ImagenOpcional DOCUMENTO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA TRASPLANTE RENAL Nº Historia: NUM HISTORIA D./dña.: Nombre y Apellidos del Paciente de Edad años de edad, Con domicilio en Domicilio del Paciente y DNI Nº DNI del Paciente D./dña.: Nombre y Apellidos de Edad años de edad, Con domicilio en Domicilio y DNI Nº DNI I En calidad de Representante legal, familiar o allegado de Nombre y dos apellidos del paciente DECLARO Que el Doctor/a NOMBRE DEL FACULTATIVO, me ha explicado que es conveniente proceder en mi situación a un TRASPLANTE RENAL. 1.- Mediante este procedimiento se pretende mejorar mi calidad de vida eliminando las restricciones en la movilidad de las pautas de diálisis, mejorando la rehabilitación y procurando menos ansiedad y un menor grado de depresión en aquellos pacientes que han sido tratados con hemodiálisis. La realización del procedimiento puede ser filmada con fines científicos o didácticos. 2.- El médico me ha explicado que el procedimiento requiere la administración de anestesia y que es posible que durante o después de la intervención sea necesaria la utilización de sangre y/o hemoderivados, de cuyos riesgos me informarán los servicios de anestesia y hematología. 3.- Mediante esta técnica se implanta un riñón, que puede ser de donante cadáver o de donante vivo (familiar consanguíneo, familiar sin consanguineidad o no familiar voluntario y acordado tras estudios específicos) generalmente de cadáver aunque en algunas ocasiones es de un familiar en primer grado, para que supla las funciones de los riñones propios enfermos. La intervención se realiza con anestesia general y mediante una incisión en el abdomen. La situación del órgano dependerá de las características anatómicas de mis arterias y venas, siendo usualmente extraperitoneal a vasos ilíacos externos, internos o primitivos. Menos frecuentemente se utilizarán otras localizaciones como el lecho de mis riñones nativos (trasplante ortotópico) o la sutura vascular a aorta y/o cava. Estas ubicaciones sólo se utilizarán si, o no queda alternativa durante la intervención o con mi conocimiento preoperatorio. La derivación urinaria se realizará usualmente de forma directa a la vejiga, suturando el uréter del injerto. Menos frecuentemente se deberá suturar el uréter del injerto a mis uréteres nativos. En algunos casos será necesario la colocación de un catéter o tutor en el uréter del injerto, que comunica el riñón trasplantado a la vejiga y evita que se produzcan fístulas urinarias. Generalmente se sitúa retroperitoneal e implantando los vasos del riñón a los vasos ilíacos del paciente, llevando el uréter a la vejiga. El médico me ha explicado que he sido seleccionado como receptor en el trasplante tras un proceso complejo en el que se han tenido en cuenta varios factores y se han hecho estudios tanto inmunológicos como no inmunológicos (grupo sanguíneo, compatibilidad HLA, compatibilidades con el donante de trasplantes previos, prueba cruzada, presencia de anticuerpos citotóxicos, mi edad y peso y la edad y el peso del donante, el tiempo de diálisis y la patología asociada. El médico me ha advertido que durante el postoperatorio inmediato puedo tener que llevar un drenaje cercano a la herida y una sonda vesical, durante varios días y que también en el postoperatorio inmediato el riñón trasplantado puede iniciar la producción de orina, o tardar varios días, incluso semanas, o en determinados casos no hacerlo nunca por problemas asociados. En los casos en que se me haya colocado un catéter ureteral interno en el momento del trasplante se me tendrá que retirar tras unas semanas, para lo que será necesario realizarme una cistoscopia con la administración de sedación y/o anestesia local para minimizar las molestias. 4.- Comprendo que a pesar de la adecuada elección de la técnica y de su correcta realización pueden presentarse efectos indeseables, tanto los comunes derivados de toda intervención y que pueden afectar a todos los órganos y sistemas, como otros específicos del procedimiento como no conseguir la realización del implante renal por problemas técnicos durante la intervención; complicaciones alérgicas a los medicamentos que puedo precisar durante la intervención o en el postoperatorio, el curso de las cuales es impredecible; hemorragia incoercible, tanto durante el acto quirúrgico como en el postoperatorio cuyas consecuencias son muy diversas dependiendo del tipo de tratamiento que haya de necesitarse, oscilando desde una gravedad mínima hasta la posibilidad cierta de muerte, como consecuencia directa del sangrado o por efectos secundarios de los tratamientos empleados; complicaciones abdominales como consecuencia de la apertura