trastornos mentales entre los que se encuentra la depresión. En la segunda mitad del siglo XX, diversos autores (Leonhard 1957, Perris 1966, Angst 1978 y Winokur 1973) proponen la existencia de un grupo más específico de pacientes, en los que los episodios depresivos alternarían con episodios maníacos o hipomaníacos y a los que definirían como pacientes con trastorno bipolar, frente a otro grupo que presentarían solamente patología depresiva sin la historia de episodios maníacos o hipomaníacos. Estos autores, insinúan que los trastornos afectivos podrían abarcar un amplio espectro en el que quizás el extremo más grave estaría ocupado por los pacientes propiamente bipolares. Sin embargo, no es hasta los años 70 que la distinción entre pacientes unipolares y bipolares aparece de modo explícito en las clasificaciones internacionales, tanto en el DSM como en la ICD. La distinción entre pacientes unipolares y bipolares junto a la ubicación definitiva de los pacientes maníacos dentro de lo propiamente considerado hoy día como trastorno bipolar (y no como entidad propia como tuvo en la época prekraepeliniana) tiene especial interés, ya que será la bipolaridad la que marcará las diferencias tanto clínicas como terapéuticas, y ella, puede ser especialmente difícil en aquellos momentos en que los pacientes estén en fase depresiva o eutímica. CAPITULO III III. Etiología El origen de la depresión es complejo, ya que en su aparición influyen factores psicológicos, genéticos28, biológicos29 (Trastornos bioquímicos a nivel del sistema límbico que disregula varios sistemas del NT), y sociales (aprendizajes, condicionamientos educación). Después del episodio inicial, otros episodios depresivos casi siempre son desencadenados por un estrés30 leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya una situación de estrés. 3.1 Causas Psicológicas Los factores emocionales son un factor determinante y desempeñan un papel preponderante, presentándose desde los primeros años de vida, determinados rasgos de personalidad tan profundamente enraizados en el modo de ser del individuo que se aprenden a través de la estrecha relación y la dependencia con 8 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría respecto a los miembros de la familia"31. Las personas con poca autoestima, se perciben a sí mismas y perciben al mundo en forma pesimista, se abruman fácilmente por el estrés, están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad. Desde la psicología de conducta, se entendería que la autoestima y la depresión suponen ambas descripciones de aprendizajes adquiridos, siendo la causa de la depresión principalmente social, es decir, aprendida. Por ejemplo, la evitación y el condicionamiento han demostrado tener un papel fundamental en la adquisición y mantenimiento de este problema. La pérdida de un ser querido hace sentir diferentes estados de ánimo en el transcurso del período de duelo, que van desde: la negación al principio y la desesperación de perder a alguien; a la depresión; la ira contra el objeto perdido (amado) y finalmente la aceptación. Sucede también con los problemas en una o en muchas de sus relaciones interpersonales. Los problemas económicos o cualquier situación estresante en la vida (situaciones deseadas o no deseadas) también pueden precipitar un episodio depresivo. En los últimos años, la investigación científica ha demostrado que algunas enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales, como los accidentes cerebro-vasculares, los ataques al corazón, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales que pueden llevar a una enfermedad depresiva. La persona enferma y deprimida se siente apática y sin deseos de atender sus propias necesidades físicas, lo cual, prolonga el periodo de recuperación. 3.2 Causas Genéticas Algunos tipos de depresión tienden a afectar a los miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición biológica. En algunas familias, la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión. Por ejemplo, en las depresiones psicóticas el factor hereditario o genético es especialmente importante y en la depresión endógena se basa de manera exclusiva en factores orgánicos, que son presumiblemente hereditarios, y se manifiestan mediante alteraciones bioquímicas del organismo. Hasta el momento, los estudios de genética molecular no han aportado datos definitivos sobre la herencia de estos trastornos, debido a la naturaleza compleja de las enfermedades psiquiátricas. En su etiopatogenia, intervienen muchos genes, además, se dan combinaciones de características genéticas que se hallan presentes en la población en general, así como la presencia de factores genéticos que las propician y que interactúan con los factores ambientales, que es difícil esclarecerlas con las técnicas actuales. Estos resultados contradictorios, se deben a que la forma de transmisión es desconocida y probablemente sea variable y escasamente específica, además, no existen mutaciones específicas que nos la expliquen. 3.3.- Causas Biológicas: 3.3.1- Sistemas Neurobiológicos: Se han hecho muchos avances en estudios de los trastornos depresivos y aún no conocemos exactamente (desde el punto de vista neurobiológico) cuál es la base bioquímica de las alteraciones biológicas que se manifiestan en los síntomas depresivos y consecuentemente, en qué nos puedan ayudar puntualmente en las estrategias del tratamiento adecuado. Se sabe, que el sistema límbico es el sustrato anatómico de la depresión; contiene rica inervación de la Serotonina (5-hidroxitriptamina, o 5HT) que es importante para la acción de 9 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría los antidepresivos. Se requiere un sistema 5-HT intacto para que los antidepresivos funcionen. Aunque los antidepresivos actúan precisamente a este nivel, luego se relacionan con las alteraciones biológicas, que mínimamente, arrojan explicaciones para tratar la sintomatología. Existen, múltiples hipótesis y teorías al respecto, algunas, ya han perdido vigencia y otras, son una apuesta a futuro en la investigación. 3.3.2_ Neurotransmisores: Se han propuesto teorías de que muchos de los NT eran responsables de la depresión, otros, proponían que eran a causa de las alteraciones - en sensibilidad, números, regulación, alteraciones de respuesta, modificación de lugares de fijación, deficiencia en la frecuencias de descarga, deficiencia en la neurotransmisión - de los receptores presinápticos o postsinápticos, otros, señalaban la alteración de las aminas biógenas en los fluidos corporales, que eran las causantes, o las alteraciones en la traducción y descripción del mensaje a la neurona postsináptica a pesar de que el neurotransmisor y receptor esté en condiciones normales; otras teorías, sin embargo, apuntan a alteraciones en los procesos intracelulares, alteraciones de los genes, hiperactividad de ciertos sistemas hormonales, en la cual encontramos un incremento en la producción de CRF, alteraciones en los niveles de péptidos opioides y una disminución de NPY, que se coordina con el sistema NA; pero hasta la fecha, tampoco se conoce su forma de actuación. Sin embargo, lo que SÍ SE SABE es que: - En la depresión, hay mal funcionamiento de la Na, la serotonina y la hiperactividad de los sistemas hormonales. - El neuropéptido Y (NPY), que es un neurotransmisor péptido de 36 aminoácidos que se encuentra en el cerebro y el sistema nervioso autónomo, actúa aumentando los efectos vasoconstrictores de las neuronas noradrenérgicas y ha sido asociado con varios procesos fisiológicos cerebrales, incluyendo la regulación del balance energético, la memoria, el aprendizaje y la epilepsia. Controla la integración emocional a nivel límbico, así como la función hipotalámica hipofisaria, y el hipotálamo, la cual, regula la secreción hormonal, sintetiza y libera los péptidos y a través de la hipófisis estimula o inhibe la liberación de hormonas diversas a la sangre, y a su vez controla la liberación de otras glándulas dianas. - Los neuropèptidos, los neurotransmisores y los neuromoduladores se encuentran en el sistema nervioso central SNC, y sus ciclos biológicos son diferentes. - El desarrollo de fármacos no peptídicos son capaces de afectar a estos sistemas. El estudio a encontrar nuevas sustancias que actúen sobre los moduladores endógenos asociados a la proteína G, son un avance en la investigación de la fisiopatología de la depresión, en la que sus mayores descubrimientos serán imprescindibles y nos ayudaran en el abordaje terapéutico a futuro. Como vemos hasta el momento, conocemos el papel que desempeñan algunos NT en la depresión. Así pues, en el caso de las aminas (5HT, DA y NA) se postuló que existían alteraciones a nivel de sus receptores (hipo/hipersensibilidad) y déficit/incrementos en sus sinapsis, dependiendo si se trataba de depresión o manía. La relación de estas aminas con la depresión, se deben a algunas de las funciones que 10 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría desempeñan en distintas zonas cerebrales. A continuación, los describiremos brevemente: La NA su función principal es determinar si nuestra atención se debe dirigir al entorno externo o interno, intervienen también en el control cognitivo, el estado de ánimo, las emociones, movimientos y P.A. sus alteraciones en déficit o exceso produciría alteraciones en estas funciones. Actualmente se le considera a la NA, ser la responsable de determinados síntomas como los neurovegetativos, la ansiedad o la activación, más no, el causante de las alteraciones psicobiológicas de la depresión. La Serotonina tienen un núcleo rafe grande que se dirige a varios puntos de salida (cortex frontal, ganglios basales, áreas límbicas, hipotálamo, tronco cerebral; en los reflejos espinales) desde ahí, intervienen en los estados de ánimo, movimientos, en los trastornos de ansiedad y pánico, en la conducta alimentaria, la regulación del sueño, en la respuesta sexual, vómito, motilidad gastrointestinal, el dolor. La baja de serotonina, trae consecuencias en todas sus funciones mencionadas, sobre todo cuando baja los niveles del metabolito 5-HIAA; principal metabolito del 5HT que interviene en la modulación del estado de ánimo, se produce la falta de control de impulsos e ideas suicidas, entre otras. Se puede evaluar indirectamente la función hormonal del 5-HT evaluando la prolactina y las plaquetas en la sangre. La Dopamina- DA influye en la disminución de la actividad general, la actividad motora; tiene que ver también con el humor y la iniciativa; su aumento, produce manías y la disminución, la depresión. Algunos antidepresivos inhiben la recaptación de la DA y en administraciones prolongadas, modifican la sensibilidad de sus receptores. La Ach acetil colina regula los efectos del estrés, que en la depresión, existiría un predominio de ésta. Por último, parece haber una disminución del GABA, aunque no quede del todo esclarecido su papel. En cuanto a la expresión génica se refiere, se concluye que podría haber en los sistemas de NT y receptores, una capacidad de respuesta alterada. Así, en la depresión, posiblemente esté alterado el gen que codifica la formación del factor de crecimiento celular BDNF. Los AD activarían los genes para que formaran BDNF. Probablemente implicados en la depresión, aparecen también los péptidos y otras sustancias. 3.3.3_ Sistemas Neuroendocrinos, La depresión, es el trastorno psiquiátrico en el que más estudios se han realizado desde el punto de vista neuroendocrino, habiéndose encontrado alteraciones, principalmente en los ejes HPA, HPT y HPGH. También existen desequilibrios en funciones tiroideas, como la TRH. Otras sustancias peptídicas influyentes son la SP, la CCK, la galanina, la leptina y la 5-HT modulina. Entre sus funciones, destacaríamos la localización en regiones cerebrales que regulan el comportamiento afectivo y la respuesta neuroquímica al estrés (SP); la regulación del nivel de ansiedad (CCK); la interacción con receptores 5-HT postsinápticos (galanina); la relación entre los niveles de leptina y el IMC que no se observan en sujetos deprimidos y, finalmente; la interacción de la 5- HT modulina con un receptor serotonérgico que hace aumentar la liberación de 5HT al inhibir este tipo de receptor. Hay 11 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría evidencias de alteraciones hormonales32 que parecen modular o influir de forma tan importante sobre la aparición y el curso de la enfermedad. 3.3.4_ La Psiconeuroinmunología ha evidenciado trastornos sobre el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal 33 La inmunidad34, consiste en un sistema de mecanismos adaptables que se han ido desarrollando para proteger al organismo del ataque de proteínas externas, sobre todo, de los agentes bacterianos y virales. El posible significado que las disfunciones inmunológicas puedan tener en los trastornos psiquiátricos no está todavía claro. En la investigación neuroinmunológica, las citocinas, las proteínas señalizadoras, desempeñan un papel muy importante. El hecho de que éstas y los neurotransmisores interactúen de forma compleja en el cerebro, han adquirido un especial interés. El sistema inmunológico es la que interactúa con otros sistemas del organismo, en especial con los sistemas neuroendocrinológico y autónomo. Determinadas características clínicas de algunos trastornos psiquiátricos, han estimulado la aplicación de métodos inmunológicos en la búsqueda de la patogénesis de los trastornos psiquiátricos. El distrés psicosocial agudo y crónico, por ejemplo, ha sido un tema neuroinmunológico importante. Con respecto a la respuesta inmunológica a la influencia psicosocial, se ha distinguido entre el estrés agudo y el estrés crónico. El primero, tiene como resultado un aumento del número total de linfocitos, concretamente de células NK y se asocia con la liberación de cortisol. El segundo, por su parte, ocasiona una disminución de las funciones biológicas de las células inmunológicas como un descenso en la proliferación de los linfocitos después de una estimulación. Se ha observado, por ejemplo, que la capacidad de los linfocitos de proliferar tras un cierto estímulo, disminuye en muchos estudios, así como la actividad fisiológica de las células NK, lo que apunta a que, en algunos grupos de pacientes depresivos, pueda existir una disminución de las funciones inmunológicas fisiológicas. Otros estudios más recientes hablan de la posibilidad de una actividad de las funciones inmunológicas en los pacientes depresivos, similar a una reacción inflamatoria en el caso de una infección. Esta hipótesis inflamatoria se ha basado, principalmente, en observaciones del sistema monocito-macrófago. Sin embargo, aún no se ha descubierto ninguna alteración biológica estable y común a todas las personas con depresión, es decir, ningún marcador biológico. Por esta razón, estas alteraciones también pueden ser interpretadas como correlatos biológicos, pero no implican necesariamente una explicación absoluta del hipotético síndrome. En conclusión, diremos que la depresión es descrita desde la medicina, con una serie de síntomas o cuadros clínicos caracterizados por trastornos del estado de ánimo. Así, cualquier problema psicológico que cumpla esos criterios pudiera ser diagnosticable como depresión; ya sea tratándose de un problema neurodegenerativo, ya sea aprendida, y en todos los casos posibles, estaríamos hablando de un síndrome. Si bien, el diagnóstico médico debe indicar si su origen es neuroanatómico, hormonal o psicológico. Es decir, aún no se ha encontrado ningún marcador biológico de la depresión, de modo que ninguna de las alteraciones biológicas atribuidas a la depresión, puede ser usada para el diagnóstico de la enfermedad. 