Julio, 2013
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Coyuntura Legislativa
¿Por qué se vende un vehículo
que
recién
sale
del
concesionario por un precio
superior al precio de venta
sugerido por las marcas? La
respuesta es simple, porque
cuando hay brechas entre
demanda y oferta, es decir,
cuando existe déficit de oferta,
la
demanda
supera
la
disponibilidad siempre existirá
la posibilidad de arbitraje entre
quien tiene un vehículo y quien
no lo tiene pero lo está
buscando
y
posee
alta
valoración,
utilidad
y
disponibilidad de pago por el
mismo –para no mencionar su
uso como activo fijo de reserva
de valor-.
Lo primero que se entiende de
una situación como la anterior,
es que la causa de las acciones
de arbitraje en el mercado
secundario donde el precio de
venta efectivo se aleja –quede
registrado y notariado o no, en
un papel-, por encima, del
precio de venta sugerido en el
mercado
primario
de
comercialización
final;
se
deriva de la necesidad de
mayor
oferta.
Podemos
entender fácilmente que la
oferta no aumenta por la
simple aprobación de normas y
sanciones –son normas y
sanciones, no vehículos-.
Proyecto de Ley de Control de ventas
de Carros: Miopía Decretista
Luego, debe precisarse que
toda relación económicacomercial,
transacción
o
contrato,
voluntaria
y
libremente
perfeccionado,
constituye un juego suma
positivo. Esto significa que
tanto
comprador
como
vendedor ganan utilidad y
excedente, porque el precio
de
la
transacción
se
encontrará por debajo de la
utilidad y disponibilidad a
pagar por el consumidor y a su
vez superior al precio de
reserva para transferir la
propiedad de este bien
privado de consumo privado.
Así las cosas, el consumidor
extrae
excedente
del
consumidor y el oferente
beneficios, de lo contrario no
se
perfeccionaría
la
transacción,
libre
y
voluntariamente, como ocurre
en los mercados tanto
primario como secundario de
comercialización final. Vale
destacar que siendo un bien
privado de consumo privado;
siendo que se perfeccionan
voluntariamente
las
transacciones del tipo juego
de suma positiva ganar-ganar;
siendo que la causa de
diferencia entre precio de
venta sugerido y el precio de
venta efectivo, especialmente
en el mercado secundario de
arbitraje es producto del déficit
de oferta; una ley no resuelve ni
el acceso a los bienes ni
constituye materia de interés
público, sino una conculcación
de derechos de agentes
económicos que se relacionan
libremente, incluso de la
soberanía del consumidor –para
no prestar especial detalle a la
legalización por primera vez en
Venezuela de listas de espera y
racionamiento, y el asumir una
situación de escasez como
estructural,
normal
y
deliberada.
Ahora bien, parece quedar claro
que,
por
un
lado,
la
preocupación del legislativo ha
sido la regla de reparto de un
bien privado de consumo
privado, siendo que ninguna de
las dos aristas constituyen
materia de interés público, y
por el otro lado, que se ha
dejado a un lado la materia de
interés público como lo sería
mayor ensamblaje, mayor
actividad
económica
automotriz, mayor oferta en el
mercado primario y por tanto
mayor
acceso
al
bien,
reduciéndose los incentivos y
posibilidades de extraer rentas
de escasez en los mercados
secundarios. Debemos estar
claros que la ley jamás
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Elaborado por Rafael González
Economista. Master in Industrial
Organization
and
Markets.
Master in Competition and
Market Regulation. Especialización en Economía de los
Sectores Telecomunicaciones,
Energía, Transporte, Farmacia,
Agua y Banca. Profesor universitario de Regulación Económica y
Regulación de Competencia.
Investigador del Observatorio
Economico
Legislativo
de
CEDICE
Julio, 2013
Proyecto de Ley de Control de ventas de Carros: Miopía Decretista
aumentará el acceso a los
vehículos porque no incide
sobre
la
oferta,
sino
supuestamente,
sobre
relaciones voluntarias ganarganar entre personas y la regla
de
reparto
subyacente.
Asimismo, como ocurre en
cualquier mercado secundario,
por
ser
un
mercado
fundamentalmente bilateral, el
revendedor ofertará al mejor
postor, y el demandante que
voluntariamente esté dispuesto
a llevarse el bien, intentará
ganar la puja –dada la
insuficiencia del bien en el
mercado-.
Lo
anterior
continuará ocurriendo con ley o
sin ley, si permanece la situación
de insuficiencia de oferta.
Una señal incuestionable de que la ley
no atinará al problema y resultará
inocua cuando no distorsionante, es
que en el mercado de “reciclaje” o
secundario, que fungiría como
competencia imperfecta del mercado
primario, muestra precios superiores a
los sugeridos.
Sin embargo, si se pretende utilizar
recursos del Estado, en particular la
instancia legislativa, para diseñar una
norma –que suele constituir una
acción pública poco flexible que no
debería atender situaciones de
coyuntura– que atienda el divorcio
entre el precio de venta sugerido y el
precio de venta efectivo en el mercado
de comercialización final; debería
utilizarse las leyes vigentes que
atienden esa misma materia.
En específico, el artículo 51 de la Ley para la
Defensa de las Personas en el Acceso a los
Bienes y Servicios, establece que: “los bienes o
servicios no declarados de primera necesidad,
el marcaje del precio lo realizará quien haga la
venta al destinatario final, salvo aquellos bienes
o servicios que el ministerio del poder popular
con competencia en la materia autorice que el
marcaje pueda ser hecho por el importador, el
productor o el fabricante. Cuando se marque
sobre el producto un Precio de Venta Sugerido
(PVS), éste se entenderá como su Precio de
Venta al Público (PVP). El marcaje del precio se
hará conforme a lo establecido en esta Ley”.
Es así como el Estado venezolano cuenta con el
marco institucional regulatorio para exigir,
velar y fiscalizar los precios de venta sugeridos
en aquellos mercados de productos no
declarados de primera necesidad.
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