del abdomen (parálisis intestinal pasajera o persistente, perforación intestinal, obstrucción intestinal que precise la práctica de intervenciones con resultados imprevisibles, peritonitis o infección de la cavidad intestinal) con resultados imprevisibles; problemas y complicaciones derivadas de la herida quirúrgica (infección con diferente gravedad, dehiscencia de sutura –apertura–, salida del paquete intestinal, eventración (hernia de la herida) que pueden requerir nuevas intervenciones, fístulas permanentes o temporales, defectos estéticos derivados de algunas de las complicaciones anteriores o procesos cicatriciales anormales, intolerancia a los materiales de sutura que puede llegar incluso a la necesidad de reintervención para su extracción, neuralgias –dolores nerviosos–, hiperestesias –aumento de la sensibilidad– o hipoestesias –disminución de la sensibilidad–) o limitaciones en la movilidad de la extermidad inferior del lado donde se implante el injerto; impotencia coeundi (imposibilidad fisica de erección peneana); retención urinaria, en algún caso, ya sea transitoria o permanente; problemas derivados de la disección linfática y vascular linfadenectomía (lesiones vasculares severas de las arterias aorta, ilíacas, hipogástricas, lesiones venosas de las venas cava e ilíacas que pueden dar lugar a consecuencias imprevisibles, incluso la muerte, lesiones ureterales, lesión nerviosa, fibrosis reactiva y estenosis del uréter y de los vasos tanto arteriales como venosos a largo plazo, linfocele, que requiere frecuentemente la realización de manipulaciones posteriores e incluso nueva intervención quirúrgica; infección urinaria, neumonía por distintos microorganismos de gravedad variable, pero a veces intensa, por las características del paciente (inmunosupresión). Otras complicaciones posible y potencialmente graves pueden ser trombosis venosa profunda venosos profundos o tromboembolismos pulmonares cuya gravedad depende de la intensidad del proceso; hemorragias digestivas que son infrecuentes pero presentes aunque se tomen medidas profilácticas y cuya gravedad depende de su intensidad. Pueden producirse complicaciones vasculares en el injerto (trombosis de vasos renales, estenosis de la arteria renal, estenosis y/o trombosis de la arteria ilíaca con efectos secundarios sobre las piernas); complicaciones urológicas (hematuria –sangre en orina orina en sangre–, fístulas urinarias –fuga de orina–, obstrucción a cualquier nivel del tracto urinario); estas complicaciones pueden poner en peligro la funcionalidad del riñón, haciendo necesarias otras intervenciones para su solución, pudiendo ser necesario, incluso extirpar dicho riñón. El médico me ha explicado que estas complicaciones habitualmente se resuelven con tratamiento médico (medicamentos, sueros...) pero pueden llegar a requerir una reintervención, generalmente de urgencia, incluyendo un riesgo de mortalidad. Además de estas complicaciones, el médico me ha informado que en el trasplante puede aparecer otras: Transmitidas por el riñón trasplantado: Aunque al donante (vivo o cadáver), antes y durante la intervención de extirpación de órganos, se le hacen los estudios necesarios para confirmar la normalidad del riñón y evitar la trasmisión de enfermedades, teniendo en cuenta la premura que implica el trasplante, existe la posibilidad remota de que no fuese detectado previamente algún tipo de infección o tumor y se trasmitiera al receptor. Esta posibilidad obligaría a diversas actuaciones posteriores. Si hubiese algún descubrimiento de patología tumoral asociada al donante posteriormente a haber recibido el trasplante, seré informado extensamente sobre la posibilidad de extirpar el injerto o mantenerlo bajo estricta vigilancia. Esta decisión será tomada siempre de común acuerdo y bajo criterios de evidencia científica que me serán expuestos por el equipo médico. Isquémicas (necrosis tubular aguda): Es una complicación que se caracteriza por la ausencia de función renal inmediata (el riñón trasplantado no produce orina) o si existe es insuficiente, obligando a realizar al paciente trasplantado diálisis durante un período variable de tiempo. Esta complicación ocurre con más frecuencia cuando el riñón proviene de donante cadáver (entre un 30% y un 70% de las ocasiones) pero también puede producirse cuando el órgano se ha extraído de un donante vivo. Inmunológicas (rechazo): El rechazo agudo es la causa más frecuente de pérdida del injerto en el período inicial del trasplante, mientras que a largo plazo es la nefropatía crónica del injerto (rechazo crónico). El rechazo se puede presentar durante o inmediatamente tras el implante, en las primeras semanas a lo largo de