3.4 Causas Sociales Para los seres humanos los vínculos afectivos son muy importantes, y en consecuencia, se puede ocasionar una depresión al sentir la destrucción de 12 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría estos vínculos; por ejemplo, un duelo o un divorcio, etc., o también el ingreso de una persona al espacio vital, en el lugar en donde alguien se relaciona y se siente invadido. Estos factores son importantes para que se originen una depresión, dentro de los cuales, también están implicados otros (no menos importantes), que pueden disparar un trastorno, como por ejemplo, el "refugiarse" en las drogas o el alcohol. CAPÌTULO IV 4. La Depresión Reactiva O Depresión Neurótica 4.1- El estilo de vida actual: El estilo de vida, es un factor desencadenante de esta patología. Así, cuando el sujeto lleva una vida estresante, con sobrecarga laboral y conflictos en el ámbito social y familiar, cuando en la vida cotidiana pasa situaciones difíciles como la pérdida de un ser querido o la ruptura amorosa, un cambio de domicilio, una pérdida del empleo o incluso la jubilación, experiencias de abandono, tristeza y desarraigo, es más proclive a desarrollar un episodio depresivo. 4.2 El estilo atribucional de cada persona: es cuando una persona atribuye sus éxitos a causas externas no controlables, sin embargo se culpabiliza de sus fracasos, atribuyéndolos a causas internas sobre las que tampoco ejerce un control, siendo otro buen candidato a desarrollar una depresión. La no controlabilidad sobre los acontecimientos de la propia vida, llegan a sumir al ser humano en estados de indefensión aprendida, como precursores de trastornos del estado de ánimo. De acuerdo con esta idea, Kobasa (1979) llegó a la conclusión de que frente a un mismo suceso traumático, habrían dos tipo de personas: las personas resistentes, con un gran sentido del compromiso - entendido como la tendencia de estos individuos a implicarse en todas las actividades de la vida, sintiendo que lo que se hace es parte de lo que se es, (mantienen una fuerte sensación de control) entendida como la convicción de que lo que se hace influye directamente en los acontecimientos. Hay una mayor apertura a los cambios vitales; es decir, ver las circunstancias de la vida, especialmente las adversas, no como amenazantes, sino como incentivadoras del crecimiento personal; tienden a interpretar las experiencias estresantes y dolorosas como una parte más de la existencia. Por otro lado, existen las personas no resistentes, que muestran muchas carencias en el sentido del compromiso, una tendencia a considerar el cambio como negativo y no deseado. CAPÌTULO V 5.- Situaciones Particulares 5.1.- La depresión en la infancia y adolescencia: En los niños y adolescentes, la depresión tiene gran impacto sobre su crecimiento y desarrollo personal, sobre el rendimiento escolar y las relaciones familiares e interpersonales. También existen evidencias de la posible continuidad del trastorno depresivo a lo largo de la adolescencia y de su prolongación durante la etapa adulta, lo cual, se ven reflejadas en los altos índices de consultas y hospitalizaciones psiquiátricas, en los problemas laborales y de relación en el futuro que se origina. La depresión en la niñez, se empezó a reconocer sólo en los años 70. El diagnóstico se acoge a los mismos criterios que en el caso de los adultos, aunque la sintomatología puede ser algo más confusa. El niño deprimido puede simular estar enfermo, rehusar a ir a la escuela, juega 13 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría menos o deja de hacerlo, expresa el deseo de no querer separarse de los padres o tiene miedo de que uno de los padres se muera. En la primera infancia pueden desarrollar síntomas atípicos como somatizaciones difusas, trastornos alimenticios, enuresis, etc. El adolescente puede expresar mal humor, disminuir el rendimiento escolar, presentar conductas desafiantes o presentar brotes de irritabilidad. En ocasiones, expresa el trastorno anímico con el desarrollo de conductas de riesgo (consumo de sustancias psicotrópicas, comportamientos parasuicidas, promiscuidad sexual, conductas delictivas - con aumento de la violencia y agresividad -, así como trastornos de la conducta alimentaria etc.). Dado que los comportamientos normales varían de una etapa de la niñez a la otra, es a veces difícil establecer si un niño está simplemente pasando por una fase de su desarrollo, o si está verdaderamente padeciendo de depresión. A veces, el niño tiene un cambio de comportamiento notorio que llega a preocupar a los padres, o el maestro menciona que el "niño no parece ser el mismo". En esos casos, puede sospecharse de un trastorno depresivo. 5.2 La depresión en las mujeres: Las hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona) parecen modular de alguna manera el desarrollo y la gravedad de los cuadros depresivos. En particular, en relación con los cambios del ciclo menstrual, el embarazo, el aborto, el periodo de posparto, la premenopausia y la menopausia. La existencia de menores niveles de estrógenos, parecen desempeñar un cierto papel en la etiopatogenia de la depresión. Otra explicación posible se basa en el contexto social que viven las mujeres, relativas al sexismo con su consecuente estrés, falta de recursos económicos y determinados valores socio-culturales se relacionan con menos autoestima en las mujeres, así como más problemas psicológicos. En recientes estudios, se ha demostrado una asociación entre la aparición de depresión en mujeres de edad avanzada y un aumento de la mortalidad (por diferentes causas, principalmente por accidentes cerebro vasculares). 5.3-La depresión en los varones: Los hombres como las mujeres, pueden desarrollar los síntomas típicos de la depresión. Sin embargo, a menudo los hombres y las mujeres sienten la depresión de manera diferente y pueden enfrentar los síntomas de formas diferentes; los hombres, presentan una alta tasa de riesgo elevado en la enfermedad coronaria, generalmente, se quejan de fatiga, irritabilidad, pérdida de interés en el trabajo o pasatiempos favoritos, problemas de sueño, pero no se quejan tanto de otros síntomas como los sentimientos de tristeza, falta de auto estima y culpabilidad excesiva. En lugar de reconocer sus síntomas, pedir ayuda o solicitar el tratamiento apropiado, los hombres pueden recurrir al alcohol o a las drogas cuando están deprimidos, frustrados, desanimados, enojados, irritados y algunas veces, también se muestran violentamente abusivos. Algunos hombres enfrentan la depresión, dedicándose de manera compulsiva a su trabajo, tratando de ocultar la depresión a sí mismos, a la familia y los amigos; otros hombres pueden responder a la depresión, mostrando comportamiento temerario; es decir, arriesgándose y poniéndose en situaciones peligrosas como el uso de sustancias tóxicas, haciendo más difícil reconocerla como una enfermedad separada que necesita tratamiento. El alarmante índice de suicidio en los hombres puede reflejar el hecho de que los hombres solicitan tratamiento para la depresión con mucha menos frecuencia que las mujeres. 14 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría 5.4- La depresión en la vejez El inicio clínico de la depresión en el anciano puede cursar con una pobre alteración del estado de ánimo. Incluso, puede aparecer enmascarada con otros síntomas principales, tales como la pérdida del apetito, alteraciones de la memoria, insomnio, síntomas somáticos, ansiedad o irascibilidad. Puede simular un cuadro de demencia senil, hablándose entonces, de pseudodemencia depresiva. Cuando la persona de edad avanzada acude con el médico, puede describir únicamente síntomas físicos. Esto ocurre, porque el anciano puede mostrarse reacio a hablar de su desesperanza y tristeza, de su falta de interés en las actividades normalmente placenteras, o de su pena después de la muerte de un ser querido, incluso, cuando el duelo se prolonga por mucho tiempo. Cuando un anciano se deprime, a veces su depresión se considera erróneamente como un aspecto natural de esa etapa de la vida. La depresión en los ancianos, si no se diagnostica ni se trata, provoca un sufrimiento innecesario para el anciano y para su familia. CAPITULO VI 6.- Epidemiología: Las cifras de prevalencia de la depresión varían dependiendo de los estudios, en función de la inclusión tan sólo de trastornos depresivos mayores o de otros tipos de trastornos depresivos. En general, se suelen recoger cifras de prevalencia estadística en los países occidentales de aproximadamente el 3 por ciento de la población general para trastorno depresivo mayor, y una incidencia anual del 1 al 2 por mil. Por otra parte, Lourdes Fañanás, profesora de la Universidad de Barcelona y Honorary Senior Lecturer del Instituto de Psiquiatría de Londres, indicó que el riesgo de padecer un episodio depresivo grave a lo largo de la vida, oscila entre el 5 y el 17%, y es entre 2 y 3 veces más frecuente en las mujeres. Actualmente, se puede afirmar que la mujer cuenta con mejores estrategias de adaptación, pero su tendencia a la depresión es tres veces mayor a la de los hombres. Todos los estudios coinciden en que la prevalencia, es casi el doble en la mujer que en el hombre, y que algunos factores estresantes vitales, como el nacimiento de un hijo, las crisis de pareja, el abuso de sustancias tóxicas (principalmente alcohol) o la presencia de alguna enfermedad orgánica crónica, se asocian con un riesgo incrementado de desarrollar un trastorno depresivo mayor. Aunque la prevalencia global es inferior entre los varones, la tasa de suicidio consumado en los hombres, es cuatro veces más alta que en las mujeres. Sin embargo, los intentos de suicidio son más comunes en la mujer que en el hombre. A partir de los 70 años de edad, la tasa de suicidio en el hombre aumenta, alcanzando el nivel máximo después de los 85 años. Su prevalencia en la infancia es del 1-2 por ciento y, en la adolescencia, del 4-5 por ciento. La depresión mayor es además, uno de los principales factores de riesgo de suicidio en los adolescentes. Así, según las estimaciones de la OMS, el suicidio es la cuarta causa de fallecimiento en el tramo de edad comprendido de 15 - 44 años. Sin embargo, a nivel mundial, uno de los datos más preocupantes es el aumento del suicidio en edades jóvenes, sobre todo de varones. En cuanto a la asociación familiar, debido a factores genéticos, la existencia de un pariente de primer grado con antecedentes de trastorno depresivo mayor, aumenta el 15 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría riesgo entre 1,5 y 3 veces frente a la población general. Debido a su prevalencia, siendo uno de los principales factores de riesgo de suicidio y su repercusión sobre la estructura familiar y social, la depresión infanto-juvenil, se considera de gran importancia, no sólo para el sistema sanitario, sino también para la sociedad. CAPITULO VII 7.1.- Signos y Síntomas: La depresión es una enfermedad crónica y recurrente que más negativamente incide en la calidad de vida, incluso más que la hipertensión, diabetes o enfermedades reumáticas, con una sintomatología muy variada que puede coincidir con la de otras enfermedades, por ello, muchas veces no se diagnostica correctamente, recibiendo los pacientes un tratamiento inadecuado. Hay muchas formas clínicas de depresión, que van desde el cuadro depresivo mayor con melancolía, a las distimias (paciente con síntomas de poca intensidad y que permanecen durante años) y depresiones breves recurrentes (episodios depresivos graves de 2-3 días de duración y que se repiten varias veces al año). En la clínica, son frecuentes las depresiones enmascaradas en las que predominan los síntomas somáticos (cefaleas, lumbalgias, etc.) sin aparentes manifestaciones psíquicas. El síntoma más característico de la depresión es que el paciente se siente como hundido, con un peso agobiante sobre su existencia, su vitalidad, que cada vez lo entorpece más y más para vivir en plenitud. Sin embargo, toda persona tiene fluctuaciones del estado anímico y la tristeza ocasional es una emoción normal. Las tensiones normales de la vida pueden llevar a sentirse tristes de vez en cuando. Eventos como una discusión con un amigo, una separación, un mal resultado en un examen, la mudanza de un amigo fuera de la ciudad, o la muerte de un ser querido pueden derivar en sentimientos de tristeza, dolor, desilusión o aflicción, éstas reacciones suelen ser breves y desaparecen con el tiempo. En cambio, la depresión es algo más que sentirse melancólico, triste o de mal humor de tanto en tanto. La depresión es un estado de ánimo intenso que involucra tristeza, desánimo, desamparo, desesperanza o desesperación, el mundo parece sombrío, puede nublarlo todo y hacer que hasta los pequeños problemas parezcan abrumadores, son incapaces de ver un futuro brillante y se sienten sin fuerzas para cambiar las cosas para mejor; que dura semanas, meses o incluso más, y que afecta la capacidad de la persona de realizar sus actividades habituales. Las personas con depresión, tienden a manifestar los pensamientos negativos y autocríticos. Algunas veces, más allá de su valor real, las personas con depresión pueden sentirse inútiles y no queridas, la perspectiva y el comportamiento de la persona puede cambiar y sufrir otros síntomas, como cansancio, irritabilidad y cambios en el apetito. A causa de sus profundos sentimientos de tristeza y de su poca energía, las personas con depresión a veces se alejan de las personas que los rodean o de las actividades que alguna vez disfrutaron. Esto sólo hace que se sientan más solos y aislados, lo cual empeora la depresión. Pueden sentir deseos de darse por vencidos. Pueden llorar por cosas sin importancia o incluso sin ninguna razón. La depresión también puede provocar síntomas físicos. Cuando están deprimidas, algunas personas sienten malestar estomacal, falta de apetito, aumento o pérdida de peso, dolores de cabeza y problemas para dormir. El mayor peligro de la depresión es la posibilidad de suicidio, pero también se ha comprobado que la esperanza de vida de estos pacientes es inferior al de la media de la población, especialmente en pacientes no tratados o tratados incorrectamente. Por otra 16 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría parte, cada día se acepta más la idea de que la depresión es un trastorno de por vida, por lo que el tratamiento y cuidado deben ser permanentes. 7.2.