TESTS PRIÓNICOS ANTECEDENTES Hoy en día se analizan todas las vacas, estén enfermas o no, de más de treinta meses antes de su entrada en la cadena alimentaria. Sin embargo, se trata de un sistema muy dificultoso y que no garantiza que algún animal contaminado pase a través de este filtro, al no ser capaces de detectar los tests actuales cantidades muy pequeñas del agente infeccioso. De momento, tres pruebas analíticas se realizan en los diferentes países de Europa: 1.- La de la empresa suiza Prionics. 2.- La de la firma norteamericana Biorad en colaboración con el CEA francés. 3.- La de la firma irlandesa Enfer Technology Ltd. Las tres fueron evaluadas satisfactoriamente por la Comisión Europea en el 2000, analizando muestras del cerebro de 300 animales enfermos y de1.000 animales sanos de Nueva Zelanda (donde se conoce el desarrollo de la EEB) de la misma edad, 4 años: el resultado no arrojó ningún fallo. Sin embargo, las condiciones de este muestreo no son iguales que las que se dan en el terreno real, donde muchas veces los tejidos de los animales muertos previamente se encuentran parcialmente degradados, aumentando el riesgo de falsos positivos. Las características de las tres pruebas son: son todas post mortem y de tipo inmunológico, basadas en la detección del prión patológico PrPSc que no se digiere totalmente convirtiéndose en la PrPSc27-30 por el enzima proteinasa K (mientras que el prión normal PrPC se degrada totalmente). Como la PrP varía muy poco de una especia a otra, hay que recurrir a ratones transgénicos que carecen de esta proteína PrP endógena, y que son capaces por tanto de producir anticuerpos contra las dos variantes de PrP, la normal PrPC como la mutante PrPSc, con la diferencia de que la normal es reconocida tanto si está desnaturalizada como si no, mientras que la mutante sólo si está desnaturalizada). VOCABULARIO: Anticuerpo: proteína circulante en la sangre que reconoce y ayuda a la destrucción de cualquier agente o molécula extraña al organismo. Enzima: proteína que regula una reacción química, que en este caso, es una rotura de una molécula (en el caso del prión normal) o en su transformación parcial (en el caso del prión mutante). Desnaturalización: Cambio de la configuración espacial de una proteína a causa del calor o de un agente químico. En general, las pruebas actuales sólo detectan la enfermedad en una animal en la fase final cuando su cerebro está invadido por los priones, siendo precisamente ésta la razón por la que sólo se analizan los animales de más de 30 meses. En cuanto a la sensibilidad ante pequeñas dosis, el test Biorad es el de mayor rendimiento. En algún experimento en el centro de investigación francés CEA ha demostrado que el sistema nervioso central no se infecta antes de 32 meses, aunque se está investigando en otros órganos, como por ejemplo el íleon, la aparición más temprana de la infección. FUNCIONAMIENTO DE LOS DOS TESTS MÁS UTILIZADOS: PRIONICS Y BIORAD Las dos pruebas, Prionics y Biorad, basan su funcionamiento en las técnicas de western-blot y ELISA (siglas inglesas de "enzime linked inmonoadsorbent assay"; en español, ensayo de inmunoabsorbancia de enzimas ligados), respectivamente. En ambos casos, la muestra se homogeniza 0,5 g de una mezcla (óbex) que contiene los dos tipos de priones para a continuación digerirla con el enzima proteinasa K, degradándose ambos según se dijo anteriormente. La prueba Prionics utiliza gel como soporte para la muestra que luego al ser digerida se transforma en fragmentos pequeños que se separan según su avance en dicho substrato. Para el reconocimiento de cada fracción se utilizan enzimas con grupos cromógenos que colorean al producto. Los fragmentos resultantes de la degradación del prión normal al ser muy pequeños avanzan demasiado y se salen del campo de gel fijado, no detectándose. En la prueba Biorad se añade a la muestra una sustancia que hace precipitar los fragmentos obtenidas de la digestión proteica agregándolos, para luego ser separados y concentrados por centrifugación. Los concentrados de PrPSc27-30 se reconocen finalmente con anticuerpos PrP situando las muestras obtenidas en la centrifugación en el interior de cajas de plástico. La detección en este caso se consigue al colorear con un segundo anticuerpo anti-PPr acoplado a peroxidasa, enzima éste capaz de transformar un substrato determinado en un producto de color amarillo. La prueba más sensible de las dos es Biorad a causa de que las moléculas en disolución son más sensibles a la unión con los anticuerpos que cuando están aprisionadas en un gel. Además, un segundo factor explica esto, la concentración de las PrPSc27-30 que se producen en la fase de centrifugación. ¿Y EN EL FUTURO? En Europa se están evaluando cinco nuevos tipos de pruebas de detección de la EEB, pero no se espera poder obtener una sensibilidad que permitar rebajar la edad de los animales para ser testeados en más de unos meses. Así pues y según dice Paul-Pierre Pastoret (profesor de inmunovacunología de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Lieja), aunque la infecciosidad del animal es manifiestamente muy pequeña durante las primeras fases de la incubación, no se puede garantizar que sea nula. En la Comisión Europea los técnicos insisten, por tanto, en que la clave de la protección del consumidor es la prohibición de comercializar las partes de riesgo, generalizada desde octubre de 2000. Una cuestión importante también es la necesidad de tener que eliminar todo un rebaño en el que se ha encontrado una vaca loca. Para evitarlo sería necesario poder detectar el prión infeccioso en la sangre ante morten. Esto, sin embargo, es inviable puesto que, aunque sí sería posible que los priones circulen en sangre, probablemente lo hacen en cantidades tan pequeñas que son indetectables por el momento. Otra pregunta que surge es qué pasaría con una epizootia similar a la de las vacas locas pero en ovinos. Las consecuencias para la salud pública seguramente serían peores, puesto que se ha comprobado que el prión infeccioso en corderos contamina gran parte del organismo. Sería, por tanto, encontar también una prueba válida para estudiar la enfermedad del temblor en los ovinos, semejante a las que se analizan para la EEB. En este sentido trabajan en la actualidad en el Instituto de Patologías Neurodegenerativas de la Universidad de California, dirigido por el premio Nobel Stanley Prusiner. BIBLIOGRAFÍA, extraída de Mundo Científico, 222 (2001) • "Opinion of the Scientific Steering Committee" en the Geographical Risk of BSE, 6 de julio de 2000. • "Infectivity in the ileum of cattle challengend orally with bovine spongiform encephalopathy" en Veterinary Record, 135, 40-41, (1994). • Estudios de la EEB en corderos, por F. Houston et al., en The Lancet, 356, 999 (2000).