Recientemente tuve ocasión de participar en un informe para... sobre el mercado de trabajo de los jóvenes de...

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Por qué nos encanta llamarlos Generación Ni-Ni
Recientemente tuve ocasión de participar en un informe para el Consejo Económico Social
sobre el mercado de trabajo de los jóvenes de la Región de Murcia (2012) en el que
dedicamos un amplio capítulo a analizar esta problemática denominada Ni-Ni. Algunas
conclusiones: 1. Se trata de un fenómeno que ha sido cuantificado estadísticamente de forma
muy confusa: no es lo mismo decir que «no encuentra trabajo» que decir «tiene actitudes de
desánimo o de rechazo para trabajar o para estudiar» (este segundo significado es lo que
realmente quiere expresarse con el atributo Ni-Ni). 2. Estudiando, a través de entrevistas, las
trayectorias de jóvenes se comprobó la heterogeneidad de condiciones materiales de vida que
está detrás de los proyectos de vida de los jóvenes entrevistados „diferencias de clase o de
situación socioeconómica, o incluso diferencias de origen étnico o de género invalidan la
posibilidad de englobar su realidad en una única categoría sociológica o existencial
(Generación Ni-Ni)„.
La experiencia compartida de la precariedad laboral y vital no hace, desde luego, a una
generación, pero sí a una posición social, la del ´precariado´: «Puedo citar con los dedos de
una mano los días que he trabajado con contrato desde marzo hasta aquí» (joven entrevistado
en la investigación). Si observamos las trayectorias de los entrevistados, aparece un itinerario
absolutamente errático, en el cual ningún trabajo proporciona una carrera coherente, sino que,
por el contrario, apreciamos continuos obstáculos y caídas entremedias de los saltos que se
van dando de un fragmento de trabajo a otro. ¿Acaso las brújulas que las sociedades han
diseñado son capaces de orientar a alguien en esa errancia en la que está el ´precariado
juvenil´ de nuestras sociedades hoy? Perder la orientación es fácil, y no digamos ya la
esperanza y la ilusión. Cuando Julián o Eladio relatan en sus respectivas entrevistas la crisis
personal vivida en su fase Ni-Ni „y utilizan expresiones como «por gandulería», «una época
mala», «dejadez», etc. para representar su falta de voluntad para continuar estudiando o para
insertarse en el mundo laboral„, están tratando de verbalizar el síntoma del malestar de todo
un estrato de jóvenes que ha perdido las certezas necesarias para sentir que pueden coger las
sendas de sus vidas de forma coherente. Pero ¿qué sucede cuando todo tu entorno vital emite
señales desalentadoras que cuestionan el gran relato de la escuela y el trabajo como
vehículos de integración social? Pues sucede lo que Richard Sennet anuncia en La corrosión
del carácter (1998): «Sé que un régimen que no proporciona a los seres humanos ninguna
razón profunda para cuidarse entre sí no puede preservar por mucho tiempo su legitimidad».
Todo apunta a que el éxito del término Ni-Ni se debe a la construcción de un atributo
estigmatizante para esos estratos del ´precariado´ juvenil. Se trata de marcar con el atributo de
Ni-Ni lo que se concibe como rasgos de ´degeneración´ de la juventud de hoy. El problema de
esta construcción estereotipada de comportamientos anómicos bajo la lógica de la
socioestigmatización es que termina responsabilizando a ellos mismos de la situación difícil
que viven muchos jóvenes. No parece este un camino muy alentador para abordar la crisis
social del empleo que vulnerabiliza a un buen número de jóvenes.
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Por qué nos encanta llamarlos Generación Ni-Ni
(Artículo publicado en diario La Opinión de Murcia el 22/9/2012:
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/09/22/encanta-llamarlos-generacion/428947.html
)
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