- Los síntomas principales que la definen en la exploración psicopatológica son: Tristeza patológica: Se diferencia de la tristeza, que puede ser un estado de ánimo normal como la alegría, cuando alcanza un nivel tal que interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo social como en lo familiar y lo sexual. Aparece sin motivo o tras un acontecimiento significativo. Es una sensación muy profunda, arrasadora. Tanto, que el paciente se siente "en baja", tal como si hubiera perdido el sabor, el placer de vivir. Se considera incapaz de brindar amor o afecto, lo cual aumenta sus sentimientos de culpa. Un dato tremendo: el 15% de los deprimidos termina suicidándose. Desgano y anhedonia: El sujeto se torna apático, no tiene ganas de nada (ni siquiera de vivir) y nada le procura placer, desinterés por estar con amigos y familiares. Ansiedad: Es la acompañante habitual del deprimido, que experimenta una extraña desazón, como un trasfondo constante. Cuando la ansiedad prima en el cuadro clínico, estamos frente a una depresión ansiosa. Por lo contrario, cuando predomina la inhibición, se trata de una depresión inhibida; quienes la padecen son personas malhumoradas, irritables, agresivas. Ritmos biológicos -Insomnio- : Al paciente le cuesta conciliar el sueño y, además, se despierta temprano y de mal talante. En algunos casos, que constituyen una minoría, puede presentarse la hipersomnia (exceso de horas de sueño). En las formas melancólicas (insomnio tardío, mejoría vespertina y más frecuentemente inicio en primavera y otoño), en las distimias, la afectación es menor y en ocasiones de signo distinto (insomnio inicial y empeoramiento vespertino). Alteraciones del pensamiento: Imagina tener enfermedades de todo tipo; con pensamientos pesimistas y repetitivos, surgen ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones. El pensamiento esta inhibido, sigue un curso lento y monocorde, la memoria se debilita y la distracción se torna frecuente, incapacidad para concentrarse, ideas de suicidio y falta de iniciativa. Alteraciones somáticas: Por lo común, surgen dolores crónicos o erráticos así como constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente sensación de fatiga o cansancio. Alteraciones del comportamiento: El paciente tiene la sensación de vivir arrinconado, rumiando sus sinsabores. Puede estar quieto, de manos cruzadas, o explotar en violentas crisis de angustia o en ataques de llanto por motivos insignificantes. Le resulta difícil tomar decisiones y disminuye su rendimiento en el trabajo. Modificaciones del apetito y del peso: La mayoría de los pacientes pierde el apetito y, en consecuencia, provoca la disminución de peso. Pérdida del placer: En lo sexual, se llega a la impotencia en el hombre o a la frigidez en la mujer; también disminuye y tiende a desaparecer el contento en el trabajo, en el deporte y en los juegos y otras actividades que anteriormente le eran gratificantes. Culpa excesiva: Siente con exceso la carga de una culpa inexistente, lo cual puede desembocar en delirios. Pensamiento suicida: Los pacientes presentan una preocupación exagerada por la muerte, y alimentan sentimientos autodestructivos. Psicomotricidad: Inhibición psicomotora con disminución de la energía; se produce un cansancio injustificado, a veces, con variaciones durante el día, muy a menudo más acentuado por la mañana. Las personas afectadas suelen 17 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría sentirse más fatigadas por la mañana que por la tarde. Puede haber agitación psicomotora. Cuando alguien tiene cinco o más de estos síntomas (la mayor parte del tiempo durante dos o más semanas), esa persona probablemente está deprimida. A veces, las personas atraviesan ataques durante estos síntomas que son realmente intensos; otras veces, estos mismos sentimientos pueden estar presentes a una menor escala durante años, todo el tiempo. Algunas personas, sólo tienen un episodio depresivo, o pueden llegar a tener más de uno después de haberse sentido mejor por un tiempo. Cuando una persona tuvo más de un ataque de depresión severa, un médico le diagnosticará un trastorno depresivo mayor. En el peor de los casos, la depresión puede generar sentimientos de desesperación tan profundos que la persona piensa en el suicidio. CAPITULO VIII 8.- Formas Clínicas de la Depresión: La depresión puede oscilar desde: - Ser intensa y manifestarse en formas de ataques que duran semanas, a ser menos severa, pero persistir de manera no aguda durante años. - Los médicos hacen una distinción entre estas dos formas: la más severa y de menor duración se diagnostica como depresión mayor, y la de mayor duración pero menos severa, como distimia. - Una tercera forma de depresión que puede llegar a diagnosticarse es el trastorno adaptativo con ánimo depresivo. Alude a una reacción depresiva ante un acontecimiento específico de la vida (como una muerte, un divorcio u otra pérdida), cuando la adaptación a la pérdida toma más tiempo del que normalmente se espera o cuando es más severa de lo esperado e interfiere en las actividades diarias de la persona. - El trastorno bipolar (a veces, también denominado "enfermedad maníaco depresiva") es otra afección depresiva que involucra períodos de depresión mayor combinados con períodos de manía. Manía es el término utilizado para describir un ánimo exaltado y explosiones exageradas de energía y actividad poco usuales. En la evolución previa de la enfermedad han existido uno o varios episodios de características maníacas. En sus antecedentes familiares aparecen con muy alta frecuencia trastornos bipolares o unipolares. A continuación describiremos los cuadros clínicos de estas formas clínicas de la depresión: 8.1.- Cuadro Clínico De Los Trastornos Adaptativos o Depresiones Neuróticas o Reactivas: La depresión reactiva sería en este caso una respuesta desadaptativa del organismo frente a un estresor, no teniendo por qué brotar inmediatamente después del acontecimiento desencadenante, sino que puede aparecer hasta semanas o meses después de que éste se haya producido; se acepta la aparición de síntomas cuando ésta ocurre en respuesta a un acontecimiento vital estresante, y no más allá de los tres meses siguientes a su aparición. Se habla de depresión reactiva cuando el cuadro es más grave de lo esperable o tiene mayor repercusión funcional de la que cabría esperar para ese factor estresante. Debe existir, entonces, un criterio de "desproporción" para su diagnóstico. Freud, en "Duelo y 18 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Melancolía", llegó a la conclusión de que la depresión es una reacción frecuente a la pérdida, o incluso a la amenaza de pérdida, ya se trate de un objeto real o imaginario. En "Inhibición, Síntoma y Angustia" describió cómo la pérdida de objeto suele ir acompañada de un intenso deseo por él, además de emociones negativas (tristeza, rabia, etc.) y de la creencia de que ese deseo es irrealizable. Propuso que cuando las emociones y las creencias depresivas forman un circulo vicioso que se retroalimenta, se entra en un estado depresivo. Así, de alguna manera planteaba que el estrés psicológico es un factor precipitante fundamental de la depresión, a través del accionamiento de un esquema mental en el que tanto las emociones como las creencias, se reiteraban. El cuadro clínico característico comunes en todas las depresiones son generalmente los síntomas asociados a los trastornos de la afectividad, como la tristeza, en donde se puede o no presentar tendencia al llanto, disminución de la autoestima, la inseguridad, que dificulta tomar decisiones, pero los síntomas que están más relacionados con una depresión neurótica son : Indiferencia afectiva. Presenta disminución o pérdida de intereses vitales, pérdida de sentimientos por lo cual la persona deprimida pierde todo deseo de expresar afecto o interés por los demás, las actividades que antes le despertaban interés, ahora le resultan indiferentes. Inseguridad. Es una característica común en este síntoma, por lo cual, no tiene confianza de sí mismo, la autoestima la tiene muy baja por lo que siente que no vale nada, y siente la imposibilidad de salir del pozo donde se encuentra. Pesimismo. Sentimientos de devaluación personal, lo cual origina que la persona tienda a acusarse a sí mismo. Ansiedad. Suele presentarse en grado decrementando, durante el transcurso de éste. variable durante el día, Irritabilidad. Una manifestacion común es la agresividad hacia los demás, lo cual da origen a problemas familiares y laborales. 8.2.- Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo o mixto (ansiedad y ánimo depresivo): Surge desencadenado por un estrés claramente identificable, que ha tenido lugar en las últimas semanas. La reacción desaparece, bien por haber desaparecido el suceso desencadenante, o por alcanzar el paciente un nuevo nivel adaptativo en su funcionamiento. Código CIE-10: F43.20, F43.22 8.3.- Cuadro Clínico En Las Depresiones Encubiertas Simples o Leves Sus síntomas son principalmente los relacionados con trastornos orgánicos (causa principal por lo que acude al médico) y es en donde éste, se puede dar cuenta de la depresión que puede presentar. Trastornos en el sueño. Donde puede haber insomnio, que se presenta al principio o al final del periodo de descanso. Inquietud durante el sueño. A menudo, de noche se despiertan, presentando frecuentes sueños desagradables, "pesadillas"; en contraste, algunas personan presentan una tendencia a querer dormir durante todo el día, pasando muchas horas en la cama, lo que contribuye a una forma de escapar de su realidad y responsabilidades. 19 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Trastornos en el apetito. Que va desde la anorexia, que implica la disminución del apetito, y por consiguiente, una importante pérdida de peso, o a la inversa, puede presentarse un deseo compulsivo de comer, fase de atracón, pudiendo llegar hasta la bulimia con el correspondiente aumento de peso. Disminución del deseo sexual. Los pacientes presentan una disminución o desaparición del deseo sexual. Decaimiento físico. Presentado con un incremento por la mañana, provocando que el enfermo no desee levantarse y no tenga ánimos para realizar las actividades cotidianas que requieren de su atención, el enfermo, también mostrará menos interés hacia las cosas que normalmente le gustaban. Trastornos digestivos y Trastornos cardiovasculares. 8.4.- Cuadro Clínico En Depresiones Ansiosas. La característica común de este cuadro clínico es que presentan trastorno de la conducta. La depresión ansiosa, a pesar de encontrarse dentro de las depresiones leves, suelen causar daños importantes en la personalidad de pacientes, como cambios drásticos de comportamiento que le perjudican aún más en su relación con los demás, y en la perspectiva de sí mismo, que va degenerando gradualmente. 8.5.- Trastorno depresivo mayor, episodio único o recidivante Código CIE-10: F32, F33 Los criterios que establecen tanto el DSM-IV como el CIE-10 para el trastorno depresivo mayor son: Criterio A: La presencia de por lo menos cinco de los síntomas siguientes, durante al menos dos semanas: o o o o o o o o o Estado de ánimo triste, disfórico o irritable durante la mayor parte del día y durante la mayor parte de los días Anhedonia o disminución de la capacidad para disfrutar o mostrar interés y/o placer en las actividades habituales Disminución o aumento del peso o del apetito Insomnio o hipersomnio (es decir, dificultades para descansar, ya sea porque se duerme menos de lo que se acostumbra, o porque se duerme más; véanse los trastornos en el sueño) Enlentecimiento o agitación psicomotriz Astenia (sensación de debilidad física) Sentimientos recurrentes de inutilidad o culpa Disminución de la capacidad intelectual Pensamientos recurrentes de muerte o ideas suicidas Criterio B: No deben existir signos o criterios de trastornos afectivos mixtos (síntomas maníacos y depresivos), trastornos esquizoafectivos, o trastornos esquizofrénicos. Criterio C: El cuadro repercute negativamente en la esfera social, laboral o en otras áreas vitales del paciente. 20 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Criterio D: Los síntomas no se explican por el consumo de sustancias tóxicas o medicamentos, ni tampoco por una patología orgánica. Criterio E: No se explica por una reacción de duelo ante la pérdida de una persona importante para el paciente. 8.6.- Trastorno distímico La distimia es un trastorno afectivo crónico de carácter depresivo leve, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple con todos los patrones diagnósticos de la depresión, se cree que su origen es de tipo genético-hereditario y que en su desarrollo influirían factores psicosociales como el desarraigo, la falta de estímulos y premios en la infancia, entre otras causas. Coincide aproximadamente con los diagnósticos clásicos de neurosis o personalidad depresiva. Los síntomas son menos intensos pero más crónicos y responden peor a las terapéuticas farmacológicas. Pocas veces están asintomáticos desde el inicio del trastorno, aunque pueden sufrir exacerbaciones relacionadas con sucesos externos. En sus antecedentes destacan síntomas neuróticos desde la infancia, así como problemas desadaptativos y de relaciones interpersonales mantenidos crónicamente; también refieren ambientes familiares conflictivos en su desarrollo biográfico. No está demostrada una mayor incidencia familiar. Código CIE-10: F34.1 Los criterios para este tipo de trastorno depresivo son: Criterio A: Situación anímica crónicamente depresiva o triste durante la mayor parte del día y durante la mayor parte de los días, durante un mínimo de dos años. Criterio B: Deben aparecer dos o más de estos síntomas: o o o o o o Variaciones del apetito (trastornos en la alimentación) Insomnio o hipersomnio Astenia Baja autoestima Pérdida de la capacidad de concentración Sentimiento recurrente de desánimo o desesperanza (véase desesperanza aprendida) Criterio C: Si hay periodos libres de los síntomas señalados en A y B durante los dos años requeridos, no constituyen más de dos meses seguidos. Criterio D: No existen antecedentes de episodios depresivos mayores durante los dos primeros años de la enfermedad. Si antes de la aparición de la distimia se dio un episodio depresivo mayor, éste tendría que haber remitido por completo, con un periodo posterior al mismo, mayor de dos meses, libre de síntomas, antes del inicio de la distimia propiamente dicha. Criterio E: No existen antecedentes de episodios maníacos, hipomaniacos o mixtos, ni se presentan tampoco los criterios para un trastorno bipolar. Criterio F: No hay criterios de esquizofrenia, de trastorno delirante o consumo de sustancias tóxicas (véase adicción). 21 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Criterio G: No hay criterios de enfermedades orgánicas. Criterio H: Los síntomas originan malestar y deterioro de las capacidades sociales, laborales o en otras áreas del funcionamiento del paciente. 8.7.- Trastorno Depresivo No Especificado Se denomina así a aquella situación en la que aparecen algunos síntomas depresivos, pero no son suficientes para el diagnóstico de alguno de los trastornos previos. Esta situación puede darse cuando existe un solapamiento de síntomas depresivos con un trastorno por ansiedad (síndrome ansioso-depresivo), en el contexto de un trastorno disfórico premenstrual o en cuadros de trastorno depresivo post-psicótico (residual) en la esquizofrenia. F32.9 8.8.- Trastorno Depresivo Debido A Enfermedad Médica Son varios los procesos orgánicos que pueden desencadenar sintomatología depresiva. El siguiente esquema intenta resumir algunos de ellos: PROCESOS PATOLOGÍAS NEUROLÓGICOS Enfermedades cerebro vasculares Demencias (Incluido Alzheimer) Epilepsia Corea de Huntington Esclerosis múltiple Parkinson Neoplasias Traumatismos craneales ENDOCRINOS Hipotiroidismo Enfermedades de Cushing y Addison Hiperaldosteronismo Trastornos paratiroideos INFECCIOSOS O S.I.D.A. Mononucleosis Neumonía vírica o bacteriana Artritis reumatoidea Lupus eritematoso Tuberculosis INFLAMATORIOS OTROS Neoplasias Enfermedades cardiopulmonares Porfiria Uremia 22 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Carencias vitamínicas B12, folato, tiamina 8.9.- Trastorno Depresivo Inducido Por Sustancias En el siguiente esquema se resume una lista de fármacos y otras sustancias de uso frecuente que pueden inducir síntomas depresivos. GRUPO SUSTANCIAS ANALGÉSICOS Y ANTIINFLAMATORIOS Ibuprofeno Indometacina Fenacetina Opiáceos ANTIBACTERIANOS, FUNGUICIDAS Ampicilina Griseofulvina Metronidazol Nitrofurantoina Estreptomicina Sulfonamidas Tetraciclinas ANTIHIPERTENSIVOS Alfametildopa Reserpina Betabloqueantes CARDIOTÓNICOS Digitalina ANTI HIV AZT NEUROLÓGICOS Amantadina Bromocriptina Carbamacepina Levodopa Fenitoína PSIQUIÁTRICOS Benzodiacepinas Neurolépticos Hipnóticos SUSTANCIAS DE ABUSO Opiáceos Alcohol Benzodiacepinas Drogas 8.10.