toda evolución y varias en intensidad. El diagnóstico del mismo puede llevar consigo la realización de biopsias renales. Pese a los tratamientos inmunosupresores, el riñón puede no mejorar perdiendo la función, precisando la reinclusión en diálisis. En algunas ocasiones, previamente es preciso realizar la extirpación del riñón. Infecciosas: En el paciente trasplantado son habituales las infecciones por gérmenes oportunistas y más frecuentes las infecciones por gérmenes habituales. Hepáticas: Las enfermedades del hígado constituyen una de las complicaciones más frecuentes en el trasplante renal. Puede ser hepatopatía agudas, crónicas, por toxicidad de medicación inmunosupresora (azatioprina, ciclosporina) y tumores. Gastrointestinales: Úlcera gastroduodenal, pancreatitis, colecistitis, las diverticulitis y perforación de colon. Cardiovasculres: Incluyendo el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca y los accidentes cerebrovasculares, son los más frecuentes. Hematológicas: La eritrocitosis (aumento de los hematíes) que puede obligar a realizar sangrías terapéuticas. Anemia, leucopenia (número bajo de leucocitos), plaquetopenia o trombocitopenia (número bajo de plaquetas) habitualmente secundario a infecciones (CMV) o por toxicidad de la medicación inmunosupresora. Síndrome hemolítico urémico (anemia, trombocitopenia y deterioro de la función renal). Otras: Recidiva de glomerulonefritis, las más frecuentes son las glomerulonefritis membranoproliferativa y la esclerosante sementaria y focal. Glomerulonefritis de novo. La más frecuente es la membranosa. La glomerulonefritis membranoproliferativa es la más habitual cuando aparece una glomerulonefritis en un paciente con virus de la hepatitis C. Hipertensión arterial. Es una de las complicaciones más frecuentes, pudiendo llegar hasta el 80% de los pacientes trasplantados. Hipercolesterolemia e hipertrigliceridos (aumento del colesterol y de los triglicéridos). Se presentan en una frecuencia superior al 50%. Arteriosclerosis. La edad, el sexo (varón), la diabetes, el tabaco, la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial y las altas dosis de corticoides son los factores que más contribuyen a la presencia de arteriosclerosis en los pacientes trasplantados. Complicaciones óseas. Hipercalcemia (calcio elevado), la necrosis aséptica de la cabeza de fémur y una mayor predisposición a las fracturas y lesiones en los tendones son complicaciones posibles en el paciente trasplantado. Tumores. Las posibilidades de presentar una tumoración maligna tras el trasplante renal y la inmunosupresión es superior a la presentada por la población general. Los cánceres de piel son los más frecuentes. Medicación inmunosupresora: La indicación de la medicación inmunosupresora es la prevención del rechazo agudo. Entre la medicación inmunosupresora empleada en la actualidad se encuentran los corticoides, la azatioprina (Imurel®), la ciclosporina neoral (Sandimmun Neoral®), el tracolimus (Prograf®), micofenolato mofetil (Cell Cept®), el basiliximab (Simulect®), los anticuerpos monoclonales (OKT3) y policlonales. En el diseño del protocolo inmunosupresor se tiene en cuenta las características del receptor y donante, la evolución clínica inicial y la evolución. Estos medicamentos pueden conllevar efectos secundarios indeseables, entre los que cabe destacar: Corticoides: Aumentos de la susceptibilidad a las infecciones, obesidad, osteonecrosis aséptica, hiperglucemia, hipertensión arterial, dislipemia, úlcera péptica, labilidad emocional, hirsutismo (exceso de pelo) y facies cushingoide (redondez de la cara). A largo plazo suele aparecer miopatía, osteoporosis, arterosclerosis, cataratas y atrofia cutánea. Ciclosporina: Renales (nefrotoxicidad aguda y crónica, síndrome hemolítico-urémico, hiperpotasemia, hipomagnesemia, acidosis metabólica hiperclorémica e hipertensión arterial, neurológicos (temblor, cefalea, parestesias y crisis convulsivas), digestivos (hepatotoxicidad, colelitiasis, pancreatitis), metabólicos (hiperuricemia e hiperglucemia), dermatológicos (hipertricosis «aumento de vello» e hiperplasia gingival «aumento del tamaño de las encías»), tumores (los más frecuentes linfomas y sarcoma de Kaposi). Azatioprina: Depresión de la médula ósea (leucopenia «leucocitos bajos», trombopenia «plaquetas bajas», anemia). Alteración de la función hepática con colostasis e ictericia (enfermedad veno-oclusiva hepática). Favorece las infecciones en general y en particular por virus (citomegalovirus, herpes simple, zóster), así como el aumento de tumores. Tacrolimus: Son parecidos a los de la ciclosporina, destacando: la nefrotoxicidad, la intolerancia hidrocarbonada (hiperglucemia