- Con otros trastornos psiquiátricos a. Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos b. Trastornos esquizoafectivos c. Trastornos de ansiedad 23 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría ANSIEDAD DEPRESIÓN Comienzo antes de los 30 años Comienzo después de los 30 años Sintomatología permanente Sintomatología cíclica Empeoramiento vespertino Mejoría vespertina Insomnio de inicio Insomnio tardío Temor a la muerte Ideas de muerte y de autólisis Incertidumbre ante la vida Sentido de culpa y desesperanza Mejoría con psicoterapia Mejoría con farmacoterapia Peor pronóstico Mejor pronóstico d. Trastornos adaptativos e. Trastornos por abuso de sustancias 8.11.- Otros tipos: El Duelo Psicológico El duelo es la reacción natural ante la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo. Se trata de una reacción principalmente emocional y comportamental en forma de sufrimiento y aflicción, cuando el vínculo afectivo se rompe. La intensidad y duración de este proceso y sus correlatos, serán proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida. Frente a la experiencia de una pérdida real del objeto amado, éste pierde el interés por el mundo exterior sustrayendo la líbido de todo objeto que no remita al objeto perdido. Manifestaciones externas del duelo La manifestación externa del duelo sería el luto, que es su expresión más o menos formalizada y cultural. El duelo psicológico tiene en el luto su correlato más social. El duelo también se puede exteriorizar con llantos, rabia, ataques violentos y un sinnúmero de reacciones, todas ellas normales en esos momentos. Hay que tener en cuenta que los especialistas reconocen que para una buena elaboración y superación del duelo, no es aconsejable querer huir de esas sensaciones de dolor, pues no se puede enfrentar si no se sienten. Lo contrario, sería la negación de la pérdida, lo que llevaría a comportamientos desadaptativos. Etapas del duelo individual Se describen 3 fases (Lindenmann, Brown, Schulz): 1. Fase inicial o de evitación: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación que dura horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente. Se Inicia el proceso de duelo al poder ver el cuerpo, y lo que oficializa la realidad de la muerte es el entierro o funeral, que cumple varias funciones, entre ellas, la de separar al muerto de los vivos. 24 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría 2. Fase aguda de duelo: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación por la imagen del muerto, incluso seudo-alucinaciones, la rabia emerge suscitando angustia. Es un trabajo penoso el deshacer los lazos que continúan en el vínculo con la persona, o animal amados, y reconocer la ambivalencia de toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones, como los aniversarios y puede durar 6 meses o más. 3. Resolución del duelo: Fase final, gradual reconexión con la vida diaria, estabilización de los altibajos de la etapa anterior. Los recuerdos de la persona desaparecida traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en lugar del dolor agudo y la nostalgia. Se describen 4 tareas para completar el duelo: Aceptar la realidad de la pérdida. Experimentar la realidad de la pérdida. Sentir el dolor y todas sus emociones. Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió; aprender a vivir sin esa persona, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas relaciones. También se pueden encontrar otras fases del duelo, pues por discrepancia de autores, se tiene entre 3 o 4 fases. Tipología del duelo El duelo no es una enfermedad en sí misma, aunque puede convertirse en una enfermedad si su elaboración no es la adecuada, o correcta. Diferentes autores han dado diferentes tipologías del duelo, si bien, se carece de una tipología comúnmente aceptada por todos. Se ha hablado por ejemplo, de duelos complicados, crónicos, exagerados, congelados, reprimidos, enmascarados, psicóticos... y una larga lista. 1. Duelo bloqueado: Ocurre una negación a la realidad de la pérdida, donde hay una evitación del trabajo de duelo, y un bloqueo emocional-cognitivo que se manifiesta a través de conductas, percepciones ilusorias, síntomas somáticos, mentales o relacionales. 2. Duelo complicado: Síntomas o conductas de riesgo, sostenidas en el tiempo, y de intensidad riesgosas para la salud, dentro de un contexto de pérdida. 3. Duelo patológico: Cuando la persistencia o intensidad de los síntomas, ha llevado a alguno o varios de los miembros de la familia, a detener la vida laboral, social, académica, orgánica. 25 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría En el DSM-IV se contempla una situación de duelo que puede precisar el tratamiento, aunque sin cumplir los criterios de ninguno de los trastornos previos. CAPITULO IX 9.- Evaluación Diagnóstica : El diagnóstico de la depresión es clínico; debe incluir una historia médica completa, pero en ella deben descartarse, en primer lugar, causas orgánicas, farmacológicas o tóxicas, compatibles con un cuadro similar al de un trastorno depresivo. Sin embargo, es en última instancia la entrevista clínica la que ofrece los datos necesarios para el diagnóstico, cuando se cumplen los criterios establecidos más arriba. Se debe indagar primero ¿cuándo comenzaron los síntomas, cuánto han durado, qué tan serios son?. Si el paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados anteriormente y qué tratamiento se dio, debe preguntar acerca del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la familia. ¿Algún pariente ha tenido depresión, asimismo, si fue tratado, qué tratamientos recibió y qué tratamientos fueron efectivos?. Existen también varios cuestionarios estandarizados que pueden ayudar a discriminar si existe o no un trastorno depresivo: como la Escala de Depresión de Yesavage, la Escala de Depresión de Zung, el Inventario de Depresión de Beck, el Test de Depresión de Goldberg o el Test de Depresión de Hamilton. Algún estudio llevó a evaluar incluso la eficacia de dos simples preguntas para un diagnóstico rápido, de elevada fiabilidad. El objetivo del diagnóstico desde la terapia de conducta está en realizar una evaluación individual, cuyos datos permitirán el diseño individual de tratamiento y controlar dicho proceso. Los cuestionarios no serían usados para comparar distintos sujetos o para comprobar si alcanzan una determinada puntuación; sino, que permiten comparar la puntuación antes y después del tratamiento, como una medida de control sobre las variables psicológicas en cuestión. CAPITULO X 9.- Pronóstico : De entre todos los tipos de depresión, la llamada "reactiva" es la que tiene mejor pronóstico, En las ciencias de la salud, un pronóstico es una hipótesis o predicción respecto al desarrollo de la salud de una persona, ya que puede tratarse más fácilmente analizando junto al paciente esos acontecimientos que han precipitado el trastorno y su particular forma de entenderlos, para así poder corregir distorsiones cognitivas o estilos atribucionales insanos e inapropiados. CAPITULO XI 11. Tratamiento 11.1- Tratamiento Farmacológico: Como dice el Dr Ramón Noguera, la finalidad del tratamiento es el de mejorar la situación anímica, así como reinstaurar un adecuado funcionamiento de las capacidades socio-laborales, y mejorar, en general, la calidad de vida del paciente disminuyendo la morbilidad y mortalidad, y evitando en lo posible, las recaídas. Se considera adecuada la 26 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría instauración de un tratamiento cuando la situación anímica supone una limitación en las actividades habituales del paciente, o una disminución de su capacidad funcional en cualquiera de sus esferas (social, laboral, etc.), independientemente, de que se llegue a un diagnóstico fino del tipo de trastorno depresivo. Actualmente, estamos en la era farmacológica, y tal es el arsenal existente que para la elección del fármaco en todo tratamiento de la depresión, hay que tener en cuenta, una serie de consideraciones: 1. Diagnóstico correcto: Un diagnóstico incorrecto puede dar lugar a una falta de respuesta. 2. Tratamiento precoz: El retraso en el inicio del tratamiento puede producir un empeoramiento del proceso, o una respuesta más lenta al tratamiento; todo ello, con el consiguiente riesgo de cronificación o bien de aumentar las posibilidades de aparición de complicaciones clínicas (hospitalización, intentos de autólisis, etc.). 3. Elección del mejor fármaco: Teniendo en cuenta las características clínicas y personales del paciente (diagnóstico, edad, patologías concomitantes, etc.) y las del fármaco (seguridad, eficacia, facilidad de dosificación, etc.). 4. Dosis adecuada: Es preciso un buen conocimiento de las dosis en el manejo del fármaco y de su perfil de seguridad para encontrar en cada caso, la dosis que garantice una mejor relación eficacia/efectos secundarios. En algunos casos, será preciso una introducción gradual y progresiva del fármaco hasta conseguir la dosis óptima. 5. Tiempo de tratamiento: Hay que tener en cuenta que todos los antidepresivos tienen un tiempo de latencia que oscila entre los 10 y 40 días y que también dependerá de factores clínicos y personales del paciente. Por otro lado, el tiempo del tratamiento dependerá del diagnóstico. En general, el tratamiento de los T.A. deben plantearse en el mejor de los casos como prolongado, y en muchos de ellos, de por vida. 6. Falta de cumplimiento: El grado de incumplimiento de los tratamientos farmacológicos es elevado en todos los pacientes afectivos. El médico debe asegurarse de que ello no ocurra, especialmente, en casos de falta de respuesta. 7. Falta de respuesta: Según distintos trabajos, hasta un 30% de pacientes depresivos no responden al tratamiento con antidepresivos. En este caso, se podrán considerar cualquiera de las opciones terapéuticas posibles que se describen en su apartado. 8. Medicación complementaria: En la mayoría de los casos, dado la complejidad sindrómica del T.D. y la lentitud de respuesta de los antidepresivos, será preciso combinar estos con tratamientos complementarios para mejorar inicialmente algunos síntomas de la enfermedad (como benzodiacepinas para la ansiedad, hipnóticos para el insomnio, etc.), así como para hacer más tolerables algunos efectos secundarios del tratamiento (beta bloqueantes, clebopride para las 27 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría náuseas, sildenafilo para ciertas disfunciones sexuales, etc.). En todos estos casos, se considerarán las posibles interacciones farmacológicas. 11.1.1.-Clasificación y mecanismo de acción de los fármacos antidepresivos La clasificación inicial de los antidepresivos pueden efectuarse desde varias perspectivas: sea por su estructura química, por su farmacocinética o por su farmacodinamia; por su eficacia, o por sus efectos adversos. A continuación, mostraremos una clasificación de fármacos antidepresivos teniendo en cuenta sus elementos estructurales con conceptos farmacodinámicos: HETEROCÍCLICOS Tricíclicos: Tricíclicos I: Imipramina, Desipramina, Amitriptilina, Doxepina y Protadieno Tricíclicos II: Amoxapina Tricíclicos III: Maprotilina, Lofepramina, Amineptina Tetracíclicos: Mianserina Bicíclicos: Zimelidina, Viloxacina INHIBIDORES DE LAS MONOAMINOOXIDASAS (I.M.A.O.) Irreversibles Fenelcine Tranilcipromina Iproniacida Nialamida Reversibles (R.I.M.A.) Moclobemida ATÍPICOS O DE NUEVA GENERACIÓN Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (I.S.R.S.) Fluoxetina Fluvoxamina Paroxetina Sertralina Citalopram Escitalopram Inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina (I.S.R.Na.) Reboxetina 28 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (I.S.R.S.Na.) Venlafaxina Duloxetina Otros Mirtazapina Desde el punto de vista clínico, interesa más una clasificación que tenga en cuenta el mecanismo de acción para conocer sus posibles efectos secundarios y los posibles pasos a seguir en caso de falta de respuesta, estos conocimientos van ligados al conocimiento de la fisiopatología de la depresión. La vieja hipótesis por la que en la depresión se daba una situación de insuficiencia aminérgica sináptica, tanto noradrenérgica como serotoninérgica, (con mayor énfasis en ésta última), está dando paso a otra hipótesis, en la que se pone de manifiesto un déficit en la capacidad de transmitirse la información a través de la membrana neuronal al interior de la célula (segundo mensajero). Hasta la fecha, todos los fármacos capaces de producir un efecto antidepresivo tenían la propiedad de aumentar inicialmente (por diferentes mecanismos), el nivel de aminas sinápticas. Sin embargo, posiblemente éste no sea el mecanismo último por el que se produce el efecto antidepresivo, ya que este efecto es prácticamente inmediato y como hemos visto, la eficacia terapéutica no se inicia hasta pasadas varias semanas. Los mecanismos por los que los distintos AD pueden incrementar los niveles de aminas en las sinapsis, pueden resumirse en los siguientes: 1. Bloqueando los transportadores serotoninérgico o noradrenérgico responsables, de la recaptación del correspondiente NT y por tanto, aumentando las concentraciones del mismo en la hendidura sináptica (heterocíclicos y selectivos). 2. Disminuyendo el metabolismo del NT (Neurotransmisor) (I.M.A.O.) 3. Aumentando la liberación del NT (mirtazapina) 4. Actuando sobre los receptores del NT (nefazodona, mirtazapina) La mayoría de los AD que se utilizan hoy en día tienen como mecanismo principal de acción, el bloqueo del transportador presináptico; es decir, la estructura proteica responsable de la recaptación del NT, lo que se traduce inicialmente en un aumento de los niveles del NT en el espacio sináptico. Este mecanismo se completa en algunos AD con efectos supletorios sobre los receptores del NT tanto post-sinápticos, modificando la 29 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría respuesta neuronal, como presinápticos, bloqueando la respuesta frenadora de la síntesis del NT ante el exceso del mismo. Algunos AD bloquean además una serie de receptores postsinápticos, ya sean muscarínicos, adrenérgicos o histaminérgicos, lo que determinará la aparición de los respectivos perfiles sobre los efectos secundarios de dichos AD. Los AD que actúan solamente sobre los transportadores reciben la denominación de selectivos, y su falta de bloqueo de otros receptores les dotará de un perfil de efectos secundarios más favorables. Desde la perspectiva del perfil farmacológico de los AD, pueden deducirse los efectos secundarios de cada uno de ellos en función de su intensidad de acción serotonérgica, adrenérgica y sobre los otros receptores. Por lo que respecta a los antidepresivos, la experiencia inicial tanto con los tricíclicos como con los I.M.A.O.S. resultan, desde el punto de vista de la eficacia, muy satisfactorias. En los últimos 20 años, nuevos fármacos (los I.S.R.S. y los AD de última generación), mucho más selectivos y sin apenas actividad sobre receptores muscarínicos, alfa-adrenérgicos e histaminérgicos, presentan, una eficacia similar a la de los AD clásicos, pero con un perfil de E.S. mucho más favorable. La medicación no se debe suspender antes de nueve o preferiblemente doce meses de tratamiento, siempre y cuando los síntomas hayan desaparecido en su totalidad, y si el caso se trata de un primer o segundo episodio depresivo. Si se decide retirar el tratamiento, se ha de hacer de forma paulatina y con una valoración constante del estado del paciente 11.1.2.- Elección Del Antidepresivo En la elección del AD primarán una serie de factores: 1. Factores clínicos El diagnóstico preciso del trastorno a tratar Respuesta previa al tratamiento Antecedentes familiares de buena respuesta Perfil de eficacia del AD 2. Factores de seguridad Perfil de efectos secundarios Contraindicaciones específicas del AD Medicación concomitante Tolerancia 3. Otros factores 30 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Facilidad de dosificación Experiencia del clínico Relación coste/eficacia * No podemos decir que hay AD más eficaces que otros. La experiencia inicial tanto con tricíclicos como con los I.M.A.O.S. fue, desde el punto de vista de la eficacia, muy satisfactoria. En su momento, los I.M.A.O.S. cayeron en desuso por sus reacciones de toxicidad, lo que ocurre especialmente cuando se combina su uso con la ingesta de alimentos ricos en tiramina, y por su dificultad de combinación y de sustitución con otros AD que obliga a tener que esperar varias semanas para poder cambiar. Con el tiempo, y tomando las debidas precauciones, los I.M.A.O.S han encontrado su indicación en un tipo concreto de depresiones, como pueden ser las atípicas (con hipersomnia, hiperfagia, somatizaciones, rasgos histéricos, etc.); en ciertos tipos de pacientes bipolares, o en caso de no respuesta a tratamiento con otros AD. Los fármacos tricíclicos seguramente no han sido igualados en lo que se refiere a su eficacia, pero por su perfil de efectos secundarios y la dificultad de su dosificación han limitado, su uso al campo del especialista. En muchos casos es preciso una introducción muy lenta al tratamiento para optimizar su tolerancia, lo que requiere un seguimiento más estrecho del paciente. También hay que considerar que su toxicidad debe tenerse en cuenta en pacientes con un riesgo alto de suicidio. En pacientes mayores nos encontramos con frecuencia con dificultades por la comorbilidad con problemas cardiacos o prostáticos. El deterioro cognitivo que pueden producir obliga a considerar su uso en pacientes mayores, al límite de sus posibilidades cognitivas. En los últimos 20 años, la introducción inicialmente de los I.S.R.S. y posteriormente de los AD de última generación han cambiado favorablemente el panorama del tratamiento de los trastornos depresivos. Estos nuevos fármacos, más selectivos y prácticamente sin actividad sobre receptores muscarínicos, alfa-adrenérgicos e histaminérgicos, presentan una eficacia equipotente a la de los AD clásicos, pero su perfil de E.S. es mucho más favorable. 31 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría En pacientes ancianos en los que su capacidad cognitiva puede estar afectada o que estén sometidos a otras medicaciones, el perfil de tolerancia de estos AD los hace prácticamente de elección frente a los AD clásicos. También su dosificación es más sencilla, ya que la mayoría de ellos pueden administrarse en una sola dosis diaria. Todo ello repercute en una mejor tolerancia y, por tanto, en un mejor cumplimiento por parte del paciente y una disminución de los abandonos. Tampoco hay que olvidar que su baja toxicidad supone una importante ventaja en aquellos pacientes que presentan intenciones autolíticas. 11.1.3.- Depresión resistente y terapia de mantenimiento Hablamos de resistencia, a la falta de respuesta terapéutica a un tratamiento a dosis y tiempo adecuados (seis semanas y 150 mg de imipramina o equivalente). La tarea del clínico no se acaba con la mejoría del paciente; a partir de este momento, la decisión de mantener, reducir o suprimir el tratamiento, es una cuestión que se plantea prácticamente en cada visita. Sin embargo, la función del médico es la de mantener al paciente eutímico y evitar las posibles recaídas. Ello, puede conducir a conflictos con el paciente y sus familiares. En tal sentido, son varios los factores que influyen en el desenlace, ocasionados tanto por el propio paciente como por sus familiares. Por ejemplo: 1. La idea de que tomar medicamento es malo y por tanto, cuanto menos tiempo se tome, mejor. 2. La creencia de que los AD pueden crear dependencia. 3. La creencia popular de que una reducción de dosis por parte del médico es una certificación de la mejoría del paciente. 4. Una sensación de curación total por parte del paciente. 5. Los efectos secundarios a veces no explicitados durante el tratamiento (ojo con las disfunciones sexuales). 6. Las limitaciones que impone el tratamiento: consumo de alcohol, drogas, etc. (de especial relevancia con los I.M.A.O.S.). Es importante mentalizar al paciente y a los familiares, especialmente, durante la fase de remisión de los síntomas, de la necesidad de completar el tratamiento para minimizar los riesgos de recaídas. Es difícil de predecir el riesgo de recaída de un paciente concreto, sin embargo, hay una serie de hechos que es importante conocer antes de suspenderla. La medicación no debe suspenderse antes de nueve o preferiblemente doce meses de tratamiento, siempre y cuando los síntomas hayan desaparecido en su totalidad, y si se trata de un primer o segundo episodio depresivo. A partir de un tercer episodio, las recomendaciones a efectuarse van más hacia el convencimiento al paciente de la necesidad del tratamiento, de por vida. Si se decide retirar el tratamiento, debe hacerse paulatinamente y con una valoración constante del estado del paciente. También se advertirá al paciente y a sus familiares, de la necesidad de acudir al médico lo antes posible en caso de reaparición de cualquiera de los síntomas de la depresión. 32 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría 11.2.-Tratamientos No Farmacológicos: 11.2.1.-La terapia Electroconvulsiva (TEC) o "electroshock", Es una técnica cuestionada en las décadas de los 70s y 80s, pero que administrada en las condiciones y con las técnicas actuales, ha experimentado una notable revalorización en los últimos años. Se ha empleado en ocasiones, en pacientes con depresión endógenas grave, ya sea por la presencia de síntomas psicóticos, ideas de suicidio, melancolías, o en situaciones en la que los pacientes no podían tomar antidepresivos. La TEC puede ser efectiva, en casos en que los medicamentos antidepresivos no proporcionan un alivio suficiente. En los últimos años la TEC se ha perfeccionado mucho. Antes de administrar el tratamiento, que se hace bajo anestesia de duración breve, se administra un relajante muscular, se colocan electrodos en sitios precisos de la cabeza para enviar los impulsos eléctricos. La estimulación, ocasiona una convulsión breve (aproximadamente 30 segundos) dentro del cerebro; la persona que recibe TEC no percibe conscientemente el estímulo eléctrico. Para obtener el máximo beneficio terapéutico, se requieren varias sesiones de TEC, usualmente programadas con un promedio de tres veces por semana. Varios estudios le adjudican una eficacia de hasta el 80% y la respuesta se presenta a partir de la tercera o cuarta administración. A largo plazo, hay que combinarlo con un tratamiento farmacológico para mantener la respuesta y evitar las recaídas. Alternativamente, se puede continuar administrando de forma preventiva con una menor frecuencia, desde una vez cada varias semanas, hasta una cada varios meses. 11.2.2.- Psicocirugía: (Concretamente, la tractotomía estereotáctica subcaudada, técnica que se desarrolla a partir de los años 60 con el auge de la estereotaxia, que permite intervenciones endocraneales con una precisión milimétrica). Las indicaciones de este tratamiento, son muy limitadas y sus riesgos elevados. Su utilización debe limitarse a las depresiones resistentes a todas las otras terapias y especialmente ante la presencia de conductas suicidas o autolesivas persistentes. Algunos autores cifran en un 40% los niveles de eficacia, siempre que la selección de pacientes sea muy exhaustiva. 11.2.3.- Fototerapia: Consiste en la exposición diaria del paciente a una claridad de 2.500 lux durante periodos de 30 a 45 minutos. Su posible mecanismo de acción sería a través de modificar los ritmos circadianos. No está claro en qué tipos de depresión puede ser eficaz, pero su utilización está restringida al SAD (siglas, en inglés, de seasonal affective disorder trastorno afectivo estacional), Las personas que padecen este tipo específico de depresión, experimentan un estado de ánimo melancólico, únicamente durante los meses de otoño e invierno; su tristeza se abate sólo hasta que regresan la estación primaveral y el verano, en el que la fatiga, la somnolencia excesiva, el desánimo e irritabilidad, pueden sorprender a una persona que durante la mayor parte del año lleva una vida normal y, cuando llegan los meses de frío, aprecian un cambio considerable en su carácter, independientemente de que exista o no, una depresión leve o manifiesta el resto del año. 11.2.4.-Estimulación magnética transcraneal (EMT): Técnica desarrollada inicialmente por los neurólogos para el estudio de distintas áreas cerebrales. Si bien, actualmente los resultados son contradictorios, 33 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría parece que la utilización de esta técnica a alta frecuencia sobre zonas prefrontales, podría ser eficaz en el tratamiento de algunos pacientes depresivos. 11.2.5.- Hierba De San Juan O Corazoncillo O Incluso Hipérico (El Nombre Científico Es Hypericum Perforatum): es una hierba muy utilizada en Europa para el tratamiento de la depresión moderada, y ha captado recientemente la atención de los investigadores de todo el mundo. Ha sido usada durante siglos como parte de muchos remedios naturales y populares. El Hypericum (en Alemania), se utiliza hoy en día para el tratamiento de la depresión, más que cualquier otro antidepresivo. Sin embargo, la eficacia de esta hierba no se ha aclarado científicamente, porque los estudios científicos que se han llevado a cabo, se realizaron a corto plazo y utilizando dosis diferentes. La FDA o Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Fármacos de los EEUU hizo un anuncio oficial para la salud pública el 10 de febrero de 2000. En él se afirmó que la hierba de San Juan parece actuar a través de una de las vías metabólicas usadas por otros medicamentos (algunos agentes anticonvulsivos). 11.3.- Psicoterapia La psicoterapia sola, es efectiva en algunas personas que tienen formas leves o moderadas de depresión. Mientras, que las personas con depresión severa requieren un tratamiento combinado de medicamentos para obtener un alivio relativamente rápido de los síntomas, y de la psicoterapia, para aprender a enfrentar mejor los problemas de la vida, incluyendo la depresión, como los cuadros depresivos severos (en especial las que son recurrentes). Por lo general, estos pacientes requieren más medicamentos, más terapia electroconvulsiva (TEC), (esta última en condiciones especiales), al lado de una psicoterapia, o antes de ella. La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe, una gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos. Existen muchas formas de psicoterapia, incluso algunas psicoterapias a corto plazo (10-20 semanas), pueden ser útiles para algunas formas de depresión. Las terapias "de conversación" ayudan a los pacientes a analizar sus problemas y a resolverlos, a través de un intercambio verbal con el terapeuta, algunas veces estas pláticas se combinan con "tareas para hacer en casa" entre una sesión y otra. 11.3.1.-Psicoterapia Interpersonal En este caso, el psicoterapeuta analiza los síntomas en cuanto surgen desde una perspectiva de comportamientos elaborados por el paciente a través de sus relaciones interpersonales, es decir, se concentran en los problemas derivados de las relaciones con los otros, que causan y agravan la depresión. Los profesionales de la psicoterapia que utilizan una terapia "de comportamiento", procuran ayudar a que el paciente encuentre la forma de obtener más satisfacción a través de sus propias acciones, y de esta manera, guían al paciente para que abandone patrones de 34 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría conducta que contribuyen a su depresión como causa y consecuencia (mantenedores). 11.3.2.-Terapia Cognitiva Y Terapia Cognitivo-Conductual El modelo cognitivo sugiere que los distintos síntomas afectivos, conductuales y emocionales de la depresión, son las consecuencias naturales de las cogniciones negativas. Esta modalidad, intenta modificar pautas de conducta a partir del análisis funcional del comportamiento, y ayudan a corregir la percepción que el paciente tiene de sí mismo debido a su enfermedad, a cambiar los estilos negativos y distorsionados de pensamiento sin profundizar en el análisis de la intrapsique. Entre otros recursos, se apoya sobre todo en técnicas de relajación, de adquisición de habilidades sociales y de afirmación de la asertividad. 11.3.3.- Las terapias dinámicas o "de insight", apuntan a ayudar al paciente a resolver sus conflictos; éstas terapias a menudo se reservan para casos en que los síntomas depresivos han mejorado bastante. La más utilizada es la psicoterapia de apoyo, que pretende facilitar al paciente un alivio de la ansiedad que le crea su estado mediante el consejo, y a través de una relación de empatía con el médico. 11.3.4.