y diabetes) y las alteraciones neurológicas. Al igual que los otros inmunosupresores, los pacientes tratados con tacrolimus presentan mayor susceptibilidad a las infecciones y al desarrollo de tumores. Micofenolato mofetil: Alteraciones gastrointestinales: dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea y, ocasionalmente, hemorragia digestiva: alteraciones hematológicas: leucopenia, anemia y trombopenia. Una mayor incidencia de infecciones, sepsis (generalmente viremia por CMV) y tumores que en la población general. Sirolimus y Everolimus (inhibidores de la mTOR): pueden inducir problemas en la cicatriación de la herida, con mayor incidencia de dehiscencia en la sutura. Ello produce retraso en el alta del paciente, necesidad de curas adicionales de la herida, mayor posibilidad de infección en la misma e, incluso necesidad de cierre quirúrgico secundario (en quirófano). Anticuerpos policlonales: La mayoría de los efectos secundarios se deben a las proteínas heterólogas (proteínas de individuos de especie diferente) presentes en estas preparaciones o a un efecto inmunodepresor excesivo. Entre ellos destacan la fiebre, escalofríos, artralgias y, ocasionalmente, reacciones anafilácticas (hipotensión, distress respiratorio, dolor torácico, urticaria, púrpura), enfermedad del suero, trombopenia y leucopenia. Predisponen a la aparición de infecciones por gérmenes oportunistas y tumores. Anticuerpos monoclonales: Los efectos secundarios más característicos aparecen tras la administración de la primera dosis y se manifiestan con fiebre, escalofríos, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor torácico y taquipnea (aumento de la respiración). Complicaciones pulmonares y cardíacas con edema agudo de pulmón, broncoespasmo (estrechamiento de los bronquios de forma generalizada) hiper e hipotensión arterial y trombosis. Reacciones en el SNC produciendo meningitis aséptica, convulsiones, encefalopatía y psicosis. Infecciones y tumores, que son facilitados por la sobreinmunosupresión. Sensibilización (el OKT3 estimula la producción de anticuerpos anti-OKT3). EL NO CUMPLIMIENTO del tratamiento inmunosupresor puede asociarse a la presencia de rechazo, pérdida de función del riñón y reinclusión en diálisis. 5.- El médico me ha explicado que para la realización de esta técnica puede ser necesaria una preparación previa, aunque puede ser posible su realización sin una preparación completa. También me ha explicado la necesidad de advertir de mis posibles alergias medicamentosas, alteraciones de la coagulación, enfermedades cardiopulmonares, existencia de prótesis, marcapasos, medicaciones actuales o cualquier otra circunstancia. Por mi situación actual (diabetes, obesidad, hipertensión, anemia, edad avanzada...) puede aumentar la frecuencia o la gravedad de riesgos o complicaciones . 6.- El médico me ha explicado que otras alternativas son la diálisis peritoneal y la hemodiálisis, pero que en mi caso la mejor alternativa terapéutica es el trasplante renal He comprendido las explicaciones que se me han facilitado en un lenguaje claro y sencillo, y el facultativo que me ha atendido me ha permitido realizar todas las observaciones y me ha aclarado todas las dudas que le he planteado. También comprendo que, en cualquier momento y sin necesidad de dar ninguna explicación, puedo revocar el consentimiento que ahora presto. Por ello, manifiesto que estoy satisfecho con la información recibida y que comprendo el alcance y los riesgos del tratamiento. Y en tales condiciones CONSIENTO Que se me realice el TRASPLANTE RENAL. En Lugar y fecha Fdo: El/la Médico Fdo: El Paciente Fdo: El representante legal, familiar o allegado RENUNCIA AL DERECHO DE INFORMACIÓN Manifiesto que por razones personales, renuncio al derecho de información que me corresponde como paciente y expreso mi deseo de no recibir información, en el momento actual, sobre el proceso de mi enfermedad sin que ello implique que no pueda dar mi consentimiento para someterme a la realización de esta intervención, tal como he prestado y firmado en el apartado anterior. En Lugar y fecha Fdo.: El/La Paciente REVOCACIÓN Don/Doña Nombre y dos apellidos del paciente de Edad del Paciente años de edad. con domicilio en Domicilio del Paciente y D.N.I. nº DNI del Paciente Don/Doña Nombre y dos apellidos de Edad años de edad. con domicilio en Domicilio y D.N.I. nº DNI I en calidad de Representante legal, familiar o allegado de Nombre y dos apellidos del paciente REVOCO el consentimiento prestado en fecha Fecha , y no deseo proseguir el tratamiento, que doy con esta fecha por finalizado. En Lugar y fecha Fdo: El/la Médico Fdo: El Paciente Fdo: El representante legal, familiar o allegado