- Las Psicoterapias Psicoanalíticas, elaboran estrategias de afloramiento del yo intrapsíquico, oculto en el inconsciente del paciente, origen de la sintomatología. El trastorno depresivo se expresaría como resultado de la pugna entre los mecanismos de defensa del paciente y sus impulsos. Las técnicas de psicoterapia psicodinámica breve, pretende investigar y alumbrar esos conflictos para su resolución en la esfera consciente, a través de un número limitado de sesiones. CAPITULO XII XII- Conclusiones: La depresión ha sido largamente descrito desde la antigüedad; en la noción, el uso de los vocablos y el discurrir de su historia, vemos cómo se han ido formando y gestando su descubrimiento de acuerdo al pensamiento y modos de vida filosóficos, imperantes del momento; esta mirada al pasado, es la que precisamente nos permite conocer el origen de los conceptos actuales que manejan las diferentes teorías psicológicas, tanto en sus concepciones fundamentales como en sus propios alcances y formas de dar tratamiento. En la edad media, ya iban surgiendo incipientes conceptos psicodinámicos, ya se hablaba de perdidas objétales con base orgánica; en el renacimiento, se enfatizaba la multifactorialidad y multicausalidad de la depresión, y en la edad moderna aparecieron las nuevas ciencias como la neuroanatomía, la neurofisiología, que conjuntamente al descubrimiento de la electricidad, ya se empezaría a hablar análogamente de las energías cerebrales, la voluntad o lo que luego se denominaría las pulsiones. En el siglo XX, la farmacología cobra auge enfatizando la controversia física con la esfera emocional, reafirmando las diferencias en las actuales corrientes teórico-psicológicas. Si bien la OMS, en la definición de la depresión la ubica dentro de los trastornos mentales, en realidad, el estudio de la depresión es un problema complejo no acabado, dado que sus causas aún no han sido descubiertas, debido a la influencia conjunta de muchos factores biopsicosociales; y hay, muchas clasificaciones de las formas clínicas de la depresión. Unas enfatizan el 35 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría aspecto: etiológico, otras el evolutivo, la edad, la presentación de la enfermedad, la respuesta al tratamiento, etc. Por otro lado, las clasificaciones hechas por la psiquiatría están supeditadas al descubrimiento de las causas orgánicas últimas (biológicas o genéticas), siempre pendientes de confirmar, que darían a cada cuadro su verdadera identidad, más allá de los fenómenos característicos que están en juego. Ellos esperan que en sus investigaciones de todos los factores biológicos, se lleguen ha determinar cuáles son bioquímicamente las regiones cerebrales implicadas en la depresión, y crear nuevos fármacos al respecto. Sin embargo, las distinciones actuales de los cuadros tienen algo de relativo, porque éstas son más fenoménicas que no tienen una relación directa con la causa supuesta; de ahí, que se tiendan a incorporar como criterios de observación, datos estadísticos sin una crítica conceptual capaz de explicar el por qué y sobre qué, dichos datos serían significativos. Se ha dedicado numerosos esfuerzos a estudios como el de la neurotransmisión aminérgica, colinérgica y gabaérgica encontrándose resultados discordantes. Estudios sobre otros transmisores, como la noradrenalina, serotonina, dopamina, acetilcolina y gaba, que describen la participación de estos sistemas en los síntomas depresivos como es el caso de la serotonina que interviene en la modulación del estado de ánimo, control de los movimientos, obsesiones, compulsiones, trastornos de ansiedad, pero no se ha encontrado propiamente el papel etiológico de la depresión. Otro estudio importante en la búsqueda de la etiología de la depresión, corresponde a los estudios de la neurotransmisión peptidérgica. El CRF concluye que la depresión está relacionada con su hiperproducción. La gran concentración de pértidos opioides en estructuras implicadas en la regulación del humor y de la conducta, el NPY que tiene un papel de regular la función hipotalámica e hipofisiaria, la ingesta de comida, ritmos cardiacos y la integración emocional en el sistema límbico; la TRH, en la que se han observado desequilibrios en la función tiroidea en pacientes deprimidos; la sustancia P, la CCK colecistoquinina, implicada en la regulación de los niveles de ansiedad, la Galanina implicada en la regulación de la ingesta de comida y la liberación hormonal, la Leptina y la 5HT-modulina. Todos estos avances investigativos concluyen, que no es posible determinar una causa biológica como resultado de una deficiencia bioquímica a los trastornos del estado de ánimo, sino que por el contrario, siguen despertando dudas e incógnitas por resolver. En la concepción psicoanalítica como dice el Dr. Erick, el síntoma es inseparable de la causa, el síntoma no es un producto de desecho o resultado de algún mecanismo que no funcione o de una función que se degrade; al contrario, ve al síntoma como una formación dotado de leyes y de una lógica positivamente definible, por lo tanto, hacen una clasificación de grandes grupos de trastornos que responden a criterios cualitativos estrictos y no a valoraciones cuantitativas en sus consecuencias. Estos grandes grupos de síntomas, definen estructuras clínicas diferenciadas e invariables, que si bien, producto a sus mecanismos de defensa, puedan adoptar los síntomas formas diversas en distintos momentos en sus evaluaciones, no pierden de vista lo que es permanente y definitorio. Por eso, la depresión no constituye para el psicoanálisis, un concepto, ya que no se puede dar cuenta de una causalidad que sea válida, a pesar de la diversidad de los fenómenos. Tampoco puede entendérsela como una estructura, ya que puede presentarse en cualquiera de ellas en diferentes situaciones. Menos aun se puede pensar en un “trastorno del estado de ánimo”, ya que esta noción implicaría que podría estar afectada el afecto y el pensamiento independientemente del cuerpo; la depresión es para el psicoanálisis, una constatación clínica, es la observación de un estado clínico hecho de tristeza, angustia, inhibición, etc. La depresión aparece, cuando fracasa la estrategia del sujeto en relación al otro. Así, la depresión se manifestará de diferentes maneras según la estructura psíquica del sujeto en el que se presente. 36 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría La presión de la industria farmacéutica, ha cambiado el referente fundamental de la clínica psiquiátrica. En realidad, en vez de estudiar los cuadros patológicos en sí mismos, se tiende a dar un lugar cada vez más decisivo en el diagnóstico, a las respuestas obtenidas tras la administración de distintas substancias. Se sabe con exactitud que los antidepresivos actúan sobre el déficit en la neurotransmisión; estos sistemas, tienen una capacidad de respuesta alterada. Esta deficiencia, según los estudios, podría deberse a una alteración de la traducción del mensaje a la neurona postsináptica, a pesar de que el mensajero - el neurotransmisor -, y el buzón - el receptor -, estén en perfectas condiciones; por lo tanto, explican los síntomas, como las alteraciones biológicas de los procesos bioquímicos. Así, el descubrimiento acerca de que determinados fármacos tienen efectos significativos en cuadros que anteriormente pertenecían a categorías clínicas distintas, puede llevar (siguiendo una lógica bastante natural), a poner en cuestión los límites que separan a dichas categorías, o al menos, a relativizarlos. En realidad, vemos que los efectos terapéuticos de muchas de esas substancias, están especialmente vinculados con un aspecto concreto de los cuadros sintomáticos, por ejemplo, los estados de ánimo. El hecho, es que existen trastornos del estado de ánimo en problemáticas tan distintas como la esquizofrenia, la paranoia, o diversas formas de neurosis, y también, que la administración de determinados fármacos antidepresivos, puede tener efectos en cualquiera de estos cuadros en o según, qué momentos. De ahí que al hecho de relativizar las fronteras entre todos ellos, sólo queda un paso que muchas veces acaba franqueándose insensiblemente, y si bien, esto no se suele hacer de una forma absoluta y general, resulta decisivo en lo que se refiere a la consideración de determinados problemas que tienen toda su importancia. Ahora bien, también hay una cuestión que es peligrosamente circular, que es: la relación entre el síntoma y el estado de ánimo. A menudo, vemos que una persona, en quien se aprecian manifestaciones sintomáticas, como por ejemplo, de tipo obsesivo, se constatan igualmente fenómenos de naturaleza depresiva. En tal sentido, la pregunta es: ¿son los síntomas obsesivos causados por la depresión, o es la depresión resultado de los síntomas obsesivos?. En realidad, la misma pregunta encubre ya una simplificación, pero la simplificación se tiende a acentuar aún más, tras constatarse que en efecto, en determinadas condiciones, algunos síntomas de pacientes obsesivos, mejoran con la administración de fármacos antidepresivos. Pero finalmente, el problema no es la constatación del hecho, sino su interpretación. Porque de ahí a restar toda importancia a los síntomas en sí mismos, para luego considerarlos un mero subproducto, la distancia es ciertamente, muy corta. La verdadera cuestión es que los estados afectivos y los síntomas forman parte de un conjunto indisociable, y no se pueden establecer relaciones de causalidad simple y directa entre unos y otros. La causalidad se ha de plantear a un nivel más global, considerando entidades que incluyan tanto la producción de fenómenos sintomáticos precisos como la presencia de estados afectivos, que los acompañan de una forma a veces directa, otras veces indirecta. Con todo, el punto de vista psicoanalítico da una prioridad absoluta al síntoma, en la indagación de las causas y en la dirección del tratamiento, en la medida en que es un fenómeno mucho más estructurado, que los estados de ánimo en sí mismos. Los manuales de diagnóstico de la DSM y la OMS han tendido al veto de estas distinciones clínicas. Los criterios diagnósticos que usan los ICD o DSM para el buen diagnóstico es realmente descriptivo; vemos que no hay diferencia en la sintomatología de sus clasificaciones, y tiene desventajas en cuanto a la descripción de cómo experimentan los pacientes sus síntomas y cómo va su proceso. Lo paradójico de todo esto, es que es muy importante hacer un buen diagnóstico porque de ello, depende el tratamiento que se le va dar y la contemplación de las dosis y el tiempo de las mismas. 37 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría En realidad, lo que está en juego en estas discusiones "científicas" son asuntos de orden ideológico. Hay una multitud de factores culturales, como la tendencia igualitaria propia de las sociedades democráticas, la reabsorción de la psiquiatría como una rama más de la medicina, la equiparación entre enfermedad orgánica y trastorno mental así como entre los diferentes trastornos mentales entre sí, que van a favor de un borrado o veto de las diferencias cualitativas entre los grandes dominios de la clínica clásica, pudiendo traer consecuencias paradójicas y graves como: las intervenciones quirúrgicas, las innecesarias medidas de segregación, terapias agresivas criticadas y denostadas ya hace décadas, que reaparecen luego reconvertidas, para ser aplicadas "democrática e igualitariamente". Si bien, la respuesta a mi interrogante motivo de esta monografía es: el ¿porque millones de personas sufren la sensación de vacío, desolación, tristeza, que alteran no solo su ciclo de sueño-vigilia, o su vida sexual, sino su funcionamiento neurobiológico, neuroendocrino, produciéndole sentimientos de desesperación tan profundos que la persona piensa de manera inevitable en el suicidio?, desde el punto de vista biológico, la pregunta no obtiene del todo una respuesta, porque aún continuamos en proceso de estudio, y no hay conclusiones acabadas, y desde el aspecto subjetivo, la complejidad del ser humano es un mundo inacabable siempre haciéndose, siempre perfectible; sin embargo, lo rescatable de todo esto, es que los estudios continúan y no decaerá de su continuidad en la investigación. Actualmente, el afronte en el tratamiento es bifronte; es decir, se recomienda dar juntamente con los tratamientos farmacológicos las terapias psicológicas, y en casos de no respuesta a las mismas, se recomienda las terapias electroconvulsivantes y las psicocirugías. ANEXOS Cuadro 1 Molécula de Serotonina. Cuadro 2 38 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría El eje serotonina-dopamina parece cumplir un papel fundamental en el desarrollo de los trastornos depresivos. En este descubrimiento, se funda el efecto de los modernos antidepresivos, inhibidores de la recaptación de serotonina. Cuadro 3: Efectos secundarios de los AD vinculados a su perfil farmacológico ACCIÓN FARMACOLÓGICA EFECTO SECUNDARIO Bloqueo receptores adrenérgicos alfa 1 Hipotensión ortostática, mareos Bloqueo de los receptores muscarínicos: Efecto atropínico Sequedad de boca Estreñimiento Retención urinaria Taquicardia sinusal Empeoramiento en glaucoma de ángulo estrecho Retraso de la eyaculación Deterioro cognitivo Bloqueo receptores histaminérgicos Sedación Aumento de peso Aumento de la actividad NA Ansiedad Hipertensión Taquicardia Sequedad de boca Estreñimiento Aumento de la actividad 5-HT Náuseas Inquietud Insomnio Diarrea Disminución del impulso sexual Cefalea Anorexia Notas A Pie De Página: 1 Trastornos del estado de ánimo es el término que reciben un grupo de trastornos, definidos por el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, para los cuales, se teorizan una serie de características subyacentes como causa de alteraciones en el estado de ánimo. El DSM-IV define, por una parte, episodios afectivos, de carácter depresivo (estado de ánimo deprimido o pérdida del interés o 39 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría sensación de placer), o maníaco, (estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable). Estos episodios, se combinarían generando diversos patrones, constituyendo así los diferentes trastornos del ánimo. Originalmente, el psiquiatra inglés Henry Maudsley propuso una categoría de desórdenes o trastornos afectivos. Posteriormente, ese término fue remplazado por trastorno del estado de ánimo, término que hace mayor énfasis al aspecto subyacente o longitudinal de esta categoría. 2 El concepto de cognición (del latín: cognoscere, "conocer") hace referencia a la facultad de los seres de procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información. Los procesos cognitivos pueden ser naturales o artificiales, conscientes o inconscientes, lo que explica el por qué se ha abordado su estudio desde diferentes perspectivas, incluyendo la neurología, psicología, filosofía y ciencias de la información - tales como la inteligencia artificial y la gestión del conocimiento. La cognición esta íntimamente relacionada con conceptos abstractos tales como mente, percepción, razonamiento, inteligencia, aprendizaje y muchos otros que describen numerosas capacidades de los seres superiores (aunque estas características también las compartirían algunas entidades no biológicas según lo propone la inteligencia artificial). Hipócrates de Cos (en griego: Ἱπποκράτης, Cos, c. 460 a. C. - Tesalia c. 370 a. C.) fue un médico de la Antigua Grecia que ejerció la medicina durante el siglo de oro ateniense, o también llamado el siglo de Pericles. Es considerado una de las figuras más destacadas de la historia médica, y muchos autores se refieren a él como el «padre de la medicina». Hipócrates, explicaba no sólo el comportamiento, sino la propia salud y la enfermedad, mediante el equilibrio de los humores en el cuerpo. 3 4 ref. Sigerist, H. ''History of Medicine'', Oxford University Press, N.Y., 1961, Vol.2, pag. 323. Sigmund Freud (nació el 6 de mayo de 1856, en Příbor una ciudad de Moravia, Imperio Austríaco (actualmente República Checa) - 23 de septiembre de 1939, en Londres, Inglaterra, Reino Unido) originalmente conocido como Sigismund Schlomo Freud, fue un médico y neurólogo austriaco, creador del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del s. XX. 5 6 La Escuela Medica Salernitana (en italiano: Scuola Medica Salernitana) fue la primera escuela médica medieval y estaba situada en la ciudad de Salerno, región de Campania, Italia, siendo la mayor fuente de conocimiento médico de Europa en su tiempo. Algunos autores la consideran la primera universidad europea. 7 es un movimiento intelectual, filológico, filosófico y cultural europeo. 8 Robert Burton Nació en Lindley, Leicestershire, y pasó la mayor parte de su vida en Oxford. Se dedicó al estudio de una gran diversidad de temas, que posteriormente le permitirían escribir su magna obra, un largo estudio sobre la melancolía. Además de esta obra publicó también Philosophaster, una comedia latina de corte satírico. 9 la crisis del modelo mercantilista y el surgimiento de la concepción mecanicista de la ciencia. 10 John Locke (Wrington, 29 de agosto de 1632 - Oates, 28 de octubre de 1704), fue un pensador inglés, considerado el padre del empirismo y del liberalismo moderno; 40 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría influyó de forma determinante en las ideas de la Revolución Gloriosa y la Declaración de Derechos Británica de 1689. 11 Comprende los años 1701-1800, ambos incluidos, de la era común. En la historia occidental, el siglo XVIII también es llamado Siglo de las Luces, debido a que durante el mismo, surgió el movimiento intelectual conocido como Ilustración. (Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor) En ese marco, el siglo XVIII es fundamental para comprender el mundo moderno, pues muchos de los acontecimientos políticos, sociales, económicos, culturales e intelectuales del siglo, han extendido su influencia hasta la actualidad 12 En inmunología, anergia es un estado de los linfocitos en el cual éstos, pese a estar presentes, no son activos. Esta situación suele deberse a falta de alguno de los factores de activación esenciales y parecen ser un mecanismo de regulación básico en la biología del sistema inmune: por ejemplo, en cuanto a la tolerancia frente a los antígenos propios. En el caso del sida, la anergia puede producirse debido a la infección mediante el HIV (virus del sida). 13 Richard Blackmore, poeta, y médico de Guillermo III de Inglaterra. Guillermo III de Inglaterra también conocido como Guillermo II (de Escocia) o Guillermo III de Orange era un aristócrata holandés y príncipe protestante de Orange desde su nacimiento, y estatúder de las provincias unidas, y fue rey de Inglaterra e Irlanda como Guillermo III- desde el 13 de febrero de 1689, y rey de Escocia -como Guillermo II- desde el 11 de abril de 1689, en cada caso, hasta su muerte en 1702. 14 Emil Kraepelin (n. 15 de febrero de 1856, en Neustrelitz, Alemania - 7 de octubre de 1926, en Múnich, Alemania) fue un psiquiatra alemán. Ha sido considerado como el fundador de la psiquiatría científica moderna, la psicofarmacología y la genética psiquiátrica. Kraepelin dijo que las enfermedades psiquiátricas son causadas principalmente por desórdenes biológicos y genéticos. Sus teorías dominaron el campo de la psiquiatría a principios del siglo XX 15 Adolf Meyer, psiquiatra estadounidense de origen suizo (Niederweningen1866;Baltimore-1950). Estudió en universidades de Suiza, Francia, Inglaterra y Alemania. En 1892 emigró a Estados Unidos y allí estudió neuroanatomía y neurofisiología. Desde 1904 hasta 1909, impartió clases de psiquiatría en la escuela médica de la Universidad Cornell, de Nueva York y, a partir de 1910, en la clínica psiquiátrica de la Universidad Johns Hopkins. Es bien conocido por introducir el término "higiene mental", entendido como la posibilidad de alcanzar y mantener la salud mental. Por las contribuciones sobre el pensamiento ocupacional se considera a Adolph Meyer también el padre de la Terapia Ocupacional. Él creyó que los hombres podrían sufrir influencias en el estado de salud con el uso de sus manos. Entre sus obras destaca Collected Papers, 4 vol. (1950-52) y Psichobiology (1957). 16 El trastorno afectivo bipolar (TAB), también conocido como trastorno bipolar, y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva, es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo, caracterizado por la presencia de uno o más episodios con niveles anormalmente elevados de energía, cognición y del estado de ánimo. Clínicamente se refleja en estados de manía o, en casos más leves, hipomanía junto con episodios concomitantes o alternantes de depresión, de tal manera que el afectado suele oscilar entre la alegría y la tristeza de una manera mucho más marcada que las personas que no padecen esta patología 41 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría 17 La biopsiquiatría es la nueva psiquiatría que constituye una rama más de la Medicina Interna y que se fundamenta en el complejo y sofisticado funcionamiento de las estructuras neurocerebrales para explicar la conducta humana y los desórdenes de la misma. La farmacología (del griego, pharmacon (φάρμακον), fármaco, y logos (λόγος), ciencia), es la ciencia que estudia el origen, las acciones y las propiedades que las sustancias químicas ejercen sobre los organismos vivos. La farmacología tiene aplicaciones clínicas cuando las sustancias son utilizadas en el diagnóstico, prevención, tratamiento y alivio de síntomas de una enfermedad. 18 19 La enfermedad, es un proceso y el estatus consecuente de afección de un ser vivo, caracterizado por una alteración de su estado ontológico de salud. El estado o proceso de enfermedad puede ser provocado por diversos factores, tanto intrínsecos como extrínsecos al organismo enfermo: estos factores se denominan noxas (del griego nósos: «enfermedad», «afección de la salud»). Generalmente, se entiende a la enfermedad como una entidad opuesta a la salud, cuyo efecto negativo es consecuencia de una alteración o desarmonización de un sistema a cualquier nivel (molecular, corporal, mental, emocional, espiritual, etc.) del estado fisiológico o morfológico considerados como normales, equilibrados o armónicos (cf. homeostasis) 20 El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII, como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental, es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. 21 Philippe Pinel (20 de abril de 1745-25 de octubre de 1826) fue un médico francés dedicado al estudio y al tratamiento de las enfermedades mentales. Pertenece, al grupo de pensadores que constituyeron la clínica médica como observación y análisis sistemático de los fenómenos perceptibles de la enfermedad. Es a partir de esta rigurosidad en el plano del método, que establece la primera clasificación de las enfermedades mentales, teniendo sus ideas gran repercusión posterior. En el campo institucional, propugnaba la humanización del trato, que se daba por entonces a las personas por ellas aquejadas, eliminando, como primera medida, su encadenamiento a las paredes. Consideraba posible la recuperación de un amplio grupo de los "alienados" (tal la denominación social de la época, a los "locos") a partir del tratamiento moral. 22 Jean-Étienne Dominique Esquirol (Toulouse , 1772 - París , 1840 ) fue un psiquiatra francés, discípulo y colaborador de Pinel. Esquirol desmembró el dominio de la melancolía, uno de los términos más antiguos del vocabulario médico, en monomanías y lipemanías. Se trata de lo que actualmente llamamos “psicosis delirantes crónicas” y “depresiones”. El trastorno del humor se separa finalmente del juicio. Nace así la psiquiatría nosográfica francesa que perdurará hasta nuestros días. 23 El Positivismo es una corriente o escuela filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento, solamente puede surgir de la afirmación positiva de las teorías a través del método científico 24 El siglo XX se inició en el año 1901 y terminó en el año 2000. Se caracterizó por los avances de la tecnología, medicina y ciencia en general; el fin de la esclavitud en 42 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría los llamados países desarrollados; la liberación de la mujer en la mayor parte de los países. En los últimos años del siglo, (especialmente a partir de 1989-1991 con el derrumbe de los regímenes colectivistas de Europa), comenzó el fenómeno llamado globalización o mundialización. 25 un síndrome (del griego syndromé, concurso) es un cuadro clínico o conjunto sintomático que presenta alguna enfermedad con cierto significado y que por sus características poseen cierta identidad; es decir, un grupo significativo de síntomas y signos (datos semiológicos), que concurren en tiempo y forma, y con variadas causas o etiologías. 26 La controversia en biopsiquiatría es una disputa continua sobre las bases científicas de la teoría y la práctica en la psiquiatría biológica. Los críticos mantienen que el campo se encuentra errado en diversas formas. Arguyen, que la carencia de biomarcadores es un fallo de la evidencia que el trastorno mental tenga una causa somática, o causa biológica. En lugar de ello, llegan ha señalar los modelos del trauma para los trastornos mentales en la literatura psiquiátrica, la cual ha sido marginada, en tanto que la investigación se ha orientado al modelo biológico desde los años ochenta. 27 Un neurotransmisor es una biomolécula, (1) sintetizada generalmente por las neuronas, que se vierte, a partir de vesículas existentes en la neurona presináptica, hacia la brecha sináptica y producen un cambio en el potencial de acción de la neurona postsináptica. Los neurotransmisores son, por tanto, las principales sustancias de las sinapsis ABC. Síntesis del neurotransmisor por las neuronas presinápticas. Participan las células gliales. Según la naturaleza del neurotransmisor, éste se puede sintetizar en el soma neuronal o en las terminaciones nerviosas. Algunos neurotransmisores se sintetizan directamente en las terminaciones nerviosas, gracias a enzimas que se han sintetizado en el soma y se han transportado a estas terminaciones. A través del interior del axón fluye una corriente de sustancias libres o encerradas en vesículas, que pueden ser precursores tanto de los neurotransmisores o sus enzimas, que es llamada flujo axónico. Almacenamiento del neurotransmisor en vesículas sinápticas. por el vehículo primero y cuarto Liberación del neurotransmisor por exocitosis, que es calciodependiente. Cuando llega un impulso nervioso a la neurona presináptica, ésta abre los canales de calcio, entrando el ion en la neurona y liberándose el neurotransmisor en el espacio sináptico. El calcio, además de iniciar la exocitosis, activa el traslado de las vesículas a los lugares de su liberación con la ayuda de proteínas de membrana plasmática y de la membrana vesicular. Cuando entra el calcio en la neurona, se activa una enzima llamada calmodulina que es una proteinquinasa, encargada de fosforilar a la sinapsina I, situada en la membrana de las vesículas y que las une a los filamentos de actina. Cuando la sinapsina I es fosforilada, las vesículas sinápticas se despegan de la actina y se movilizan hacia los sitios donde deban vaciarse. La fusión de la membrana vesicular con la membrana plasmática, es un proceso complejo en el que intervienen varias proteínas como la sinaptobrevina, sinaptotagmina, rab-3 (de la membrana vesicular) sintaxina, SNAP-25, n-sec 1 (de la membrana plasmática) y factor sensible a n-etilmaleimida (NSF) con actividad ATP-asa. Este conjunto de proteínas, forman el complejo SNARE que forma un poro en la membrana plasmática y permiten la fusión de ambas membranas y la salida del contenido vesicular al espacio sináptico. 43 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Activación del receptor del neurotransmisor situado en la membrana plasmática de la neurona postsináptica. El receptor postsináptico es una estructura proteica que desencadena una respuesta. Los neurorreceptores pueden ser: Receptores ionotrópicos: Producen una respuesta rápida al abrir o cerrar canales iónicos, que producen despolarizaciones, generando potenciales de acción, respuestas excitatorias, producen hiperpolarizaciones o respuestas inhibitorias. En el primer caso, actúan canales de cationes monoiónicos como los de Sodio y Potasio, mientras que en el segundo caso, son los canales de Cloruro los que se activan. Receptores metabotrópicos: Liberan mensajeros intracelulares, como AMP cíclico, Calcio, y fosfolípidos por el mecanismo de transducción de señales. Estos segundos mensajeros activan proteínas quinasas, las cuales, fosforilan activando o desactivando canales al interior de la célula. En el caso de una despolarización, son los canales de Potasio que se cierran; en caso de hiperpolarización, los mismos canales son abiertos produciendo el aumento de cationes intracelulares. Iniciación de las acciones del segundo mensajero. Inactivación del neurotransmisor, ya sea por degradación química o por reabsorción en las membranas. En el espacio sináptico, existen enzimas específicas que inactivan al neurotransmisor. Además, las neuronas presinápticas tienen receptores para el neurotransmisor que lo recaptan introduciéndolo y almacenándolo de nuevo en vesículas para su posterior vertido. Existen Superfamilas de receptores para cada uno de los diferentes tipos de neurotransmisores. Las drogas de acción cerebral actúan en alguna o algunas de estas etapa/s. Los neurotransmisores más conocidos son la acetilcolina, la norepinefrina, la dopamina y la serotonina. El gas óxido nítrico es también un neurotransmisor, con un especial mecanismo de acción que no cumple todas las características de los neurotransmisores. (1) Las biomoléculas son moléculas (se llama moléculas a las partículas neutras formadas por un conjunto estable de al menos dos átomos enlazados covalentemente) constituyentes de los seres vivos. Los cuatro bioelementos más abundantes en los seres vivos son el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, representando alrededor del 99% de la masa de la mayoría de las células. Estos cuatro elementos son los principales componentes de las biomoléculas debido a que: 1. Permiten la formación de enlaces covalentes entre ellos, compartiendo electrones, debido a su pequeña diferencia de electronegatividad. Estos enlaces son muy estables, la fuerza de enlace es directamente proporcional a las masas de los átomos unidos. 2. Permiten a los átomos de carbono la posibilidad de formar esqueletos tridimensionales –C-C-C- para formar compuestos con número variable de carbonos. 3. Permiten la formación de enlaces múltiples (dobles y triples) entre C y C, C y O, C y N, así como estructuras lineales ramificadas cíclicas, heterocíclicas, etc. 44 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Permiten la posibilidad de que con pocos elementos se den una enorme variedad de grupos funcionales (alcoholes, aldehídos, cetonas, ácidos, aminas, etc.) con propiedades químicas y físicas diferentes. La genética (del término "Gen", que proviene de la palabra griega γένος y significa "descendencia") es una disciplina de la biología, es la ciencia de la herencia y la variación en los seres vivos. Los genes corresponden a regiones del ADN, una molécula compuesta de una cadena de cuatro tipos diferentes de nucleótidos —la secuencia de estos nucleótidos es la información genética que heredan los organismos. El ADN existe naturalmente en forma bicatenaria, es decir, en dos cadenas en que los nucleótidos de una cadena complementan los de la otra. Cada cadena puede hacer de plantilla para la creación de una nueva cadena complementaria —este es el método físico para la creación de copias de genes que pueden ser heredados. La secuencia de nucleótidos de un gen es traducida por las células para producir una cadena de aminoácidos, creando proteínas —el orden de los aminoácidos en una proteína corresponde con el orden de los nucleótidos del gen. Esto, recibe el nombre de código genético. Los aminoácidos de una proteína determinan cómo se pliega en una forma tridimensional, esta estructura es la responsable, a su vez, del funcionamiento de la proteína. Las proteínas ejecutan casi todas las funciones que las células necesitan para vivir. Un cambio en el ADN de un gen puede cambiar los aminoácidos de una proteína, cambiando su forma y función, lo que puede tener un efecto drástico sobre la célula y el organismo en su conjunto. Otros dos factores que pueden variar la forma de la proteína son el pH y la temperatura. Aunque la genética juega un papel significativo en la apariencia y el comportamiento de los organismos, es la combinación de la genética con las experiencias del organismo, la que determina el resultado final. Por ejemplo, mientras que los genes juegan un papel en la determinación de la altura de una persona, la nutrición y la salud de esta persona durante la infancia también juegan un papel importante. El genoma es la totalidad de la información genética que posee un organismo en particular. Por lo general, al hablar de genoma en los seres eucarióticos nos referimos sólo al ADN contenido en el núcleo, organizado en cromosomas. Pero no debemos olvidar que también la mitocondria contiene genes (véase genoma mitocondrial). El término fue acuñado en 1920 por Hans Winkler, profesor de Botánica en la Universidad de Hamburgo, Alemania, como un acrónimo de las palabras gene y chromosoma. El término diploide indica que un organismo tiene dos copias del genoma en sus células, debido a la presencia de pares de cromosomas homólogos. El genoma no analiza la diversidad genética o el polimorfismo de los genes de una especie. Por ejemplo, en el genoma humano la secuencia en principio, podría ser determinada con sólo la mitad del ADN de una célula de un individuo. Para conocer una variación particular o en enfermedades, se requiere la comparación entre individuos. 27 La biología (del griego «βιος» bios, vida, y «λóγος» logos, razonamiento, estudio, ciencia) es una rama de las ciencias naturales que tiene como objeto de estudio a los seres vivos y, más específicamente, su origen, su evolución y sus propiedades: génesis, nutrición, morfogénesis, reproducción, patogenia, etc. Se ocupa tanto de la descripción de las características y los comportamientos de los organismos individuales, como de las especies en su conjunto, así como de la reproducción de los seres vivos y de las interacciones entre ellos y el entorno. De este modo, trata de estudiar la estructura y la dinámica funcional comunes a todos los seres vivos, con el fin de establecer las leyes generales que rigen la vida orgánica y los principios explicativos fundamentales de ésta. 29 45 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Estrés (del inglés stress, ‘fatiga’) es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. El 'estrés' es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de lo cual hoy en día se confunde con una patología. 30 31 Calderón (1998). 32 Las hormonas son sustancias segregadas por células especializadas, localizadas en glándulas de secreción interna o glándulas endocrinas (carentes de conductos), o también por células epiteliales e intersticiales, con el fin de afectar la función de otras células. Hay hormonas animales y hormonas vegetales como las auxinas, ácido abscísico, citoquinina, giberelina y el etileno. Son transportadas por vía sanguínea o por el espacio intersticial, solas (biodisponibles) o asociadas a ciertas proteínas (que extienden su vida media al protegerlas de la degradación) y hacen su efecto en determinados órganos o tejidos diana (o blanco) a distancias de donde se sintetizaron, sobre la misma célula que la sintetiza (acción autócrina) o sobre células contiguas (acción parácrina) interviniendo en la comunicación celular. Existen hormonas naturales y hormonas sintéticas. Unas y otras se emplean como medicamentos en ciertos trastornos; por lo general, aunque no únicamente, cuando es necesario compensar su falta o aumentar sus niveles si son menores de lo normal. Las hormonas, pertenecen al grupo de los mensajeros químicos, que incluye también a los neurotransmisores. A veces, es difícil clasificar a un mensajero químico como hormona o neurotransmisor. Todos los organismos multicelulares producen hormonas, incluyendo las plantas (fitohormonas). Las hormonas más estudiadas en animales (y humanos) son las producidas por las glándulas endocrinas, pero también son producidas por casi todos los órganos humanos y animales. La especialidad médica que se encarga del estudio de las enfermedades relacionadas con las hormonas, es la endocrinología. Tipos de hormonas Según su naturaleza química, se reconocen dos grandes tipos de hormonas: Hormonas peptídicas. Son derivados de aminoácidos (como las hormonas tiroideas), o bien oligopéptidos (como la vasopresina) o polipéptidos (como la hormona del crecimiento). En general, este tipo de hormonas no pueden atravesar la membrana plasmática de la célula diana, por lo cual los receptores para estas hormonas se hallan en la superficie celular. Las hormonas tiroideas son una excepción, ya que se unen a receptores específicos que se hallan en el núcleo. Hormonas lipídicas. Son esteroides (como la testosterona) o eicosanoides (como las prostaglandinas). Dado su carácter lipófilo, atraviesan sin problemas la bicapa lipídica de las membranas celulares y sus receptores específicos se hallan en el interior de la célula diana. Mecanismos de acción hormonal Las hormonas tienen la característica de actuar sobre las células diana, que deben disponer de una serie de receptores específicos. Hay dos tipos de receptores celulares: Receptores de membrana: los usan las hormonas peptídicas. Las hormonas peptídicas (1er mensajero) se fija a un receptor proteico que hay en la membrana de la célula, y estimula la actividad de otra proteína (unidad catalítica), que hace pasar el ATP (intracelular) a AMP (2º mensajero), que junto con el calcio intracelular, activa la 46 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría enzima proteína quinasa (responsable de producir la fosforilación de las proteínas de la célula, que produce una acción biológica determinada). Esta es la teoría o hipótesis de 2º mensajero o de Sutherland. Receptores intracelulares: los usan las hormonas esteroideas. La hormona atraviesa la membrana de la célula diana por difusión. Una vez dentro del citoplasma, penetra incluso en el núcleo, donde se fija el DNA y hace que se sintetice ARNm, que induce a la síntesis de nuevas proteínas, que se traducirán en una respuesta fisiológica. 33 El Eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (Eje HHA) es un conjunto complejo de influencias directas e interacciones retroalimentadas entre el hipotálamo, una parte del cerebro hueca con forma de fuelle, la glándula pituitaria, una estructura en forma de haba localizada bajo el hipotálamo y la glándula adrenal o suprarrenal, una glándula pequeña, pareada y de forma piramidal localizada en la parte superior de los riñones. Las interacciones homeostáticas finas entre estos tres órganos constituyen el eje HHA, una parte esencial del sistema neuroendocrino que controla las reacciones al estrés y regula varios procesos del organismo como la digestión, el sistema inmune, las emociones, la conducta sexual y el metabolismo energético. Muchos organismos, desde los seres humanos hasta los más primitivos, comparten componentes del eje HHA. Este mecanismo y su conjunto de interacciones entre glándulas, hormonas y elementos del cerebro medio, son responsables del síndrome general de adaptación. Los elementos renales del eje HHA son: 1. El núcleo paraventricular del hipotálamo, que contiene neuronas neuroendocrinas que sintetizan y secretan vasopresina y la hormona liberadora de corticotropina (CRH) o corticoliberina. Estos dos péptidos regulan: 2. El lóbulo anterior de la glándula pituitaria. En particular, el CRH y la vasopresina estimulan la secreción de la hormona adrenocorticotropa (ACTH), también conocida como corticotropina. A su vez, la ACTH actúa sobre: 3. El córtex adrenal, que produce hormonas glucocorticoides, principalmente cortisol en humanos, en respuesta a la estimulación por ACTH. Los glucocorticoides a su vez retroactúan sobre el hipotálamo y la hipófisis (para inhibir la producción de CRH y ACTH) en un ciclo de retroalimentación negativo. 4. El CRH y la vasopresina se liberan desde las terminaciones nerviosas neurosecretoras de la eminencia media. Son transportadas a la pituitaria anterior a través del sistema portal del tallo hipofisario. Allí, la CRH y la vasopresina puede actuar sinérgicamente para estimular la secreción de la ACTH almacenada en las células corticotropas. la ACTH se transporta por la sangre al córtex adrenal de la glándula suprarrenal, donde estimula rápidamente la biosíntesis de corticoesteroides como el cortisol a partir de colesterol. El cortisol es la principal hormona del estrés y tiene efectos en muchos tejidos del organismo, incluyendo el encéfalo, en donde actúa en dos tipos de receptores: los receptores de mineralocorticoides y los receptores de glucocorticoides, que se expresan en la superficie de muchos tipos de neuronas. Un destino importante de los glucocorticoides es el hipocampo, que es el principal centro de control del eje HHA. La vasopresina se puede concebir como una "hormona conservadora del agua" y por ello también se le conoce como la "hormona antidiurética". Se libera cuando el organismo se deshidrata, y tiene poderosos efectos sobre el riñón para que conserve el agua. También es un poderoso vasoconstrictor. En la función del eje HHA son importantes algunos bucles de retroalimentación: El cortisol producido en el córtex adrenal, retroalimenta negativamente el sistema inhibiendo el hipotálamo y la hipófisis. Esto reduce la secreción de 47 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría CRH y la vasopresión, y también reduce directamente la escisión de proopiomelanocortina en ACTH y β-endorfina. La Epinefrina y norepinefrina se producen en la médula adrenal a través de la estimulación simpática y los efectos locales del cortisol (sobrerregulación de encimas para fabricar E/NE). Posteriormente, la E/NE retroalimenta positivamente a la hipófisis e incrementa de esa manera la transformación de la POMC en ACTH y β-endorfinas. Función La liberación de CRH a partir del hipotálamo, está bajo la influencia del estrés mediante los niveles de cortisol sanguíneo y por el ciclo sueño-vigilia. En los individuos sanos, el cortisol aumenta rápidamente tras el despertar, alcanzando un pico en 30-40 minutos. Posteriormente decrece de forma gradual a lo largo del día, aumentando nuevamente al atardecer. Los niveles de cortisol caen entonces de madrugada, llegando al mínimo a media noche. Se ha relacionado al síndrome de fatiga crónica con un ciclo circadiano del cortisol anormalmente plano (MacHale, 1998), con el insomnio (Backhaus, 2004) y con el [burn-out]] (Pruessner, 1999). Las conexiones anatómicas entre las áreas cerebrales como la amígdala cerebral, el hipocampo y el hipotálamo, facilitan la activación del eje HHA. La información sensorial que llega al aspecto lateral de la amígdala se procesa y transmite al núcleo central, que la proyecta posteriormente a varios lugares del cerebro, implicados en la respuesta al miedo. En el hipotálamo, los impulsos señalizadores de pánico, activan tanto el sistema nervioso simpático como los sistemas moduladores del eje HHA. El incremento de la producción de cortisol, media las relaciones de alarma al estrés, facilitando una fase adaptativa del síndrome general de adaptación, en el que las reacciones de alarma, como la respuesta inmune, son suprimidas permitiendo al organismo, generar contramedidas. Los glucocorticoides tienen muchas funciones importantes, incluyendo la modulación de las reacciones de estrés, pero en exceso, pueden ser dañinas. Se cree que la atrofia del hipocampo en humanos y animales expuestos a estrés severo, está provocada por la exposición prolongada a elevadas concentraciones de glucocorticoides. Las deficiencias en el hipocampo pueden reducir los recursos disponibles de memoria para ayudar al organismo a formular reacciones apropiadas al estrés. El eje HHA está implicado en la neurobiología de los trastornos emocionales y en enfermedades funcionales, como el trastorno de ansiedad, el trastorno bipolar, el síndrome por estrés postraumático, la depresión clínica, el burn-out, el trastorno límite de la personalidad, el síndrome de fatiga crónica y el síndrome de colon irritable. 34 Un sistema inmunitario, sistema inmune o sistema inmunológico (Del latín inmūn(itātem) 'sin obligación', cient. 'inmunidad' y del griego sýn σύν 'con', 'unión', 'sistema', 'conjunto') es aquel conjunto de estructuras y procesos biológicos en el interior de un organismo, que le protege contra enfermedades, identificando y matando células patógenas y cancerosas. Detecta una amplia variedad de agentes, desde virus hasta parásitos intestinales, y necesita distinguirlos de las propias células y tejidos sanos del organismo para funcionar correctamente. El sistema inmunitario se encuentra compuesto por linfocitos, leucocitos, anticuerpos, células T, citoquinas, macrófagos, neutrófilos, entre otros componentes que ayudan a su funcionamiento. La detección es complicada, ya que los patógenos pueden evolucionar rápidamente, produciendo adaptaciones que evitan al sistema inmunitario y permiten a los patógenos infectar con éxito a sus huéspedes. 48 Maricela García Villalta Curso de Psiquiatría Para superar este desafío, se desarrollaron múltiples mecanismos que reconocen y neutralizan patógenos. Incluso los sencillos organismos unicelulares como las bacterias, poseen sistemas enzimáticos que los protegen contra infecciones virales. Otros mecanismos inmunológicos básicos se desarrollaron en antiguos eucariontes y permanecen en sus descendientes modernos, como las plantas, los peces, los reptiles y los insectos. Entre estos mecanismos, figuran péptidos antimicrobianos llamados defensinas, la fagocitosis y el sistema del complemento. Los vertebrados, como los humanos, tienen mecanismos de defensa aún más sofisticados. Los sistemas inmunológicos de los vertebrados constan de muchos tipos de proteínas, células, órganos y tejidos, los cuales se relacionan en una red elaborada y dinámica. Como parte de esta respuesta inmunológica más compleja, el sistema inmunitario humano se adapta con el tiempo para reconocer patógenos específicos, más eficientemente. A este proceso de adaptación, se le llama "inmunidad adaptativa" o "inmunidad adquirida", capaz de poder crear una memoria inmunológica. La memoria inmunológica creada desde una respuesta primaria a un patógeno específico, proporciona una respuesta mejorada a encuentros secundarios con ese mismo patógeno específico. Este proceso de inmunidad adquirida es la base de la vacunación. Los trastornos en el sistema inmunitario pueden ocasionar enfermedades. La inmunodeficiencia ocurre, cuando el sistema inmunitario es menos activo que lo normal, resultando en infecciones recurrentes y con peligro para la vida. La inmunodeficiencia puede ser el resultado de una enfermedad genética, como la inmunodeficiencia combinada grave, o ser producida por fármacos o una infección, como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) que está provocado por el retrovirus VIH. En cambio, las enfermedades autoinmunes son consecuencia de un sistema inmunitario hiperactivo que ataca tejidos normales como si fueran organismos extraños. Entre las enfermedades autoinmunes comunes figuran la tiroiditis de Hashimoto, la artritis reumatoide, la diabetes mellitus tipo 1 y el lupus eritematoso. La inmunología cubre el estudio de todos los aspectos del sistema inmunitario que tienen relevancia significativa para la salud humana y las enfermedades. Se espera que la mayor investigación en este campo juegue un papel serio en la promoción de la salud y el tratamiento de enfermedades. 35 Erick Berenguer miembro de la E.L.de P. del C.F. Asociación mundial de Psicoanálisis. Separata: Las Posiciones Subjetivas en la Clínica Estructural. Bibliografía 1.- ALDO CONTI, NORBERTO (2007). Historia de la Depresión. La Melancolía desde la Antigüedad hasta el siglo XIX. Editorial Polemos, Buenos Aires. ISBN 978-987-9165-81-2. 2.- JACKSON, STANLEY W. (1986). Historia De La Melancolía Y La Depresión. Madrid: Turner. 3.- JAIME COLOMA ANDREWS. La Depresión Desde Una Mirada Psicoanalítica. Congreso SIP Santiago (2001) 4.- AYUDO GUTIÉRREZ, J. L. (1980). Trastornos Afectivos. En J. L. Rivera y otros (1980), 4.- Manual de psiquiatría. Madrid: Karpos. 5.- CABALEIRO, A., FERNÁNDEZ MUGETTI, G. Y SÁENZ, M. Depresión y subjetividad: Tesis. VARA HORNA, ARÍSTIDES A. (2006). Aspectos generales de la depresión: Una revisión empírica. 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